La Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia ratificó este lunes las condenas contra el teniente, el subintendente, el sargento y el patrullero que participaron en el homicidio del grafitero Diego Felipe Becerra.
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De acuerdo a las investigaciones, estos uniformados, el teniente coronel retirado Nelson Arévalo; el subintendente Fleyber Zarabanda; y el sargento Juan Leal, modificaron la escena del crimen, haciendo creer que el joven era un asaltante que disparó contra el patrullero Wilmer Alarcón, e implantaron un arma en la escena.
Los hechos se remontan a agosto de 2011 en Bogotá, cuando Diego Felipe, un menor de 16 años, pintaba graffitis con unos amigos en la calle 116 con Avenida Boyacá, cuando una patrulla policial los abordó. Los jóvenes huyeron, Alarcón los persiguió y le disparó a Becerra.
Aunque el alto tribunal rebajó las penas de los uniformados, reafirmó su responsabilidad en el crimen. Determinaron que fue el patrullero Wilmer Alarcón quien disparó contra el joven, y sus compañeros buscaron alterar los hechos.
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El caso llegó a una conclusión y ratificación de condenas a los responsables más de catorce años después. El asesinato de Diego Felipe Becerra en 2011 impulsó una lucha por la justicia y el reconocimiento del arte urbano en la ciudad.
La justicia condenó inicialmente a los implicados de la siguiente manera: a Wilmer Alarcón a 20 años y medio de cárcel por fraude procesal y porte ilegal de armas de fuego agravado. A Juan Leal y Fleyber Zarabanda a más de veinte años por favorecimiento al homicidio y porte de armas de fuego.
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Asimismo, el subteniente Rosemberg Madrid Orozco resultó condenado a más de once años por favorecimiento al homicidio.
La Corte señaló que los funcionarios tuvieron una “división mancomunada del trabajo criminal”.





















