Como si no lo estuvieran buscando, así fue el comienzo de la historia entre el uruguayo Sebastián Viera y la barranquillera Sara Correa.
Un encuentro esporádico de ambos en la oficina del papá de Sara fue la ocasión ideal para despertar una primera atención entre la pareja, que hoy ya tiene más de seis años de unión entre noviazgo y matrimonio.
Sonriente, Sebastián recordó —como si hubiese sido ayer— la curiosa anécdota que marcó el momento en el que vio a su esposa por primera vez.
'Juan Guillermo, su papá, es mi amigo. Él me había comentado que su hija y la hija de la empleada del servicio de su casa iban a pasar por su oficina a dejarle unas cosas que él iba a necesitar. Pero, yo siempre pensé que su hija era pequeña y que por eso iba acompañada. De este modo, cuando ella llegó agarrada de manos con una niña, lo único que despertó mi curiosidad fue la belleza de la hija de la empleada, en ese momento no pensé en nada más', explicó Viera.
Sin embargo y, para su sorpresa, descubrió, después de ese primer acercamiento, que se trataba de la hija mayor de su amigo. Días después, volvieron a encontrarse, pero esta vez en un almuerzo con toda la familia Correa Martínez.
Para Sara, este fue el momento oficial en el que los presentaron y donde tuvieron más tiempo de dialogar y conocerse.
'Para esa época Sebastián llevaba apenas seis meses en Barranquilla siendo arquero del Junior y yo estaba todavía en la universidad estudiando Mercadeo y Comunicación de la Moda. Yo acababa de terminar una relación y solo quería vivir mi soltería tranquila y compartir tiempo con mis amigas. Él estaba saliendo de un noviazgo y estaba concentrado en su nuevo reto en el equipo', agregó Correa.