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Este miércoles, a partir de las 3 p.m., el Congreso de la República elegirá el nuevo magistrado de la Corte Constitucional en reemplazo del abogado José Fernando Reyes.

La contienda es ajustada y, priori, se definirá por menos de cuatro votos. Tras un proceso de curaduría, la Corte Suprema de Justicia seleccionó a Carlos Camargo Assis, María Patricia Balanta y Jaime Humberto Tobar Ordóñez para que aspirarán al cargo del alto tribunal; no obstante, rápidamente el salón elíptico se decantó por los dos primeros.

Por un lado, Camargo cuenta con los votos del Centro Democrático, Cambio Radical, buena parte Conservador y del partido Liberal. Sin embargo, senadores como Ana María Castañeda y Temístocles Ortega (CR), junto a legisladores del trapo rojo como Laura Fortich y Claudia Pérez se inclinarían hacia las intenciones del Gobierno Nacional.

Balanta, por su parte, es respaldada por el oficialismo. Los 20 senadores del Pacto Histórico, 5 del Partido Comunes, algunos integrantes de la U y los del Mira.

En medio, están regados los votos de Alianza Verde.

De acuerdo con el exvicepresidente Germán Vargas Lleras, el presidente Petro ya cuenta con dos magistrados cercanos a su pensamiento: Vladimir Fernández y Héctor Carvajal, ambos ternados por él. A ellos se suman Miguel Polo, Juan Carlos Cortés y Natalia Ángel, que según líderes de oposición, también tendrían inclinaciones cercanas a la Casa de Nariño.

Por su parte, Iris Marín, defensora del Pueblo, fijó su posición sobre la elección de la persona que va a reemplazar al magistrado José Fernado Reyes en la Corte Constitucional.

“El Senado tiene la responsabilidad de dar una discusión que se enmarque en el principio central de actuación de la Rama Judicial: su independencia, autonomía e imparcialidad, inclusive frente a sectores políticos”, dijo la funcionaria.

Voz de Balanta

En una entrevista con Mañanas Blu, Balanta se refirió a los apoyos que eventualmente reciba, ya sea del Gobierno o de otros sectores políticos. Aclaró que no rechazaría el respaldo del petrismo, pero aseguró que esto no influiría en su autonomía ni independencia.

“Si el gobierno está conmigo, no puedo repelar para que no voten por mí. Jamás voy a comprometer mi nombre ni mi dignidad”, afirmó.

A pesar de la controversia que podría generar el apoyo gubernamental, Balanta dejó claro que su independencia está garantizada. “Mi autonomía, mi autoridad y mi independencia no están en juego en este momento porque un partido o porque unas voces ideológicas con sus ideologías y sus matices me acompañen. Llevo 45 años en la rama judicial, no he participado de procesos políticos. Este es el primero”, indicó, destacando su experiencia en el ámbito judicial.

La magistrada se comprometió también a actuar con principios, dejando en claro que no ha hecho “convenios, alianzas ni comprometido el proceso democrático”. Defendió la idea de que su papel en la Corte Constitucional se debe a su capacidad y no a compromisos políticos, y resaltó que su voz como mujer y como mujer negra no debe ser utilizada para estigmatizarla.