'Señores yo soy del gallinero, a River lo sigo a donde va', entonaban cerca de 30 jóvenes en el Dynamite Bar, en la calle Murillo con carrera 18, durante el primer partido de la final de la Suramericana entre el River Plate de Argentina y el Atlético Nacional de Colombia.
El lugar, habitualmente frecuentado por amantes del rock pesado, estaba lleno ayer con los gritos de euforia, insultos al arbitro y murmullos nerviosos de los miembros de la filial Teófilo Gutiérrez Hincha River Plate Barranquilla.
Desde hace 8 años un grupo de 10 personas, entre hombres y mujeres, crearon esta barra del equipo argentino en la ciudad por el amor que sienten por el equipo de la banda cruzada.
'Nacional es un buen equipo, pero River sacó un muy buen resultado y ahora hay que rematarlos en Argentina', aseguró Andrés Ibáñez, abogado de 27 años y uno de los fundadores de la barra.
En medio de los seguidores millonarios, una fanática de nacional disfrutó del partido, como una muestra de paz y armonía en el fútbol.
'Tengo amigos hinchas de River y vine a ver el partido con ellos porque sé que no hay problema' - manifestó Jandri Bertel - 'aunque cuando el verde hizo el gol no lo grité muy duro, por si acaso', agregó entre risas la estudiante de 19 años.
El empate a 1 gol entre ambos conjuntos fue merecido por el partido que se desarrolló en el Atanasio Girardot.
Ahora la hinchada del equipo argentino en Barranquilla espera que con este resultado parcial puedan asegurar la copa y cantar el próximo miércoles 'Vamos, vamos River Plate, pongan huevo y corazón. Esta hinchada se merece ser campeón'. APS