A Jorge y a Yoledis la lluvia les derrumbó la casa y los sueños
El aguacero de la noche del lunes ocasionó el derrumbe de una vivienda en el barrio Siete de Abril, en el sur de Barranquilla La casa había sido construida en una zona de alto riesgo, por lo que demolieron lo que quedaba en pie.
Jorge Alberto Rodríguez y Yoledis Fernández se sumieron en un fuerte abrazo. A su alrededor, sus familiares más cercanos y vecinos contemplaban, anonadados, lo que sucedía frente a sus propias narices. Entre la algarabía, los aullidos de asombro y el barullo del chisme, el sonido del repicar de los martillos, con los que los bomberos y personal de la oficina de Gestión del Riesgo golpeaban las paredes, puertas y ventanas de la casa, opacó completamente cualquier ruido que retumbara en el lugar, una calle llena de piedra y barro en el barrio Siete de Abril, en el sur de Barranquilla.
Unas horas atrás, mientras dormían con total tranquilidad en la medianoche, protegidos bajo un techo de zinc de la inclemente lluvia y de la fuerte brisa que retumbaba contra las paredes delgadas, Jorge Alberto, esposo de Yoledis, había decidido mover la cama hacia el costado izquierdo de la vivienda, con el objetivo de protegerse a él y a su pareja de una posible tragedia.
Y la corazonada terminó siendo cierta, pero la calamidad no pudo ser evitada. Cerca de las 12:30 de la madrugada, cuando Jorge y Yoledis estaban en el séptimo sueño, las paredes del sector izquierdo de la casa se vinieron abajo, producto de los deslizamientos de tierra, que han llevado -incluso- a los vecinos a construir pequeñas trincheras con costales llenos de arena para proteger las casas que fueron construidas en una zona de alto riesgo, según el mapa del Distrito.
El impacto con el muro de cemento, que le cayó sobre el pecho, fue lo que despertó al hombre, que pensó morirse bajo el peso inerte de la pared. Su esposa, asustada, pudo refugiarse detrás de una de las vigas, mientras el resto de la estructura se desmoronaba cada segundo gracias al impacto constante de la lluvia y la tierra.
Su casa, en la que habitaron en los últimos 14 años, se derrumbó en cuestión de minutos, dejando a la pareja con varios golpes en el cuerpo. Algunas de las heridas, como la de Jorge en la cabeza, tuvieron que ser tratadas por especialistas, quienes llegaron en la mañana junto al personal de la Oficina de Gestión del Riesgo y los bomberos. Cuando salió el sol en ese sector del Siete de Abril, vecinos, amigos y familiares se aglomeraron alrededor de los restos de la estructura, que finalmente fue demolida por las autoridades por el riesgo que representaba.
A Jorge Alberto y Yoledis, que se abrazaban, se les unió Magaly, la mamá de la mujer, que, entre lágrimas, los acompañó en su dolor, mientras uno de los bomberos cargaba hacia la calle lo que quedaba de un guardarropa roto y desgastado por la humedad. Ahí, bajo el sol, donde quedaron después del aguacero de la noche del lunes, parecían demasiado impactados como para reaccionar ante lo sucedido. No tenían un techo para dormir, ni paredes para refugiarse.
“Estábamos dormidos cuando sentí el golpe en el pecho y quedé atrapado. Mi esposa logró correr y yo me sentí terrible, sentí que me moría. En la mañana, después de que pudimos salir de entre los escombros, me llevaron a la clínica y acá, afuera de la casa, hemos estado desde entonces”, contó Jorge Rodríguez, quien además pidió a las autoridades no olvidarse de su caso y “no perderse” después del primer mes de los pagos.
Según indicó Remberto Quintero, coordinador de la oficina de Gestión del Riesgo de Barranquilla, a la pareja se les entregará un subsidio de arriendo para los próximos tres meses, pero que deberán revisar si no habían sido avisados de abandonar la zona. “Tenemos que revisar los mapas de riesgo a ver en qué grado se encuentra esta zona, para así también determinar qué hacer y cómo ayudar a las demás personas que habitan en el sector”, agregó.
Los vecinos de esa zona de Siete de Abril se mostraron preocupados ante la situación y manifestaron su incertidumbre frente a lo que puede suceder con sus viviendas. Según contaron varios de ellos, cuando llueve el agua corre desde las lomas de arena en la que están construidas varias casas, por lo que muchas de estas terminan “inundadas”.
“Acá en cualquier momento puede ocurrir una tragedia. Estamos muy asustados. Nuestras casas están en peligro y queremos que nos ayuden”, indicó Lilieth Martínez, residente del sector. Así como ella, otros habitantes del barrio dijeron que habían acudido a las oficinas de Gestión del Riesgo, pero no han recibido respuesta. “Que me den así sea una bolsa de cemento y yo hago un muro pequeño. Si sigue corriendo el agua así como está haciendo, no solo se nos van a seguir inundando las casas sino que todo se puede caer”, comentó uno de los vecinos.
La vivienda resultó afectada en un 90%: Autoridades
El aguacero que cayó anoche en buena parte de Barranquilla ocasionó que la casa, construida en una calle destapada, en la calle 5A sur No. 62-33, del barrio Siete de abril, se viniera abajo.
La parte de la casa de Rodríguez Doria que se cayó era el único cuarto que tenían; sin embargo, este funcionaba como un cuarto de 'san alejo', no dormía nadie ahí.
El grupo de manejo de emergencia y desastre de la Policía Nacional, Ponalsar, acudió en la mañana de ayer y atendió la energía en la zona.
El intendente Roberto Olmos, comandante del grupo, indicó que prestaron ayuda a la pareja y los trasladaron a un centro asistencial para que atendieran las heridas.
De igual manera, ayudaron en la remoción de escombros y a sacar lo enseres, puesto que es imposible que continúen viviendo en el lugar dado a que la casa resultó afectada en un 90%, según aseguró el intendente Olmos.
Funcionarios de la oficina de Gestión del Riesgo Distrital también acudieron al barrio para evaluar la situación y reubicar a estas dos personas de manera temporal.
En la mañana de ayer la vivienda fue completamente demolida, para así evitar que, producto de las lluvias de esta temporada, se desmoronaran los otros sectores de la estructura.
