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En el multifamiliar Los Cedros, del barrio Hipódromo en Soledad, Nuris Pachecho hizo por primera vez, a sus 54 años, un pesebre en honor a su hijo fallecido, Antonio Galofre.

'Este año, él quería que hiciéramos la novena. Ese era su deseo, eran sus pensamientos', cuenta Nuris, al recordar a 'Tonito', como cariñosamente lo llamaban sus amigos y familiares; y quien falleció el pasado mes de abril a sus 30 años.

Desde el primer día que empezaron las novenas, a la casa de los Galofre Pacheco acudieron sagradamente unos 15 niñitos a cantar villancicos y rezarle al Niño Dios.

Nuris asegura que de ahora en adelante y por la memoria de su hijo mayor continuará con la tradición de hacer la novena decembrina, porque eso 'era lo que él quería'.