En una lucha con él mismo. Yorgans David Ochoa Oliveros está preparado para descender. Es su último día en las paradisiacas playas de San Andrés y, muy probablemente, su última oportunidad en el mes —quizás en el año— para hacer el deporte que tanto ama con todas las de la ley.
El oriundo de Puerto Colombia, de 21 años, dice abiertamente y con total seguridad que actualmente es el único practicante del apnea o buceo a pulmón de forma profesional en el departamento del Atlántico. No es una disciplina muy conocida en su entorno, aunque viva a solo unos pasos del mar.
Han sido 20 días espectaculares fuera de casa. Junto a él están Sofía Gómez y Cristian Castaño, dos grandes figuras del buceo libre. La pereirana porta tres récords mundiales y el manizaleño ya sabe qué es romper las marcas nacionales en 25 ocasiones. Estos son los tutores del más reciente curso que tomó para convertirse en instructor —algo inédito para la costa colombiana—.
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-'Vamos al agua, sé que puedes lograr una nueva marca', fueron las palabras con las que Sofía Gómez lo alentó.
Se llenó de motivación. Siempre soñó con momentos como este. Dejó caer el cuerpo en el mar y no pasaron muchos segundos cuando sus manos apretaron la cuerda que lo acompañaría en su travesía. Sus ojos estaban cerrados, era una relación entre sus sentidos y la densidad del agua.
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Momentos de presión
Llegó teniendo un registro de 30 metros de profundidad, pero no era algo que quisiera mantener. Ni si quiera consideraba volver a Puerto Colombia con la misma marca. De hecho, fueron los 3.000 centímetros más tranquilos que hizo después de 20 días de clases e intentos.
Poco a poco sintió como el agua ya no solo lo rodeaba, ahora lo apretaba. Nada que no pudiese soportar, aunque era claro que dentro de poco tiempo ya sus pulmones llegarían a su límite de volumen residual. En otras palabras, expulsaría todo el aire que está almacenado en las vías respiratorias. Casi que un adiós al aliento de vida.
Pasó por los 33, 35, y hasta 37 metros sin darse cuenta. Era una caída libre que constantemente lo ingresaba a toda una película mental que recordaba sus mejores momentos al lado de Randy Ochoa y Lidis María Oliveros, sus padres. Una familia en donde Yorgans —nombre que su papá encontró tras una búsqueda en Google— es el mayor de tres hermanos (Luz Daniela, Randy y Megan).
La sorpresa fue para su acompañante cuando vio que Yorgans tocaba la barrera de los 40 metros. Era la dimensión de lo extraordinario. Los oídos comenzaron a hacerle un fuerte sonido producto de la presión. Intentaban liberar agua. También era como si tuviese un elefante sentado en el pecho. No pudo continuar, soltó sus manos hasta que la otra persona lo llevó a la superficie.
43 metros, su nueva marca. Todo fue júbilo y alegría. Nada mal para una persona que solo tiene un año desde que descubrió el deporte de las profundidades. Solo han pasado unos meses para que las empiece a dominar.
'Te espero en la Colombia Cup 2024 (competencia profesional de apnea en el país)', le manifestó Cristian Castaño después de un abrazo.
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Pescador de herencia
La algarabía en su familia cuando se enteraron de la noticia no fue menor a la que sintió en San Andrés. Yorgans aterrizó en Barranquilla el pasado domingo por la noche y no dudó en darles las buenas nuevas a sus más cercanos. Ellos lo han visto crecer.
Quiso formar su nombre en el deporte desde muy chico y se encargó de escoger el indicado. Descubrió que no haría mucho como portero en el fútbol, así que desbordó toda su energía aprendiendo a pescar de forma submarina, la especialidad de su tío Daniel Ochoa.
El mar y él gozan de una relación profunda, pues curiosamente también era de los pequeños que emocionaba a todos los turistas tirándose desde el muelle del municipio. El agua lo estaba preparando para ser el atlanticense que más conoce sus profundidades.
'No he tenido la oportunidad de competir. La Colombia Cup es la única competencia profesional de apnea en el año y no tuve los recursos económicos para asistir. Tampoco hay muchos torneos o espacios para practicar en el departamento. Intento mantenerme en forma tanto física como mentalmente, y el buceo lo hago en los viajes', afirmó Ochoa a EL HERALDO.
'Mi sueño es seguir destacándome y bajar hasta los 55 metros de profundidad. Seguiré entrenando para hacerlo posible y comenzar a competir en las grandes ligas. Lo tengo entre ceja y ceja. La idea es llegar a mi primera competencia con un buen estado físico y pasar de largo', agregó.
Yorgans Ochoa sueña en grande y, mientras su deporte gana terreno en el Atlántico, se dedica a salvar vidas en las playas de Puerto y a sacar adelante su carrera de educación física.
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