Julián Camilo Amado es un comunicador social y periodista, nacido en Bogotá, que siempre ha soñado con vivir de cerca el Carnaval de Barranquilla. Los desfiles tradicionales de las carnestolendas y las múltiples fiestas que se organizan en la ciudad son los factores que más le atraen y que lo impulsan a viajar este año a la capital atlanticense, en compañía de su grupo de amigos, quienes tampoco han tenido la oportunidad de asistir a las festividades más importantes del país.
'Claramente los hoteles fueron mi primera opción. Sin embargo, me ha ocurrido que la mayoría están sin cupo y los que sí tienen manejan unas tarifas muy costosas', considera Amado.
Ante esta problemática, ha recurrido a plataformas como Airbnb, un marketplace enfocado en la publicación y reserva de viviendas privadas. Además, se ha puesto en la tarea de buscar, en redes sociales y en su círculo de amigos, personas que residan en Barranquilla y que estén dispuestas a alquilar habitaciones o apartamentos. 'Lo que yo busco es una buena relación entre ubicación y precio. En este tipo de viajes se llega a la habitación básicamente a dormir', explica el comunicador social.
Como Julián Camilo, existen más de 344.000 turistas que se desplazarán hacia la capital del Atlántico durante estas festividades, según lo estipulado por el Ministerio de Transporte. Una cifra que representa un incremento del 20% en las operaciones aéreas y un 5% en las movilizaciones terrestres, en comparación con el año anterior.
Los hostales

'En carnavales los hostales representan una opción mucho más económica que un hotel. Es una época donde la gente prefiere estar en las calles, en vez de tener un servicio a la habitación', afirma Enrique Llinás, propietario del hostal Mansión Llinás, ubicado en el barrio Santa Mónica al norte de la ciudad.
En el hostal, que cuenta con tres pisos y un patio trasero rodeado de árboles y plantas, el valor de la estadía es de $50.000, en temporada baja. En los días de Carnaval se aumenta la renta con un valor que oscila entre $150.000 y $200.000, dependiendo si la habitación tiene aire acondicionado o ventilador.
Mientras tanto, los hoteles ofrecen una tarifa mayor. En los cuatro días de carnaval, la noche en una habitación sencilla de un hotel cinco estrellas de la ciudad, puede alcanzar un valor que varía entre $500.000 y $1,3 millones.
Llinás establece que la ciudad cuenta con una estructura turística, integrada por sus llamativos bailes, su música folclórica y una variedad gastronómica atractiva para los extranjeros. 'El barranquillero es una persona abierta que le gusta hacer sentir al foráneo como en casa. Los carnavales indudablemente son motivo de visita y este recibimiento es más cálido en los hostales', añade el propietario.
Para alquilar
Una de las alternativas más frecuentes entre las personas que deciden visitar Barranquilla, durante la época de carnavales, es el alquiler de apartamentos, casas o habitaciones. María, propietaria de una casa en el barrio Pradomar, manifiesta que esta es una oportunidad para que los turistas aprendan del 'sabor y folclor de nuestra región desde los barrios, viendo a los vecinos disfrutar de las fiestas para así poder entenderlas mejor'.
La casa cuenta con dos habitaciones, baño, cocina, sala y comedor y el valor de la noche es de $300.000. Se encuentra a tan solo tres cuadras del mar y le ofrece la oportunidad al visitante de disfrutar de deportes acuáticos, como el surf y el windsurf, así como también de restaurantes de comida típica de la región Caribe e internacional.
Mientras tanto, Julián Camilo Amado sostiene que continúa en la lucha de poder concretar un lugar que logre satisfacer sus requerimientos y los de sus amigos. 'Pienso que los arrendadores deberían moderar un poco los precios. La gente va porque quiere disfrutar el Carnaval, pero con los precios de tiquetes y hospedaje dentro de poco será mejor buscar un destino internacional para disfrutar por estas fechas', concluye.





















