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El corazón de los melómanos está compuesto también de corcheas, de claves musicales, escalas y acordes. Generaciones van y vienen y la fascinación por la música es eterna en la vida de estas personas, son fanáticos y aficionados hasta la muerte. Ese es el poder de la música en el cerebro humano y dicen que es buena para la salud. Así lo creo yo. En todo el país hay asociaciones de melómanos y coleccionistas de música que se aferraron a un pasado que se dice no volverá. Grandes coleccionistas hay en esta ciudad, se consiguen y conservan en todos los formatos: discos de 33, y 45 RPM, de larga duración, en discos compactos (CD).El melómano también sabe mucha biografía de los cantantes y compositores, e investiga mucho. Son los seguidores de Euterpe, que dicen es la musa griega de la música. Asociaciones como Musinal, donde religiosamente hacen honor a su nombre: música sin alcohol y semanalmente se reúnen en su sede desde hace más de 20 años con la guía del veteranísimo fundador y conocedor de estos temas, don Roberto Ruiz De La Hoz. Ya saben, la música produce bienestar, integra, emociona, quita la ansiedad, no es vicio ni enfermedad. Claro, cuando escuchamos una canción que nos trae recuerdos y nostalgias, hasta lloramos.

Pablo Romo Romo
Pajorro27@gmail.com