La tensión entre Colombia y Perú por la soberanía de la isla Santa Rosa, ubicada en medio del río Amazonas, alcanzó esta semana su punto más alto luego de que el presidente Gustavo Petro lanzara duros reclamos contra el gobierno de Dina Boluarte.
La discrepancia actual se debe a los cambios en el curso del río Amazonas que desde la década del 70 ha acumulado sedimentos a la altura de Leticia, capital del departamento del Amazonas, que corre el riesgo de quedar en pocos años sin salida a ese cauce de agua por el surgimiento de nuevos islotes.
El Gobierno colombiano considera que la denominada isla de Santa Rosa, junto con otras formaciones fluviales surgidas en el curso del río Amazonas con posterioridad a la única asignación binacional de islas (...) realizada en el año de 1929, no han sido asignadas a ninguna de las dos repúblicas.
Sin embargo, el Gobierno peruano considera que Santa Rosa está unida a la isla peruana de Chinería y por lo tanto está sometida a su soberanía y jurisdicción nacional, que ejerce hace décadas en total armonía con los vecinos colombianos de Leticia.
Génesis de la disputa
La disputa territorial se originó luego de que Petro, que este jueves cumplió el tercero de sus cuatro años en el cargo, decidiera trasladar a Leticia, capital del departamento del Amazonas, los actos conmemorativos del 206 aniversario de la Batalla de Boyacá, que selló la independencia de Colombia, y que tradicionalmente se hacen en un monumento histórico del centro del país, como una muestra de soberanía.
“Que me expliquen por qué a la que llaman isla de Santa Rosa ha llegado un helicóptero ruso con militares si esa isla, de común acuerdo, no se ha decidido que sea del Perú (...) ¿Cuándo nos hemos reunido para decir que esa isla debe tener un alcalde y una bandera peruana y no colombiana?”, expresó el mandatario.
El Congreso peruano aprobó por unanimidad el pasado 12 de junio la “creación del distrito de Santa Rosa de Loreto en la provincia de Mariscal Ramón Castilla del departamento de Loreto, con su capital el pueblo de Santa Rosa”.
En respuesta, Colombia presentó dos notas de protesta el 20 de junio y el 3 de julio, solicitando la reactivación de la Comisión Mixta Permanente para la Inspección de la Frontera Colombo-Peruana (Comperif) pues, según el Ministerio de Relaciones Exteriores, “la isla de Santa Rosa es una formación surgida en el curso del río Amazonas, con posterioridad a la única asignación de islas realizada entre los dos países en el año 1929”.
Por lo tanto, “no ha sido asignada al Perú”, según Colombia, y se debe hacer “un proceso de asignación de común acuerdo entre cancillerías”. Perú respondió el 4 de julio con otra nota diplomática en la que rechazó “los términos” de las dos notas colombianas y reafirma “los legítimos derechos de soberanía sobre la integridad de nuestro territorio nacional”.
El asunto pasó del campo diplomático al político el pasado 5 de agosto, cuando el presidente colombiano, Gustavo Petro, acusó a Perú de apropiarse de “un territorio que es de Colombia” en el río Amazonas, con la consecuentes respuestas de su homóloga peruana, Dina Boluarte.
En este sentido, la internacionalista Sandra Borda explicó: “El colmo de la exagerada ansia de hacerle oposición a Petro por encima incluso de los intereses del país es ahora legitimar la posición de Perú y su reclamo sobre Santa Rosa con tal de debilitar a Petro. El problema va más allá de la jurisdicción sobre la isla y hay que conocerlo. Y no hay ningún tratado en donde Colombia le haya reconocido soberanía a Perú sobre esa isla. Ninguno. Ni siquiera el Gobierno de Perú está diciendo eso. Lo que dice El Comercio es que la Isla de Chinería (no la de Santa Rosa) fue asignada a Perú y ahora Perú dice que son la misma isla, a pesar de que tienen nombre distinto, quedan en lugares distintos y tienen administraciones distintas”, explicó la experta.
De acuerdo con Borda, lo que ha venido sucediendo con Santa Rosa y otras islas “es que son sujeto de ocupación por parte de ciudadanos peruanos que hacen actividades agrícolas y en algunas ocasiones con presencia del Gobierno peruano. (...) En los últimos años ha aumentado ocupación de habitantes peruanos, aumenta ejercicio de soberanía y nosotros solo decimos que no reconocemos, pero tampoco se avanza en negociación para resolver el litigio”.
Por su parte, el excanciller Luis Gilberto Murilló explicó que la disputa por la isla Santa Rosa no puede convertirse en escenario de tensiones que comprometan el “espíritu de integración amazónica”.
“Colombia debe actuar con firmeza, sin romper la vía diplomática. Esta situación debe ser tratada con respeto mutuo, sensatez jurídica y un compromiso firme por parte de ambos gobiernos. Desde la Cancillería advertimos que este es un tema que debe permanecer en el ámbito técnico y binacional, tal como lo establece el Tratado de 1922, complementado por el Tratado de Río de Janeiro de 1934, que ratificó la delimitación fronteriza en la región amazónica. Saltarse ese canal y tomar decisiones unilaterales solo erosiona la confianza y dificulta una salida mutuamente beneficiosa”, agregó el exministro.
En este sentido, el excanciller colombiano Julio Londoño Paredes, el mayor conocedor de las fronteras del país, considera que el reclamo diplomático a Perú por la isla de Santa Rosa es consecuencia de la visión centralista de Colombia, que ha descuidado su periferia.
“Eso es una sucesión de hechos en los que hubo evidentemente un descuido en su momento por parte de las autoridades colombianas y una acción discreta, lenta, pero efectiva por parte del Gobierno peruano que consideraba que esa isla que había salido era simplemente la continuación de una isla peruana ya asignada”, explicó.
Por su parte, el presidente Gustavo Petro consideró que la reclamación a Perú por la posesión de una isla en el río Amazonas será un proceso largo que puede terminar en los tribunales internacionales y negó que sea una estrategia política ante las elecciones legislativas y presidenciales de 2026.
“Este proceso es más largo de lo que pasa hoy y va a sobrepasar al Gobierno. Estos pasos se llevan meses; y si llegamos a un escenario de una demanda internacional, pues años, como pasó como San Andrés”, dijo el presidente en El Espectador.
Tensión en el aire
El Gobierno de Perú denunció este viernes que un avión militar de Colombia invadió presuntamente su espacio aéreo al sobrevolar a baja altura en las inmediaciones de la isla peruana en mitad del río Amazonas que el presidente colombiano, Gustavo Petro, reclama para su país, después de que haya sido elevada por las autoridades peruanas a la categoría de municipio.
El primer ministro de Perú, Eduardo Arana, y el ministro de Defensa, Walter Astudillo, anunciaron en una rueda de prensa que el incidente motivó la presentación de una nota de protesta, ya que sucedió este jueves, cuando una delegación del Ejecutivo peruano visitaba Santa Rosa, a la par que Petro visitaba en la otra orilla la ciudad colombiana de Leticia, donde dijo que no reconocía la soberanía peruana sobre Santa Rosa.
“Quiero denunciar desde aquí la violación del espacio aéreo peruano. Mientras nosotros desempeñábamos nuestra actividad oficial y coordinábamos acciones en este distrito, pudimos observar cómo sobrevolaba alrededor de la isla una aeronave que desconocíamos su origen y cuál era su destino”, dijo Arana, en una rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.