La Fiscalía General de la Nación avanza en las investigaciones por el homicidio del senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, ocurrido el pasado 7 de junio en el barrio Modelia de Bogotá.
Dentro de las pesquisas, el ente acusador abrió una nueva línea que apunta a la posible participación de un segundo menor de edad, quien habría estado en el lugar del atentado con un arma de fuego y listo para actuar si el primer tirador fallaba.
De acuerdo con información revelada por la revista Semana, fuentes de la investigación señalaron que este joven estaba bajo las ordenes de Harold Daniel Barragán Ovalle, considerado pieza clave en la logística del crimen y vinculado a Élder José Arteaga, alias el Costeño o Chipi, señalado como el cerebro del plan.
Las pruebas indican que el menor contaba con instrucciones claras para disparar y luego huir en una motocicleta que lo esperaba a pocas cuadras del parque El Golfito, donde se llevaba a cabo el mitin político de Miguel.
Asimismo, el expediente judicial detalla que, a finales de marzo de 2025, Barragán habría reunido a varios adolescentes en un establecimiento de licor y prostitución del barrio El Muelle, en Engativá. Allí planteó la idea del atentado a un grupo de jóvenes, entre los que estaba el menor identificado como Tianz, ya capturado y condenado por su participación en el crimen.
Según la Fiscalía, Harold Daniel quien tiene antecedentes judiciales, dio instrucciones precisas sobre la hora, el lugar y el arma que debía usarse, la cual habría sido modificada para disparar en modo ráfaga.
Interpretaciones a un chat de WhatsApp llamado ´Plata o plomo’, donde participaban Barragán, alias el Costeño y otro hombree aún sin identificar, evidencian un lenguaje en clave para planear el asesinato.
En esos mensajes, Ovalle insistía en reclutar menores de edad por las menores consecuencias penales y se refería al crimen como ´romper la piñata’.
Gracias a estas comunicaciones, los investigadores lograron reconstruir los seguimientos de Miguel Uribe Turbay durante varias semanas, incluso en sus desplazamientos familiares y en el colegio de su hijo.
En los registros digitales también quedaron registradas fotografías de la camioneta en la que se transportaba el senador y detalles del esquema de seguridad que lo protegía.
