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Colombia ha sufrido en este último tiempo noticias en el ámbito financiero para nada alentadoras. Tras el ligero crecimiento económico que presentó su Producto Interno Bruto (PIB) en el primer trimestre de tan solo un 0,7 %, en conjunto con el aumento del desempleo del 10 % al 11,3 % en marzo, y la senda decreciente en importaciones y exportaciones, se le suma otro factor: las constantes caídas en las calificaciones por parte de las agencias calificadoras de riesgo en el mundo.

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Pero para que el lector pueda entender de que trata esto último es una situación muy similar a la que puede vivir una persona reportada en centrales de riesgo producto de no poder cumplir sus obligaciones crediticias. Dicha persona cuenta con un bajo puntaje en la central de riesgo y eso significa que el sistema financiero desconfía de esa persona para facilitarle nuevos créditos.

Esta situación la está pasando Colombia. Y sí, hay agentes internacionales que ven al país con desconfianza por factores como la propuesta del Gobierno nacional de flexibilizar aún más su regla fiscal, los mensajes del jefe de Estado sobre la situación económica del país, la dura caída de los segmentos más importantes de la economía, entre otros aspectos. Todo esto ha llevado a que agentes y bancos importantes como Standard & Poors (S&P), Fitch Ratings, Bank Of America y Moody’s desconfíen del manejo financiero de Colombia.

Los sucesos

El pasado 18 de enero, S&P Global Ratings mantuvo la calificación crediticia de Colombia en BB+; sin embargo, cambió la perspectiva de estable a negativa como resultado de una perspectiva de crecimiento por debajo de lo esperado.

¿Qué significa esto? Que esta decisión lo que abre es un riesgo de perder el grado de inversión con S&P, por su bajo crecimiento y efectos fiscales.

A su vez, el 7 de diciembre del año pasado, Fitch Ratings marcó como ‘BB+’/Estable su calificación, debido a que tiene limitaciones por los retos de tipo fiscal que enfrenta Colombia.

“La intención del Gobierno colombiano de modificar la regla fiscal del país pone de relieve los continuos desafíos para una consolidación suficiente para estabilizar la deuda/PIB de manera duradera”, indicó Fitch Ratings.

En esa línea, el pasado 21 de mayo se conoció que Bank of America, el gigante financiero de EE. UU., rebajó la recomendación a sus clientes para invertir en Colombia, y además aconsejó desinvertir en ciertos bonos de deuda pública.

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Pero las calificadoras de riesgo no solo tocaron al país en pleno, sino también a las empresas, y con tan mala fortuna que le tocó a la compañía más importante de la nación: Ecopetrol.

El 23 de mayo, la agencia calificadora de riesgos Moody’s redujo la calificación de crédito global a la estatal petrolera pasándola de Baa3 a Ba1. Además cambió su perspectiva de negativa a estable. De acuerdo con la agencia calificadora, esta decisión se tomó debido al incremento del endeudamiento de la empresa y la distribución de dividendos.

A la calificadora también le preocupa que en los próximos años Ecopetrol, por factores de liquidez, tenga que acudir a un endeudamiento todavía mayor.

Gastos y más gastos

Cuando una economía gasta más de lo que recauda, es también una señal de que se están haciendo las cosas mal. De acuerdo con Juan David Ballén, director de Análisis y Estrategia de Casa de Bolsa SCB, el Gobierno ha gastado mucho más de lo que le ingresa, motivo por el cual ha tenido que aumentar el endeudamiento para cubrir el déficit.

“Adicionalmente, la incertidumbre jurídica y política, ya que deteriora la confianza inversionista”, precisó Ballén.

En ese sentido, señaló en diálogo con EL HERALDO que el país debe pensar en realizar un ajuste al gasto, debido a que la economía colombiana se encuentra estancada, y, por ende, realizar una nueva reforma tributaria podría terminar debilitando la creación de empleo, el consumo de los hogares y el crecimiento económico.

AFP

Destrucción de confianza

Las calificadoras de riesgo están viendo mensajes recurrentes de destrucción de confianza y aumento de la incertidumbre. Así lo manifestó a este medio José Manuel Restrepo, ex ministro de Hacienda y actual rector de la Universidad EIA, quien recordó el último mensaje del presidente Gustavo Petro al hablar de una cesación de pagos y un posible decreto de emergencia económica si no se aprueba el proyecto de ley que aumenta el cupo de endeudamiento.

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“No ayudan esos mensajes de incertidumbre del sector empresarial como flexibilizar la regla fiscal, modificar las funciones del Banco de la República y muchos más mensajes que van en la misma dirección. Ellos están viendo un escenario fiscal muy apretado y complejo por un exceso de gasto público, porque hoy tenemos un gasto primario en relación al PIB tan alto como el del año de pandemia. Los ingresos no se están cumpliendo, entre otras, porque se incluyeron rubros de ingresos como los arbitramientos de litigios, que a la larga no se iban a cumplir porque no existía ni siquiera el sustento legal, por ende, ha significado menor nivel de recaudo o de recursos disponibles en el presupuesto nacional”, dijo Restrepo.

Añadió que las calificadoras de riesgo están notando un crecimiento pobre de la economía colombiana, con sectores “apagados” como la industria, el comercio, la construcción y el turismo.

Un examen más riguroso

De acuerdo con Henry Amorocho, profesor de Hacienda Pública de la Universidad del Rosario, la decisión del Gobierno de radicar un proyecto de ley que busca ampliar el cupo de endeudamiento hasta por USD 17.607 millones ha dejado más expectativa e incertidumbre en los agentes.

“Desde luego, existen más posiblidades de que las calificadoras de riesgo comiencen a hacer un examen más riguroso, porque la petición de un cupo de endeudamiento de ese nivel obliga a que se detallen aún más las cifras”, sostuvo Henry Amorocho.

Créditos más caros

Sin duda alguna, el impacto que pueden generar estos riesgos en la comunidad son unos créditos más caros. Y aquí se hace una continuación del ejemplo explicado al principio. Cuando una persona tiene una calificación menor en su vida crediticia, es probable que al momento de acceder a un crédito tenga que pagar intereses más altos debido a la poca credibilidad de la que goza en ese momento dicha persona en el sector financiero.

“El Estado puede conseguir créditos menos baratos, porque tener una posible calificación más baja en las calificadoras de riesgo ampliaría el riesgo de los créditos que llevan a conceder al país, y para cubrir los riesgos de las entidades financieras siempre suben las tasas de interés”, detalló Henry Amorocho.

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Por su parte, José Manuel Restrepo precisó que esa incertidumbre elevaría la prima de riesgo país y más adelante puede elevar la tasa de cambio.

“Esto también podría generar costos adicionales en el financiamiento público, por tanto habrá menos espacio para la inversión productiva y social”, puntualizo el ex ministro de Hacienda a EL HERALDO.