El Heraldo
Roger Castillo y Eugenio Beganbre hacen a diario tareas de concientización con los habitantes de los barrios donde viven. Mery Granados
Barranquilla

Líderes comunales, los guardianes de los barrios en la pandemia

Al menos 150 personas cumplen labores encaminadas al autocuidado y al bienestar social en los diferentes barrios.

En los primeros meses del año, cuando la llegada del nuevo coronavirus a Colombia originó toda una serie de teorías conspirativas sacadas de los cabellos y la confusión reinaba en el mundo a causa de una enfermedad completamente desconocida, ellos fueron luz en medio del caos. Les tocó ‘bailar con la más fea’ y salir a la calle, puerta a puerta, con sus temores a cuestas, para intentar proteger lo que para ellos es lo más valioso: el barrio.  

Lo hicieron en tiempos  demasiado complejos, en un momento que la tasa de contagiados y mortalidad en Barranquilla era alarmante, pero  con el objetivo inaplazable de convencer a sus vecinos de que en la calle había un ‘bicho’ que podía acabar con todo a su paso. Cumplir sus metas s no fue una tarea fácil, pero con el tiempo todo empezó a mejorar.

Los líderes comunales de Barranquilla, quienes son la primera línea encargada de velar a diario por los intereses particulares de cada comunidad,  también son héroes en estos tiempos. Quizás no desde el ámbito médico, epidemiológico o administrativo, pero sí desde uno básico: el de la concientización en sectores deprimidos de la capital del Atlántico, históricamente pobres y con grandes vacíos en materia de educación, y que en este año, al principio de la pandemia, se mostraban incrédulos sobre lo que ocurría a nivel sanitario.

Los líderes comunales visitan todas las casas de los diferentes barrios. Mery Granados

Al principio todo era confuso. En las cadenas de Whatsapp predominaban las afirmaciones de que el virus no existía, en las esquinas se regaba que todo se trataba de una conspiración del Gobierno para la instalación de antenas 5G y que el cuento de que el papá del tío del vecino, que supuestamente trabajaba en el sector salud, aseguraba que la gente solo se contagiaba si permitían hacerse la prueba PCR tomaba más fuerza.

Los líderes comunales, hombres de barrio para el barrio, se vieron obligados a entender lo que estaba pasando globalmente y con extensas jornadas de pedagogía, romper paradigmas falsos y concientizar a su gente para que, con el pasar de las semanas, muchas veces crueles en materia de muertes, los números de contagiados empezaran a disminuir y se pudiera ‘respirar’ en un año lleno de muchas dificultades.

“Toda dificultad genera una forma de reinvertir y generar nuevas estrategias es así como nace el voluntariado que en su inicio fue para sensibilizar a la comunidad en las nuevas normalidad generado por el Ccovid y hoy estamos activando y desarrollando acciones sobre todas las situaciones para transformar en las localidades. Estamos articulando activa y positivamente acciones con las diversas secretarías del distrito y explicándoles las rutas de atención a las comunidades frente a sus dificultades para ser resueltas, así como diagnosticar de viva voz las dificultades de los barrios y la percepción de la comunidad frente a los programas”, manifestó Deivi Cáceres, Jefe de la Oficina de Participación Ciudadana.

“Los barrios más complejos pero que se logró la intervención y aceptación de la comunidad fueron: Siape, San Salvador, San José,  Rebolo, La Playa, Carrizal y La Sierra. La gente se mostraba incrédula debido a las noticias falsas”, agregó.

La jornadas de pedagogía se realizan constantemente por parte de los líderes comunales. Mery Granados

Tarea dura

En la interna de los barrios –sobre todo los que tienen más carencias- las cosas se manejan de otra forma. Los líderes comunales, que al principio de la pandemia eran 40, detectaron eso a tiempo y tuvieron que ir casa a casa para explicar de otra manera el lenguaje a veces demasiado científico y en ocasiones confusos de los epidemiólogos. La comunidad hizo caso porque los líderes son sus pares. Seres semejantes, con las mismas luchas, que conocen la fatiga que produce intentar salir adelante  en estos barrios.

“Ellos siempre han hablado con uno y uno les cree porque son el puente con la administración. Por el barrio llegaba gente disfrazada con ese poco de batas a hacer las pruebas y obvio la gente se asusta porque nunca los ha visto. Hay mucha ignorancia y eso influye, mientras que los líderes son gente bien que uno ve y que no le van a hacer daño a uno. Creo por eso la gente tomó mejor todo esto de la pandemia”, contó Lucas Pérez, habitante de Las Nieves.

Un voluntario realiza una encuesta con un habitante de Barranquilla. Mery Granados

En el sur de la ciudad lo más difícil era convencer a los ‘pelaos’. Lo más jóvenes poco o nada le prestaban atención a las recomendaciones y pasaban sus horas libres jugando fútbol pese a la insistencia de las patrullas Covid de no hacerlo. Todo esta situación cambió cuando los líderes y los voluntarios del ejercicio les hicieron caer en cuenta que, a lo mejor, por su juventud y gozar de una buena salud libre de enfermedades base, el coronavirus no les haría mayores estragos, pero que el libreto podría ser muy distinto con sus padres o abuelos.

“Fuimos muy criticados a nivel nacional, pero el barranquillero es alguien que sabe sobrevivir y sobrellevar situaciones como estas.  Sin duda alguna fue muy difícil, pero era algo que debía hacerse porque la gente no creía. Nosotros le mostramos lo que pasaba, que la gente se moría y con eso se conscientizaban un poco. Simplemente nos hacían caso porque la gente nos cree mucho porque ellos confían en nuestro labor comunal. Desde un inicio mucha gente quiso unirse para sacar adelante estos temas en la comunidad”, dijo Roger Castillo, líder comunal del suroccidente de la ciudad.

En la actualidad, el voluntariado está integrado por 150 personas de las distintas localidades de la ciudad y llegará inicialmente a 140 barrios. Este programa está integrado por diferentes actores sociales legitimados en cada uno de los sectores.

“Este es el primer paso después de haber hecho lo más duro, ahora viene construir algo que dure, fortalecer las estructuras de las Juntas de Acción Comunal, de los liderazgos comunitarios y asegurarnos que esta estrategia llegue a cada rincón de Barranquilla”, concluyó el jefe de Cultura Ciudadana, David Montero.

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