El presidente de Fedepalma, Nicolás Pérez Marulanda, advirtió que en los últimos años la seguridad en los 165 municipios donde se cultiva palma de aceite se ha deteriorado ante la presencia de grupos armados ilegales.
Explicó, en muchos casos se han registrado extorsiones e incluso intentos de secuestro, un fenómeno que no se veía desde hacía varios años y que hoy genera gran inquietud entre los productores, quienes antes podían desplazarse con tranquilidad a sus fincas, transportar insumos y sacar sus productos sin mayores dificultades.
“El aumento de las extorsiones ha sido exponencial. Hace cinco años prácticamente no existía este fenómeno en el campo colombiano. Y no es un problema exclusivo de la palma: afecta también al café, al arroz, a la ganadería y, en general, a todos los sectores productivos rurales”, sostuvo el directivo.
De acuerdo con Fedepalma, las zonas más golpeadas son el Catatumbo, el sur de Bolívar, el Magdalena Medio y el sur del Meta, donde se ha recrudecido la violencia y las acciones de bandas criminales. “Ya no son estructuras únicas, sino múltiples organizaciones delincuenciales que operan en distintas regiones. Además, en el sur del Meta —desde Mapiripán hasta San Martín— la presencia de las disidencias de las Farc mantiene un panorama especialmente complejo”, explicó Pérez Marulanda.
Si bien algunas de estas zonas cuentan con acompañamiento de la Fuerza Pública, en otras se han suspendido operaciones contra los grupos ilegales, dejando a los productores y habitantes del campo a merced de estos actores violentos.
“Este es, sin duda, el peor escenario para quienes viven y trabajan en las zonas rurales”, concluyó el presidente de Fedepalma.