Un recorrido por las casas culturales de Barranquilla

El arte y la cultura también comienza desde casa. Se hace desde la cocina, el patio y la terraza. Los cuartos sirven como improvisadas salas de teatro y las salas como sede de apasionantes recitales de poesía, exposiciones artísticas, talleres de pintura, conciertos o veladas de lectura. Barranquilla no solo cuenta con una oferta cultural por los escenarios en sí, por los museos, teatros, bibliotecas, galerías y auditorios, sino con una oferta más alternativa y por ende menos conocida. La ciudad tiene al menos 41 espacios culturales, según la Secretaría de Cultura y Patrimonio y Turismo. Fuera de estos, algunos amantes de las artes han emprendido proyectos que terminan por hacer de sus propias casas, casas de cultura.

En un recorrido periodístico, EL HERALDO identificó al menos 15 iniciativas de esta naturaleza. Son distintas a las Casas de Cultura que promueve la Alcaldía de Barranquilla, muchas de ellas son, de hecho, proyectos independientes que han cobrado fuerza, que cuentan con apoyo financiero y/o institucional del Distrito y/ entes privados. Otras no, otras simplemente se han atrevido a promover cultura desde la humildad del hogar, lo que podía ser el comienzo de una iniciativa respaldada por la misma ciudad.

La buena noticia para todos es que estos espacios alternativos cuentan con una programación para querer hacer de ellos, y sentirnos, como en nuestra casa.

Es uno de los proyectos de este tipo con mayor consolidación en la ciudad. Desde 1993, la Casa Luneta 50 ofrece en un hogar acogedor espectáculos de teatro, títeres, narración oral, música, danza, etc. Son los creadores del Festival Internacional de Cuenteros ‘El Caribe cuenta’, que se celebra hace más de 20 años.

Esta fundación, liderada por las poetas Fabiola Acosta y Fadir Delgado, tiene desde 2003 la misión de brindar experiencias socioculturales: realizan talleres artísticos y actividades lúdicas con los niños, veladas de poesía con ‘Poetas bajo Palabra’ y rallys fotográficos, tertulias, exposiciones, con ‘Café al aire libre’. Todo es gratuito.

Es un lugar mágico para diseñar experiencias. Está decorada y rescatada gracias a objetos reciclados y con historia. Aquí se llevan a cabo talleres de gastronomía, herbalismo, joyería, yerbatería, teñido, mood boards, etc. La gran mayoría de actividades son pagas, pero también hay gratuitas.

Es descrito como un espacio de arte independiente para la experimentación de la creatividad. En esta casa, los artistas Emma Jane Hancock y Fernando García organizan exposiciones de arte, conversatorios, talleres, conciertos, presentaciones teatrales, fiestas y ferias. Por lo general, la entrada no tiene costo.

Es una creación de la familia Moreu, que desde hace 20 años lleva a cabo en su casa actividades lúdicas relacionadas al carnaval, las artes y la cultura. El espacio cuenta con el apoyo de la Fundación Ay Macondo y se ha caracterizado por la celebración de espectáculos nocturnos y shows musicales en los que no se cobra la entrada.

Es un espacio cultural donde los talentos musicales y demás artistas pueden brindar espectáculos y compartir su trabajo, muchas veces, de forma gratuita. Funciona como un lugar para deleitarse con pizzas sin gluten, pero su ‘plus’ también es darle lugar a obras de teatro y veladas de poesía sin costo.

Es una entidad sin ánimo de lucro que crea y presenta obras de teatro, proyecciones de documentales, conversatorios y una variedad de actividades, en su mayoría, con entrada libre. Son los creadores de Enitbar.

El proyecto es liderado por el Grupo de Teatro Arro’conmango que funciona en convenio con la Sociedad de Mejoras Públicas. Aunque no es una casa, es el escenario muchas veces alternativo para obras de teatro, danza, títeres y música. Tienen una biblioteca abierta al público.

Es una organización internacional con sede en varias ciudades del país que promueve la filosofía, la cultura y el voluntariado. Dictan cursos pagos pero, además, realizan obras de teatro gratuitas y círculos para debatir con entrada libre.

Hace 30 años, Onomá se dedica a la formación de teatro y puestas en escena. Por lo general, este proyecto liderado por el dramaturgo Martín Vanega apuesta por la entrada libre y la donación voluntaria en sus eventos, entre esos, el festival de teatro y muñecos.

Es un proyecto que cuenta con el apoyo del Ministerio de Cultura y que trabaja en la promoción de las artes escénicas. Ha sido sede del encuentro de comedias del Carnaval de Barranquilla y escenario de talleres, conversatorios sobre dramaturgia y distintos tipos de funciones teatrales.

Se ha convertido en una casa de fiestas alternativas y noches musicales, en la que grupos emergentes comparten su talento. La entrada suele tener un costo de $10.000.

Ha ganado reconocimiento en algunos colectivos barranquilleros por sus berbenas y fiestas nocturnas, muchas veces sin costo alguno. Es una casa que además funciona como hostal y cuyo patio se convierte en salón común para los ‘shows’ musicales. También realizan exposiciones artísticas.

Su esencia han sido las veladas musicales, pero además, celebran talleres y recitales de poesía. Los conciertos suelen tener costos de $20.000.