El Heraldo
La neblina cubre gran parte del aeropuerto Ernesto Cortissoz, lo que afecta la visibilidad. Luis Felipe De la Hoz y Cortesía
Barranquilla

El sistema ILS ya opera en el Ernesto Cortissoz

Es una herramienta clave para el aterrizaje instrumental de los aviones, en especial cuando hay poca visibilidad.

La neblina que se presenta en algunas ocasiones en el aeropuerto Ernesto Cortissoz, que presta sus servicios a Barranquilla, y que causa demoras y cancelaciones de vuelos comerciales, dejará de ser un problema, con la entrada en funcionamiento del Sistema Instrumental de Aterrizaje (ILS) de categoría 2. Aunque la Aerocivil asegura que faltan algunas luces en la pista para que opere en un cien por ciento.

El aparato, que se utiliza para guiar a las aeronaves durante el proceso de aproximación a la pista, es de mucha utilidad en condiciones de poca o nula visibilidad y está operando en la terminal aérea desde el 10 de diciembre de 2017.

La Aeronáutica Civil (Aerocivil), encargada de la radioayuda, dijo que el nuevo sistema se instaló para fortalecer la seguridad operacional. “Con esto lograremos un mayor dinamismo en las operaciones aéreas del Ernesto Cortissoz”, señaló la autoridad aérea. 

Este mecanismo permitirá que los aviones desciendan con un techo de nubes de 100 pies y más de 400 metros de visibilidad, cuando se presenten fenómenos meteorológicos relacionados con la bruma y bancos de niebla que pueden afectar la perceptibilidad en las aproximaciones.

El sistema, que requirió una inversión de $3.362 millones, reemplaza al ILS de categoría 1, que estuvo por 25 años en el aeropuerto y que fue desmontado el 2 de junio de 2017 para instalar el nuevo modelo.

Los trabajos de montaje de los equipos tardaron seis meses. Durante este tiempo el aeropuerto Ernesto Cortissoz operó con la radioayuda de aproximación VOR (Very High Frequency Omnidirectional Range), que permite tomar decisiones a 502 pies sobre el terreno, con una visibilidad de 2.300 metros, y la RNAV (navegación área), que asegura el aterrizaje a 402 pies y 1.900 metros de visibilidad, vía GPS. Estas dos radioayudas, según los expertos, son de no precisión.

“La puesta en funcionamiento de este sistema instrumental de navegación mejora los procedimientos en los aterrizajes, reduce los tiempos de maniobrabilidad en la pista y los costos operacionales de las aerolíneas. También beneficia a los usuarios del transporte aéreo optimizando los tiempos de vuelo”, indicó la Aeronáutica Civil.

El sistema se utiliza para realizar aproximaciones estabilizadas cuando no hay mal tiempo. “Con esto el avión se autoregula, el motor sufre menos y el avión baja derecho y sin ningún problema”, sostuvo la Aerocivil.

Según la entidad, el ILS cat 2 del Cortissoz fue certificado desde el 30 de noviembre, como lo establece la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), luego de que se realizaran todas las pruebas requeridas, con aviones especializados de la Aerocivil.

La gerente del Grupo Aeroportuario del Caribe, Mariela Vergara, dijo sentirse complacida con la puesta en servicio del nuevo ILS en el Cortissoz, porque sirve de guía al piloto hasta que pueda conseguir suficientes referencias visuales para aterrizar.

“Agradecemos el esfuerzo constante de la Aeronáutica para brindar a los distintos aeródromos del país altos estándares de seguridad aérea y operacional. Nuestro compromiso continúa de la mano con la ANI para el mejoramiento de la infraestructura del lado aire y tierra del Cortissoz”, sostuvo Vergara.

Pista no certificada

No obstante las bondades del nuevo sistema, la Aeronáutica Civil explicó que aún faltan unos equipos esenciales y unas distancias mínimas para que el ILS opere en un cien por ciento como categoría 2.

Según la entidad, faltan las luces de zona de toma de contacto, las luces de eje de pista y los procedimientos de baja de visibilidad. 

Al preguntársele por qué ensamblaron este equipo si no se tiene una pista al mismo nivel, la Aerocivil respondió que era necesario el cambio del sistema de radioayudas porque en otros países ya están utilizando esta categoría y en algunos aeropuertos, para autorizar la llegada de aviones, están exigiendo que los pilotos hayan usado este sistema. 

“Entonces si un avión sale de Colombia para México, por citar un ejemplo, tiene que tener un mínimo de aterrizajes y despegues en esa modo. Lo que hacemos es ayudarle con este requerimiento a las aerolíneas que operan en el país”, indicó la entidad.

Sobre cuándo se instalarán los equipos que hacen falta en la pista (cuestan entre $5.000 y $8.000 millones), la Aeronáutica señaló que al estar el aeropuerto Ernesto Cortissoz concesionado por el Grupo Aeroportuario del Caribe, por intermedio de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), deben reunirse los tres entes para definir las responsabilidades de cada uno.

“La idea es que el aeropuerto esté al 100% con la categoría 2 y se va a hacer”, dijo la entidad.

Ojalá solucionen

El presidente del Sindicato Colombiano de Controladores de Tránsito Aéreo, Daniel Rangel, afirmó que ojalá solucionen los inconvenientes en la pista para que el ILS categoría 2 instalado en el Cortissoz funcione en ese nivel y no en uno inferior.

“Para el caso de Barranquilla se hace extremadamente necesario, debido a los continuos fenómenos meteorológicos en las madrugadas y mañanas de Barranquilla, en las temporadas entre octubre y febrero de cada año”, señaló.

Rangel dijo que también hacen faltan las cartas de navegación requeridas para las operaciones de las aeronaves en aproximación ILS cat 2, el equipo ceilometro (que mide la altura de las nubes) y el aparato RVR (rango de visibilidad de pista a nivel horizontal). “Ambos se dañaron”, advirtió.

Puntualizó que con el sistema en pleno se reducirán en un 20%, o mucho más, las cancelaciones o demoras en el Ernesto Cortissoz.

Bogotá cuenta con ILS categoría 3

A principios de diciembre de 2017, la Aeronáutica Civil también puso en operación el sistema instrumental ILS, pero categoría III, en la pista sur (Fontibón) del aeropuerto internacional El Dorado de Bogotá, que permite a todas las aeronaves que tengan incorporada esta avanzada tecnología aterrizar con todas las garantías de seguridad, en condiciones de muy baja visibilidad y sin tener que confiar en referencias visuales exteriores.

En la práctica, esta ayuda de navegación aérea, que tuvo una inversión cercana a los $29.000 millones, incluyendo la modernización de las luces de la pista sur, permite ahora que, en situaciones difíciles de visibilidad, que normalmente se presentan en las madrugadas o en épocas de invierno en la Sabana de Bogotá, no se afecte la operación aérea.

La Aerocivil dijo que esta ayuda de navegación aérea también será instalada en la pista norte a mediados del próximo año.

 

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