Imaginemos que el sistema fotovoltaico, que propone el presidente de la República Gustavo Petro para instalar en techos de escenarios públicos de cinco barrios de Barranquilla comenzó a generar energía.
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La fotografía del programa piloto de comunidades energéticas, anunciado el 22 de octubre pasado, nos muestra que un niño vecino siente curiosidad por lanzar un objeto al techo donde están los paneles solares. Él quiere saber de qué están hechos. Nadie le ha advertido que no puede lanzar objetos.
'Eso puede ocurrir si toda la comunidad no está involucrada en el proceso de montaje y puesta en funcionamiento. Aquí hay una oportunidad, que hagan parte y sean ellos los que lleven los proyectos. No es dar solución, es que propongan y se ocupen del mantenimiento del sistema, lo cuiden. Este tiene un coste y se debe asegurar la corresponsabilidad, pagado en plazos. De esa manera pueden generar confianza', advierte Isidro Núñez, Ingeniero civil especializado en innovación, emprendimiento social y quien ha desarrollado proyectos de acceso a la energía en comunidades aisladas en la Amazonía boliviana mediante la tecnología solar.
El presidente de la República anunció una inversión de $15 mil millones para este piloto que está basado en las experiencias de las comunidades energéticas en zonas no interconectadas de Colombia, y se quiere replicar a las ciudades del Caribe, donde hay altas tarifas y altos consumo de electricidad.
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Las comunidades energéticas no son una novedad. Se consideran como modelos asociativos y cooperativos, cuenta Carlos Orduz Aguilar, vicepresidente de generación de EPM. Dice el directivo que hace 20 años se intentó por primera vez hacerlo en Colombia y no continuaron, 'porque se crearon las organizaciones y nadie las acompañó'.
'Puede haber gente que no tenga ni idea de temas energéticos, pero se deben vincular a las personas de las comunidades donde se instalen los sistemas de autogeneración. Esto requiere un alto nivel de ingeniería para que se les apoye y se les acompañe en un proceso que es de emprendimiento y que en el tiempo sean sostenibles'.
A través del Ministerio de Minas, Petro adelantó que para el caso de los cinco barrios de Barranquilla elegidos (Las Malvinas, Las Nieves, Montes, La Playa y Los Trupillos) se les exigirá cumplir requisitos a sus organizaciones comunitarias.
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'Falta socialización, más detalles sobre cómo será todo el proceso, el beneficio, cuántas personas se conectarán al sistema. Y precisar cómo será la seguridad para esos equipos', afirma Humberto Barrera, presidente de la junta de acción comunal de Los Trupillos. 'Me he preguntado cómo cuidar esos equipos que cuestan mucho. El bandido estará atento a ver qué cable se puede llevar del sistema', señala Evaristo Lara, presidente de Asocomunal Oriente.
Un panel solar que puede generar 400 a 550 vatios ocupa un área de dos metros cuadrados. Cinco paneles pueden generar 5.000 vatios; es decir que tener 5 pantallas en un sistema generan 2.500 vatios, que al multiplicarlo por un dólar y una tasa representativa del mercado (TRM) de $4.120, costaría 10 millones 300 mil pesos, precisa Carlos Fidel Torres Argel. 'Y sin incluir lo que cuesta una batería de iones de litio que tiene un valor de unos $3 millones'.
Este licenciado en Enseñanza de las Tecnologías e instructor del Sena Atlántico y creador en 2012 del programa de formación para el trabajo Mantenimiento e instalación del sistema solar fotovoltaico, subraya en que si el Gobierno no lleva educación a estos programas se perderá. 'Podemos capacitar a la gente; enseñarle lo que hace el efecto invernadero y la huella de carbono, pero será difícil porque no somos solidarios ni colaborativos. Cada uno quiere tener paneles en su techo. La idea es tener una mini granja que genere energía'.
Carlos Fidel Torres cuenta que hace parte de un programa de las Naciones Unidas sobre medio ambiente y conoció que el organismo entregó a comunidades en la Sierra Nevada paneles solares. 'Un tiempo después me buscaron en Barranquilla para venderme las baterías del sistema. Si no educamos en este piloto no haremos nada'.
Es un tema cultural, agrega Guillermo Valencia Ochoa, investigador senior en Colciencias y PhD en la Universidad del Atlántico, el que tendrá como reto el programa piloto. 'El consumo, los hábitos, las pérdidas energéticas que hay en los barrios es algo por solucionar y espero que la comunidad energética vea la presencia de estas tecnologías y las pérdidas disminuyan'.
