Todos los heridos, sobrevivientes de la tragedia ocurrida hace un mes en la Casa Campo Riascos, en el complejo campestre Las Marías de la ciudad de Valledupar, han sido dados de alta y ahora se recuperan en sus hogares bajo seguimiento médico.
La principal atención es con terapias de rehabilitación física, debido a que la mayoría sufrieron politraumatismos y requirieron cirugías por traumatología, ortopedia y neurocirugía.
De los 42 heridos que fueron sacados por los organismos de socorro de entre los escombros tras la caída de la estructura del salón de fiesta, donde se celebraba la boda de Camilo Andrade Guerra con Ebet Shaday Calderón, los que registraron mayores afectaciones fueron María José García, de 24 años, quien debió ser sometida a una cirugía en la columna, con una mejoría satisfactoria debido a que ya puede dar pasos.
También estuvo hospitalizado por varios días Luis David Recurero con trauma raquimedular. Diana Nieves con trauma raquimedular. Asimismo, María Concepción, de 61 años, con múltiples fracturas. Además de Leonor Guerra Vallejo y Alirio Antonio Andrade, estos últimos padres del novio, Camilo Andrade Guerra y de Juan Andrade Guerra, quien falleció luego de que le amputaran una pierna y fuera trasladado al Hospital Militar de la ciudad de Bogotá, para su rehabilitación, dado que era suboficial tercero de la Armada Nacional.
En el caso de Leonor Guerra Vallejo y Alirio Antonio Andrade, una familiar le relató a EL HERALDO que ambos sufrieron fracturas en los tobillos por tanto fueron sometidos a intervenciones quirúrgicas y en días pasados les dieron de alta de la clínica tras presentar una evolución satisfactoria.
Otros fallecidos
Esta tragedia dejó como fallecidos, además del integrante de la Armada Nacional, a Hilda Rosa Hernández, de 51 años; Noris María Carrillo Manosalva; Naileth Guerra, de 22 años, quien era una de las damas de honor, baterista de una banda cristiana y asistente administrativa de una clínica veterinaria, y a la niña barranquillera Saray Michel Varela Manga, de 12 años, que había llegado como invitada a la boda. Ambas quedaron atrapadas entre los escombros y fallecieron de manera inmediata.
Este hecho, que no tiene precedentes en la historia reciente de Valledupar, está siendo investigado por la seccional de la Fiscalía General del Cesar, a fin de establecer responsabilidades penales si las hubiere.
Esperan resultados
De acuerdo con el secretario de Gobierno Municipal, Jorge Pérez, están a la espera de peritos con experiencia en desastres y colapsos de estructuras para determinar si la causa del desplome del techo efectivamente fue por falla estructural o por un caso fortuito u otra circunstancia.
En esta investigación también se determinó que la obra no contó con los permisos de ninguna de las dos Curadurías Urbanas que existen en Valledupar y otorgan los permisos para construcciones.
Además, una vez la Secretaría de Gobierno Municipal realizó la inspección en el lugar, los funcionarios verificaron que se estaba realizando otra estructura similar que tampoco tenía la documentación necesaria para ejecutarse y por ello fue sellada.
Al consultar a funcionarios del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Valledupar sobre estos hechos, indicaron que al llegar al lugar la evacuación de los heridos fue rápida con la ayuda de la Defensa Civil, Cruz Roja, paramédicos, Ejército Nacional y Policía. A la vez señalaron que se podría decir que es la primera vez que en este municipio sucede un caso de tan gran magnitud.
“Sí hemos atendido caídas de paredes y techos, derrumbes, inundaciones, pero en 12 años que tengo como bombero, primera vez de un caso tan dantesco y lo más asombroso es con tantas personas atrapadas y que todo esto haya dejado cinco muertos a la fecha”, expresó un bombero.
Cumplían el sueño de casarse
Ebet Shaday Calderón, quien fue la mujer que contrajo matrimonio, relató que aún no logra entender qué sucedió. Le han dicho que la estructura estaba mal hecha, con mucho peso y hierro que la llevó a derrumbarse.
“La boda iba normal, todo hermoso, junto con los invitados estábamos felices cumpliendo nuestro sueño que era casarnos. Empezó a llover cuando la ceremonia se estaba acabando, entramos al salón a seguir con la recepción, íbamos a hacer el brindis y empezamos a escuchar un ruido como cuando traquea algo y empezamos a decir que saliéramos corriendo. Como yo estaba cerca de la puerta logré salir. La puerta colapsó empezamos a arrastrar a las personas para salir y lo que vino luego fueron gritos, todo quedó oscuro (…) era un desespero que es la hora y no lo entiendo. Lo único que le rogaba a Dios era que todos estuvieran bien, fueron horas de desespero”, expresó Ebet Shaday Calderón.
