Daniel Galán se enfrenta ante Jordan Thompson en la segunda ronda del Abierto de EE. UU.

Atención a lo que dijo Daniel Elahi Galán Riveros (Bucaramanga 1996) tras vencer a Stéfanos Tsitsipas en el Abierto de Estados Unidos el lunes: 'No es fácil mantener todo el tiempo la intensidad y la cabeza'.

El triunfo del tenista colombiano tiene un brillo particular, aunque fue solo un paso a segunda ronda en el US Open, pero su impacto está en que es el primero del país en 47 años que vence a un top 5 del ranking de la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP). En 1975 Iván Molina había vencido al español Manuel Orantes, número 3, en Teherán, capital de Irán.

El resplandor de la victoria de Daniel Galán Riveros encadila al ser el tercer tenista ATP en dejar un set en blanco (6-0) a Tsitsipas, quinto en el mundo y ante el número 94. Solo Rafael Nadal y Novak Djokovic, dos de los más ganadores de torneos de Grand Slam en el mundo, lo hicieron.

El griego de la balaca negra solo tuvo que reconocer la superioridad: 'Jugó como un clase mundial'.

Daniel Galán Riveros es el menor de cuatro hijos en la familia del ingeniero de petróleo y exvoleibolista, Santos Galán, y de Doris Riveros. Sus hermanos mayores son Sat, Rocío y Xando, y los tres jugaron tenis.

En los Riveros hay un gen de futbolistas. Cuenta Germán Riveros, hermano de Doris, que hay un clan de los 'paquetes' Riveros. Son los hermanos y tíos de Daniel que jugaron al fútbol profesional: Nelson, Germán, Juan, César y Pedro, quien falleció el fin de semana. Pero Doris aclara que a ella no le gustó el fútbol, que su familia apostó por el tenis a través de Daniel y del esfuerzo de Santos, quien hasta sacrificó su trabajo de ingeniero de petróleo en una empresa y tres años antes de pensionarse para entrenar a su hijo.

'Quiero pensar que en su debut en el Abierto de Estados Unidos Daniel se motivó, como un homenaje a su tío, a buscar el triunfo', dice Germán desde Bucaramanga.

Sat Galán comenzó en el fútbol, se quitó los guayos y pasó por otros deportes hasta que la vena deportiva heredada llegó al tenis. Entre raquetas y pequeñas pelotas inspiró a sus hermanos y a Daniel.

'Cuando veo jugar a Daniel, lo veo con esa tranquilidad y dedicación que le veía de pequeño, cuando me iba a ver jugar a mí y yo no jugaba', cuenta Sat desde Bogotá, donde enseña tenis.

Si Sat no jugaba, Daniel agarraba la raqueta y con una pelota buscaba un muro o una pared para pelotear.

Así comenzó una pasión que lo llevó a enfrentarse a sus padres cuando dijo que no iba a estudiar una carrera de pregrado y su profesión sería el tenis. Santos y Doris vieron tal convencimiento que empezaron esa búsqueda de una familia que convierte sus ingresos en una empresa deportiva para el hijo.

Con todas las exigencias, deudas y compromisos que asume un padre y una madre parar apoyar a su hijo, los Galán Riveros se sacrificaron para mantenerse y sin acudir a locuras como hipotecas. A base del talento de Daniel han llegado después los apoyos de organizaciones como Colsanitas y la Academia Laverdieri que lo han llevado a disputar torneos y ganar premios por 1,2 millones de dólares sin haber ganado un título desde agosto de 2013 cuando apareció como número 1.005 en la ATP.

Su disciplina se demuestra en que sigue siendo un deportista vegetariano enseñando en casa y firme ante las provocaciones por comer carnes que ofrecen en hoteles y concentraciones por el mundo.

En Nueva York sigue en compañía de su padre, Santos, y su hermano Xando como integrantes del equipo de entrenamiento de Daniel.

'Pareciera que lo que hace Daniel es fácil, pero no. Lo que pasa es que todos los jugadores juegan a ese nivel muy alto, y son los que mantienen en más horas la intensidad. En cada punto se disputa un nivel alto físico y mental. Es una batalla. Daniel nos ha demostrado esa fortaleza en eventos como la Copa Davis, pero cuando pareciera que le falta algo también se debe tener en cuenta al rival. La madurez tendrá que ir llevándolo a esos límites'.

Con escalafón 94 en la ATP y admitir que tras enfrentarse a Djokovic se sintió 'el tenista más pequeño', Daniel Galán dice que está mejorando en su confianza, el aspecto más importante para un jugador de su talla (1,96 metros) y envergadura que tiene entre los 10 mejores de la ATP al ruso Medvedev (1,98), cuarto del mundo; Tsitsipás (1,93), quinto; y el alemán Zverev (1,98), séptimo. Estos jugadores aprovechan su estatura para sacar provecho con el saque.

La pregunta que se hacen aficionados al tenis en Colombia es si Daniel Galán repetirá un triunfo hoy en el abierto estadounidense.

Perder y ganar en el tenis es pan de cada día.

'Es un orgullo aunque todo el tiempo pierde o gana, entonces uno se acostumbra a eso. Cuando gana, todo el mundo está ahí; cuando pierde, lo critican', dijo Doris a la radio Caracol.

Por eso pasar página en la frustración y dominar la emoción en la victoria hacen parte del ejercicio de equilibrista que debe tener el tenista.

En ese 'Juego interior del tenis', definido por Timothy Galwey, autor en 1972 de este libro, se lee: '(...) mientras uno intenta aprender a jugar al tenis, uno mantiene una continua conversación consigo mismo'.

Daniel Galán Riveros está en su hora en el US Open.