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El presidente anunció en la noche de este lunes que el aumento de salario mínimo para los colombianos en 2026 será del 23,7 %.

De acuerdo con el mandatario, el ajuste se realizó “descontando la inflación” y bajo el concepto de ‘salario mínimo vital’, una noción que cambia el eje de la discusión: el ingreso deja de medirse solo en términos económicos y pasa a entenderse como una garantía mínima de bienestar para los hogares.

Reparos de los gremios

La Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco) rechazó de manera categórica el anuncio del incremento del salario mínimo para 2026, al considerar que se trata de una decisión anticipada, unilateral y abiertamente populista, que no tuvo en cuenta las variables técnicas ni la realidad económica del país.

Según el gremio, el aumento del 23 % confirma que la Mesa de Concertación Salarial no fue un espacio real de diálogo, sino un escenario de validación política de una decisión que ya estaba tomada.

“La Mesa fue una farsa y una burla institucional para el sector productivo del país”, afirmó Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco.

En este sentido, Cabal advirtió que imponer un aumento de esta magnitud en una economía altamente indexada al salario mínimo tendrá efectos inmediatos sobre el costo de vida. De acuerdo con el gremio, aunque se crea una percepción de mayor ingreso nominal para los trabajadores, en la práctica se producirá un aumento generalizado de precios, que terminará erosionando el poder adquisitivo de los hogares, especialmente de los más vulnerables.

Según las proyecciones del gremio, con un incremento del 23 %, un empleador deberá asumir más de tres millones de pesos mensuales por trabajador en obligaciones salariales, parafiscales y prestacionales, una carga que, aseguran, muchas empresas no podrán sostener.

Por último, el gremio alertó que las más afectadas serán las micro, pequeñas y medianas empresas.

Tras el aumento, Mauricio Salazar, director del observatorio fiscal de la Universidad Javeriana, señaló que “una política como el salario mínimo pensada para reducir la pobreza y generar un mínimo vital para las familias solo va a afectar a aquellos que logren ser formales”.

“El aumento termina dejando al 42% autoempleados en las mismas condiciones que están, que es que les toca vender a sol y agua en las calles colombianas”.