Señaló que en medio de todo ha sido un milagro de Dios porque por la magnitud del colapso del techo, pudo ser peor.
“Es algo muy fuerte y muy horrible. Dios nos guardó, fueron horas de desespero (…) Toda la gente salía llena de sangre, sigo pidiendo a Dios por todo esto. Nosotros decidimos cambiarnos de lugar y entrar al salón de fiesta por la lluvia, era un espacio bonito para todos los invitados y nunca se nos pasó por la mente esto y es muy duro”, concluyó Calderón.
Otro de los asistentes a la boda fue Deivis Hernández Martínez, uno de los encargados de realizar toda la producción audiovisual. Contó que no tiene palabras para describir ese momento, el cual quedará en su memoria como un ruido perturbador mezclado con los gritos de los niños y llanto de las demás personas.
“En el salón de eventos estaba la parte del sonido, pero por cuestión de la lluvia la boda se terminó de hacer dentro del salón porque no había manera de evitar la lluvia. Al terminar la ceremonia a eso de las 7:20 p. m., se dispuso todo para el brindis. Creo que un poco antes de las 8:00 p. m. fue el colapso, sucedió a esa hora. Sentimos un ruido estruendoso y en cuestión de segundos todo estaba en el suelo”, relató Hernández Martínez.
Al mismo tiempo explicó que no sufrió lesiones porque quedó en una esquina, pero a su lado sí había muchas personas atrapadas, y los que quedaron por fuera de los escombros ayudaron a sacar a los heridos hasta que llegó el personal experto.
Luego de este catastrófico evento la Alcaldía de Valledupar ha indicado que están siendo rigurosos en la supervisión de obras.
No obstante, un asesor de la Curaduría N° 2 de Valledupar sostuvo que una de las grandes problemáticas que tiene la ciudad es que no hay ningún tipo de control físico ni espacial de lo construido. Tampoco se respeta el Plan de Ordenamiento Territorial al momento de realizar una construcción.
“Aquí en Valledupar no hacen ni control físico y espacial de la ciudad, el día que aquí se mueva la tierra va a haber moñona porque no hay control de las estructuras (…) no hay estudios ni aplicación de las normas con respecto a las construcciones que se realizan y eso es grave, que Dios nos bendiga y nos tenga compasión que un día cualquiera no vaya a temblar. Aquí hacen construcciones con placas con un simple apoyo, una sola viga, esto es terrible, es un descontrol urbanístico impresionante”, sostuvo el experto.
Sin embargo, explicó que lo sucedido en la Casa Campo Riascos fue un hecho aislado debido a que en esta región del país no hay inestabilidad en los suelos ni problemas de fisuras, pero a la vez aclaró que esta obra no tenía los permisos de curaduría.
“Aquí hay violaciones de normas impresionantes, por construcciones de obra en sitios prohibidos, obras en lugares que son construidas en contra del Plan de Ordenamiento Territorial, en fin una cantidad de situaciones que se realizan en Valledupar porque ha habido un control muy deficiente. Si un solicitante acude a la Curaduría para que le aprueben un diseño determinado tiene que cumplir con las normas establecidas en el POT, con el código sísmico resistente; si no cumplen con esas características específicas que se piden para aprobar un proyecto, no pasa”, explicó.
Por otro lado, la secretaria de Salud Municipal, Jaide Medina Calderón, sostuvo que desde esta entidad disponen del Equipo de Convivencia y Salud Mental para atender a las familias que requieren del apoyo psicosocial para seguir ayudando a superar este proceso.





Las pérdidas millonarias de esta tragedia
Otra de las pérdidas que dejó esta tragedia son las materiales que afrontan proveedores que se encargaron de prestar sus servicios de logística en decoración, música y vídeo, entre otros.
Tal es el caso de Carlos Morales que fue contratado como saxofonista para ambientar con su música la ceremonia y la celebración de la boda. Contó que en total son 9 personas las que tuvieron pérdidas millonarias dado que sus elementos de trabajo quedaron bajo los escombros. “Nos hemos visto muy afectados porque las herramientas de trabajo quedaron bajo los escombros, no nos han dejado entrar al lugar para ver si podemos recuperar algo, nadie nos da razón. Tuvimos una reunión con el secretario de Gobierno Municipal, Jorge Pérez, y nos comenta que el caso está en manos de la Fiscalía”, dijo Morales.
Además expresó que al momento la Fiscalía, al parecer, tampoco ha ingresado al lugar de los hechos a realizar el peritaje y por tanto no tienen ningún elemento en custodia que ellos puedan recuperar de sus equipos de trabajo.






