'¿Cómo será el recambio de baterías que requieren estos sistemas en los barrios y cómo conectarse al sistema eléctrico o al sistema interconectado nacional?', pregunta Clara Inés Pardo, consultora en Cambio Climático y Energía.
Comercializar energía
En el artículo 235 del Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2023-2027 se definen las comunidades energéticas, con el propósito de que las propias comunidades participen en la prestación del servicio de energía en diferentes regiones del país, a través de la autogeneración, los recursos energéticos distribuidos y la participación de la demanda.
Para lograrlo, el PND indica uno de los instrumentos es la financiación a través de los fondos con los que cuenta el sector (programa de normalización de redes y fondo de energía social o Foes), para el desarrollo de soluciones energéticas que usen fuentes no convencionales de energía renovable.
Las comunidades energéticas están definidas como 'usuarios o potenciales usuarios de servicio energéticos que podrán constituir comunidades energéticas para generar, comercializar y usar eficientemente la energía a través del uso de fuentes no convencionales de energía renovables combustible y recursos energéticos distribuidos'.
La generación y comercialización, que señala el artículo del PND, le llama la atención a Daniel Higueras Burgos, CEO de Smart Solar y con sistemas fotovoltaicos instalados en empresas de Barranquilla. Su inquietud es si se adaptarán a las comunidades. 'No se puede desconocer la intención que tiene el presidente Gustavo Petro', dice Higueras. 'Parece que le hubieran contado lo que le dije al ministro de Hacienda de 2015, Mauricio Cárdenas Santamaria: que si el Estado colombiano quería una solución para disminuir los subsidios para el servicio de energía a estratos con menos ingresos, un camino es instalar sistemas fotovoltaicos'.
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Los estudios muestran que el sistema fotovoltaico tiene un retorno de una inversión en los paneles es de tres años frente a lo que costaría renovar las redes de transmisión del sistema nacional interconectado.
'Sé que el riesgo de no educar es total porque ya ha habido estos casos. Nosotros en España o aquí en Latinoamérica ha habido algún proyecto de comunidades rurales a los que se ha llevado la tecnología sin hacer esa esa parte y eso ha sido un desastre', dice Silvia Román Suero, ingeniera y con un doctorado en la Universidad de Albacete, España.
'La fotovoltaica tiene grandes ventajas uno es el coste y la fácil instalación es prácticamente en horas. La tasa de retorno de la inversión es muy beneficiosa', agrega Román Suero,
Las redes de transmisión de Colombia exigen mantenimiento y 'están limitadas para responder la demanda del país', agrega Higueras. 'Por eso se necesita aumentar la oferta de energía a través de la diversificación de la matriz'.
El Ministerio de Minas, además de invertir en educación, tendrá que explicar a las comunidades cómo la autogeneración venderá excedentes de energía a comercializadoras y distribuidoras. Clara Inés Pardo agrega: 'Si estarán interconectados o no al sistema energético nacional necesitará de una planeación y un diseño adecuado'.
Carlos Adrián Correa, director de la Unidad de Planeación Minero Energética (Upme), considera que Colombia hoy tiene una normativa muy distinta a la de principios del siglo XXI. 'Estamos en un momento diferente con respecto a los 20 años. Se estaba generando el cuerpo normativo. La generación distribuida no estaba en boca de la gente. Colombia está caracterizado por llenarse de normas y lo dicen las agencias internacionales. Para el éxito de las comunidades energéticas se necesitan desarrollos normativos lo más flexibles y simplificados para no poner trabas. Que existan unas reglas de cierre financiero, de iniciativas privadas y mecanismo de apoyo. El uso de los recursos del fondos para que sean destinados. Y las comunidades deben estar atravesadas por un componente organizativo muy fuerte y cooperativos con beneficios completos'.
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Carlos Orduz insiste en que las organizaciones que conformen las comunidades energéticas tienen que tener la visión de empresas porque generarán energía. 'Deben estar acompañadas por las instituciones del Estado y, dependiendo de lo que genera, se debe considerar un modelo de incubación con negocios que sean sostenibles, democráticos y participativos. Otro modelo puede ser mixto con participación privada. Las comunidades generarán ingresos, el cual será para operar, mantener e invertir en el futuro'.





















