Con un show especial en el Gran Malecón, cerró este martes 23 de diciembre las novenas organizadas por la Alcaldía de Barranquilla, a través de la Gerencia de Desarrollo Social y en el marco de la campaña De la Mano con la Primera.
El Gran Malecón se convirtió en el escenario del cierre de estas Novenas de Aguinaldos. Un lugar emblemático que recibe no solo villancicos y luces, sino también las historias, las risas y los recuerdos que se sembraron durante ocho tardes consecutivas en los más pequeños residentes en las diferentes localidades de la ciudad.

Cada tarde, cuando el sol comenzaba a bajar y el calor daba una tregua amable, Barranquilla se iba preparando para un encuentro distinto. En los parques, en los malecones y en los barrios, las familias llegaban con calma, los niños corrían primero, como si supieran que algo especial estaba a punto de ocurrir.
Así se vivieron las Novenas de Navidad de la Alcaldía de Barranquilla: fueron eventos especiales, llenos de emoción y mucha fe entre los menores y sus familias, que durante ocho días llevó el espíritu navideño a diferentes puntos de la ciudad.
Desde el 16 de diciembre, la Alcaldía Distrital, a través de la Gerencia de Desarrollo Social y en el marco de la campaña De la Mano con la Primera, encendió la Navidad en el parque Eduardo Santos, Las Palmeras, Bicentenario 2, el Malecón de Rebolo, el parque Insar, Juan Mina, Las Nieves y, finalmente, el Gran Malecón. Ocho escenarios distintos, pero una misma esencia: reunir a las familias alrededor de la tradición, la fe y la esperanza.

En cada novena, más de 500 niños se sentaron atentos, algunos sobre el piso, otros en brazos de sus padres, mientras sonaban los villancicos y aparecían personajes especiales que despertaban risas y mucha felicidad.
Hubo música, presentaciones culturales, juegos y actividades recreativas pensadas especialmente para ellos. Pero lo más esperado siempre llegaba al final, cuando los regalos aparecían y los aguinaldos se convertían en sueños cumplidos.
Las caras de los niños lo decían todo. Ojos abiertos de par en par, sonrisas nerviosas, abrazos espontáneos. Francesca fue una de ellas. Con su bicicleta recién recibida, no dudó en expresar su felicidad: “Me gusta que me he ganado mi bicicleta. Gracias a la primera dama. Hoy día estoy feliz con mi regalo. Mi familia también está feliz”.

Su alegría era contagiosa, y alrededor suyo otros niños miraban sus obsequios como si no terminaran de creer que eran suyos. Más de uno de ellos, no veía la hora de montar su bicicleta, estrenar el regalo que recibieron; otros, pensaron que lo mejor era esperan a que el Niño Dios llegara a sus hogares.
Josué De la Rans también vivió la sorpresa. “Yo nunca pensé que esto me iba a pasar, fue de repente. Ahora mismo me siento feliz. Muchas gracias por este regalo”, dijo, todavía emocionado. Para muchos de ellos, no se trataba solo de un juguete, sino de la certeza de sentirse vistos, escuchados y celebrados en una fecha tan significativa.
Las novenas también dejaron momentos profundamente emotivos para los adultos. Una madre, con una alegría desbordante, agradeció a la Alcaldía y a la primera dama, Katia Nule, por un regalo que llevaba tiempo esperando: “Mi hijo me había pedido su Niño Dios desde el año pasado y no había tenido para comprárselo. Hoy, gracias a este regalo, mi hijo está feliz”. En sus palabras se resumía el sentido más humano de estas jornadas: compartir en familia, brindar alegría a los niños, especialmente los más vulnerables y acompañar a las comunidades en esta actividad de mucha tradición y fe.

Antonella Arteta Rebolledo, de 10 años, llegó convencida de que algo bueno podía pasar. “Vine dispuesta a que me iba a ganar mi bicicleta”, contó entre risas. Cuando la recibió, la emoción fue total. “Estoy súper feliz, esta experiencia me ha encantado. Ha sido una experiencia súper especial”, dijo, mientras confesaba que la estrenaría el 25 de diciembre. A su lado, su mamá, Cindy Rebolledo, no ocultó su alegría: “Dichosa, muy dichosa. Gracias a Dios y a la Alcaldía de Barranquilla”.
La primera dama, Katia Nule, reiteró durante estas jornadas que la Navidad es un tiempo para reencontrarse y compartir en comunidad, un mensaje que se materializó en cada encuentro. Por su parte, la gerente de Desarrollo Social, María Eugenia Yunis, destacó que estas novenas son el resultado de un esfuerzo articulado entre las distintas dependencias del Distrito, pensado para fortalecer el tejido social y llevar tradición y alegría a todos los rincones de Barranquilla.
Nada de esto habría sido posible sin el respaldo de empresas y organizaciones aliadas que se sumaron con compromiso y solidaridad para hacer realidad cada novena, demostrando que cuando la ciudad se une, los resultados se sienten, especialmente en los más pequeños.
Barranquilla despide así sus novenas con la certeza de que la Navidad no se mide en fechas, sino en momentos compartidos, en niños felices y en familias que, por unas horas, encontraron en estos espacios un motivo para creer, agradecer y volver a abrazarse.





















