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En la víspera del inicio del primer cese bilateral al fuego con el Eln en sus 53 años de historia, el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, precisó ayer que el Gobierno le planteó a la guerrilla estudiar la liberación de los secuestrados mientras dure la tregua, que irá desde hoy, 1 de octubre, hasta el 9 de enero de 2018.

Según cálculos de la propia fuerza pública, el grupo subversivo tendría en su poder unas 14 personas plagiadas.

En rueda de prensa este sábado, el jefe de la cartera de seguridad reiteró, además, que entre lo pactado se destaca el compromiso de no secuestrar más colombianos ni extranjeros, no perpetrar saboteos ni atentados a la infraestructura petrolera o eléctrica, no sembrar minas antipersona y suspender el reclutamiento de menores de edad para las filas elenas.

Así mismo, anunció Villegas la expedición de un decreto con instrucciones sobre el cese dirigido a las Fuerzas Armadas.

Navidad en paz

En la misma conferencia de prensa, el jefe del equipo negociador con el grupo rebelde en la mesa de Quito, Juan Camilo Restrepo, manifestó: 'el alto al fuego es un hecho muy significativo, porque por primera vez, en más de 50 años de conflicto, se firma el primer acuerdo tendiente a la paz con este grupo'.

Agregó el ex ministro de Agricultura que este será 'un programa de cese que si se cumple de buena fe, va a asegurar una Navidad y Año Nuevo en calma'.

La verificación del cese estará a cargo de un mecanismo conformado por la ONU, el Gobierno, la guerrilla y la Iglesia Católica, que informará mensualmente del resultado. La ONU desplegará observadores en los 33 municipios con mayor presencia del Eln, mientras la Iglesia acompañará al mecanismo desde 20 diócesis.

La mesa de Quito

El cese se constituye en el mayor avance alcanzado por las partes en la mesa de Quito, instalada desde febrero pasado, y el presidente Juan Manuel Santos, al anunciar el viernes la suscripción del decreto que obliga a las Fuerzas Armadas a suspender sus acciones contra los rebeldes, manifestó sobre el particular: 'Ojalá pueda ser renovado y sea el primer paso para lograr la paz con este grupo guerrillero'.

Entre tanto, el jefe máximo del Eln, Nicolás Rodríguez, alias Gabino, hizo lo propio de su parte e impartió la orden a sus tropas de 'cesar todo tipo de actividades ofensivas para cumplir cabalmente con el cese bilateral del fuego'.

No obstante, la tregua viene precedida de una semana de duros ataques contra la infraestructura petrolera y la fuerza pública, atribuida por las autoridades al Eln, con saldo de un militar muerto y tres atentados contra un oleoducto que causaron derrames de crudo en varios ríos de los departamentos de Norte de Santander y Arauca.

La historia del ELN

El Gobierno espera alcanzar con el Eln 'la paz completa' para extinguir el último conflicto armado del continente, después haber sellado en noviembre el pacto con las Farc que permitió el desarme de unos 7.000 combatientes.

La guerrilla elena, que cuenta con unos 1.500 hombres actualmente, ha sostenido diálogos preliminares de paz con todos los presidentes que han gobernado Colombia desde 1990, pero la de Quito es su primera negociación formal.

El Eln nació como una guerrilla de estudiantes pro Revolución Cubana, a la que se fueron sumando curas que creían en la lucha contra la injusticia y la explotación. Su ideología siempre fue el marxismo-leninismo y profesan su admiración al Che Guevara. Han usado como medios de lucha el narcotráfico, el secuestro, el terrorismo y la destrucción de infraestructura energética, como reclamo a la que llaman fuga de recursos nacionales hacia el extranjero.

Fidel Castro

Fidel Castro becó en 1962 a 60 estudiantes colombianos de la Juventud Comunista, Juco; el Movimiento Obrero Estudiantil Campesino, Moec y el Movimiento Revolucionario Liberal, MRL. De esos 60, 11 formaron en la isla la ‘Brigada Pro Liberación José Antonio Galán’ y de los 11 quedaron siete, entre ellos su líder, Fabio Vázquez Castaño, además de Víctor Medina Morón, Ricardo Lara Parada, Heriberto Espitia, Luis Rovira, José Merchán y Mario Hernández.

Al regresar a Colombia comienzan a escoger zonas en las cuales se pueda implantar la nueva organización, el Eln, que erige como símbolo la bandera roja y negra, y que toma como base de operaciones el Valle del Magdalena Medio.

Así, el Eln nace el 4 de julio de 1964 en la zona rural de la vereda La Fortuna, cerca al cerro Los Andes, en el municipio de San Vicente de Chucurí, Santander. Al principio, solo tenía 16 hombres, entre los que se contaban varios ex compañeros de Rangel: José Ayala, Pedro Gordillo, Hernán Moreno, Domingo Leal, Luis José Solano Sepúlveda y Nicolás Rodríguez, alias Gabino, quien tenía 14 años.

De Vásquez a Gabino

Tras uno de los golpes más duros que sufrió a manos del Ejército, en 1973, en la Operación Anorí, en Antioquia, quedando el Eln prácticamente desarticulado, Fabio Vásquez se refugió en Cuba y fue destituido. Entonces, hasta 1998, el comando del Eln lo asumió Manuel Pérez, quien a finales de los noventa murió en las selvas por hepatitis C. El cura Pérez dirigió a los elenos con una orientación más humanista y menos militarista.

Actualmente, el Comando Central, Coce, está integrado por cinco comandantes: alias Gabino, Pablo Beltrán, Ramiro Vargas, Antonio García y Pablito. Los principales mandos decidieron refugiarse fuera del país para evitar golpes como los que sufrieron los jefes de las Farc.

‘Cese papal’

El ELN y los curas

Desde el pasado 4 de septiembre, en la víspera de la visita del papa Francisco a Colombia, y a manera de bienvenida por el apoyo que el pontífice le ha dado a la paz en el país, el Eln y el Gobierno anunciaron el cese que hoy comienza. No fue gratuita tal decisión pues, como es bien sabido, los religiosos han hecho parte de sus filas desde los años sesenta. Varios sacerdotes, incluso españoles, se unieron a la guerrilla: Camilo Torres, Aurentino Rueda, Domingo Laín, José Antonio Jiménez, Diego Cristóbal Uribe, Bernardo López Arroyave y Manuel Pérez. Torres fue quien desde el principio, tras su muerte en combate con el Ejército en 1966, se convirtió en el ícono primero de ese grupo subversivo e incluso le atribuyeron la autoría de la ‘Teología de la Liberación’. Dicha corriente teológica cristiana defiende, entre otros temas, la opción preferencial por los pobres y la liberación como toma de conciencia ante la realidad socioeconómica latinoamericana.