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Barranquilla ha hecho historia. No se trata solamente de eventos, pasarelas o luces. Se trata de un modelo de ciudad que entendió que la moda es desarrollo, inclusión, turismo, economía y, sobre todo, identidad.

Ese modelo hoy lleva un nombre: Barranquilla es Moda, un programa que nació en 2024 por decisión estratégica del alcalde Alejandro Char y que, gracias al liderazgo de la primera dama, Katia Nule, transformó lo que antes era una aspiración cultural en una política pública que genera empleo, impulsa el talento local y proyecta a Barranquilla ante los ojos del mundo como capital creativa de América Latina.

Desde su origen, la administración distrital, a través de la Gerencia de Proyectos Especiales, comprendió que la moda no debía verse como un espectáculo pasajero, sino como una herramienta de transformación social y económica. Fue el Distrito quien convocó a los diseñadores, abrió los espacios públicos, articuló instituciones, garantizó la financiación y creó un ecosistema permanente en el que la creatividad se convirtió en política pública.

Barranquilla es Moda no es un evento, es una apuesta de ciudad que hoy transforma vidas reales.

Durante 2025, el programa desplegó una agenda sin precedentes que conectó formación, cultura, inclusión social, turismo, inversión internacional y sostenibilidad ambiental.

Todo comenzó en enero con las jornadas de capacitación a las Reinas Populares del Carnaval, donde la moda se convirtió en herramienta de empoderamiento femenino y visibilización cultural.

En mayo, la participación de Barranquilla en la Feria AMA mostró siete categorías de talento: moda femenina, infantil, calzado, accesorios, fantasía-carnaval, moda hogar y moda social. Cada una, respaldada por el Distrito, demostró que esta ciudad no solo diseña ropa, sino identidad y propósito.

El programa tomó vuelo internacional en junio, cuando Barranquilla fue anfitriona de Mister Model International. Más de 50 modelos y diseñadores de distintos países recorrieron la ciudad, generando una exposición mediática que posicionó a Barranquilla como destino global para la moda y el turismo. Cada pasarela fue una carta de presentación del trabajo del Distrito, que logró convertir escenarios como el Gran Malecón, La Troja y Puerto Mocho en vitrinas de lujo frente al Caribe.

Uno de los momentos más significativos llegó en agosto con el lanzamiento de Barranquilla es Moda ante embajadores del sector y medios especializados. Allí se consolidó una visión que va más allá del vestuario: la moda como herramienta de bienestar, salud y recuperación emocional. En alianza con Punto Blanco, el programa llevó la experiencia “Wellness Reset” a la ciénaga de Mallorquín, demostrando que moda y medioambiente pueden coexistir para impulsar el turismo sostenible.

La formación ha sido un componente vital. El Distrito otorgó becas para que jóvenes de distintas localidades estudiaran diseño, moda y administración; fortaleció el Club de Tejedoras, cuyas artesanas hoy confeccionan piezas para diseñadores de talla mundial; y garantizó que estudiantes de la EDA se vincularan activamente al programa como protagonistas, no como espectadores. Estas acciones ratifican la visión del alcalde: la moda como instrumento de movilidad social.

Pero fue en octubre cuando Barranquilla se consolidó como capital de la moda del Caribe. La inauguración de la Galería de la Moda en el Gran Malecón, junto a la estatua de Sofía Vergara, abrió al público las diez piezas de la colección “Barranquilla” que brillaron en el New York Fashion Week. Esta vitrina gratuita, financiada por el Distrito, permitió que miles de barranquilleros y turistas se conectaran con el orgullo de ciudad. Fue una experiencia colectiva de identidad que solo un gobierno comprometido con su gente puede activar.

Ese mismo mes, la Fábrica de Cultura se convirtió en el corazón del Congreso Latinoamericano Ixel Moda 2025. Más de mil participantes internacionales llegaron a Barranquilla convocados por el Distrito, que transformó este evento en una experiencia académica y económica. Los estudiantes de la EDA no solo asistieron, fueron protagonistas con muestras artísticas, aprendiendo directamente de los mejores exponentes del continente. La ciudad se convirtió en aula, pasarela, vitrina y símbolo de progreso.

El impacto económico es innegable. Más de 600 empleos directos e indirectos fueron generados gracias al programa, beneficiando a modistas, artesanos, maquilladores, fotógrafos, zapateros y emprendedores. Las ferias comerciales impulsadas por el Distrito promovieron el consumo local y fortalecieron cadenas productivas. El turismo se disparó en cada evento, con visitantes nacionales e internacionales que llenaron hoteles, restaurantes y comercios. Barranquilla es Moda demostró que la moda también alimenta la economía familiar.

El alcalde Alejandro Char ha sido pieza fundamental en esta transformación. Su liderazgo permitió que la moda se convirtiera en política pública, con inversión sostenida, acompañamiento empresarial y visión internacional. Bajo su administración, Barranquilla pasó de admirar desfiles en otras ciudades a tener una agenda propia que hoy es referencia para Colombia y América Latina.

De cara al cierre del año, el Distrito ya prepara la tercera edición del programa, con nuevas experiencias que conectarán moda, sostenibilidad e identidad caribeña. La visión es clara: la moda no es solo vestuario, es ciudad, es cultura, es economía y es futuro.

“La moda es desarrollo, es cultura y es bienestar. Barranquilla es moda, no solo es una vitrina para nuestro talento, sino que además lo forma, lo impulsa y lo convierte en oportunidades”, sostuvo Madelaine Certain, gerente de Proyectos Especiales.

Hoy Barranquilla está de moda no por casualidad. Está de moda porque el Distrito la llevó al escenario global, porque un alcalde tuvo la visión de convertir la creatividad en motor de desarrollo y porque esta ciudad decidió creer en su propio talento. Barranquilla es Moda no solo cuenta una historia de estilo: cuenta la historia de un pueblo que se transformó a sí mismo y que hoy inspira al mundo.