Fedesarrollo analizó los costos macroeconómicos derivados de la reducción en la oferta de gas natural y del impacto por el alza en sus precios.
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De acuerdo con las estimaciones del centro de pensamiento, entre 2025 y 2031 el crecimiento promedio del PIB se reduciría en 0,1 puntos porcentuales como consecuencia del encarecimiento del gas.

“Esto sería como resultado del aumento sostenido en los precios del gas. Este menor dinamismo se traduciría en una pérdida acumulada de $11,2 billones en los próximos ocho años. El encarecimiento del gas reduciría el crecimiento promedio de la industria en 0,6 puntos porcentuales anuales, el del comercio en 0,1 puntos porcentuales y el del PIB en 0,1 puntos porcentuales”, remarcó el informe de Fedesarrollo que tiene como autores a Sergio Cabrales, profesor de la Universidad de los Andes, y Juan Benavides, investigador en temas energéticos de Fedesarrollo.
A su vez señalaron que a partir de 2032, sin nuevas adiciones de reservas domésticas, la combinación del aumento tarifario con restricciones en el suministro profundizaría las pérdidas del período 2025-2031, con una reducción en 1,4 puntos porcentuales el crecimiento industrial y en 0,3 puntos porcentuales el del comercio.
Las industrias más afectadas serían, en primer lugar, la manufacturera, cuyo crecimiento anual se reduciría en 0,6 puntos porcentuales, y el comercio, con una caída de 0,1 puntos.
“Estas condiciones reducirían el PIB del país en hasta 0,4 puntos porcentuales en el mediano plazo respecto al escenario de referencia, pasando de 2,9% a 2,5% del PIB”, manifestaron.
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En el frente externo, expresaron que el déficit de cuenta corriente se ampliaría, en promedio, en 0,2 puntos porcentuales anuales del PIB a partir de 2026, explicado por un aumento en las importaciones de gas para atender la demanda.
Afirman que estas proyecciones implican un panorama negativo para los dos próximos gobiernos, por lo menos, debido a la pérdida de crecimiento, la competitividad de la industria, y el bienestar de los hogares.
Recordaron que entre 2012 y 2024, las reservas probadas de gas se redujeron en un 64 %, al pasar de 5.727 gigapies cúbicos (GPC) en 2012 a 2.064 GPC en 2024. Esto ha llevado a que el indicador de autosuficiencia, entendido como la relación entre reservas probadas y producción anual (R/P), pasara de 13,4 a 5,9 años.
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“El deterioro de estas reservas, la baja inversión en exploración y el aumento de la demanda llevaron al país a depender de importaciones de gas natural licuado, que desde diciembre de 2024 llegan a través de la sociedad portuaria El Cayao, Spec, filial de Promigas. Spec es actualmente la única regasificadora del país y en 2024 registró un nivel de utilización promedio de 50,3% de su capacidad. Si se mantiene la caída en la producción local y aumenta la demanda, esta infraestructura podría saturarse en los próximos años”, resaltaron desde Fedesarrollo.
El informe alerta que el gas importado puede costar hasta tres veces más que el producido en Colombia, encareciendo las tarifas y reduciendo el crecimiento industrial.
“Solo este sector (industrial) acumularía pérdidas de $6,9 billones en los próximos ocho años. Los impactos se extenderían a segmentos como la construcción, la agroindustria, las actividades inmobiliarias y la explotación de hidrocarburos”, puntualizaron.
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