El alcalde Jaime Pumarejo abrió las puertas de la primera fase del Ecoparque Ciénaga de Mallorquín, que le apunta a continuar impulsando la economía y el turismo en la ciudad.
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'Estamos en la mitad del camino, pero a un paso más cerca de este tesoro que tenemos y que la mayoría no conocía. Nos vamos a asegurar que nunca más lo volvamos a maltratar ni olvidar', dijo Pumarejo.
El mandatario recordó que caminando por los diferentes barrios de la ciudad como La Playa y Las Flores se dio cuenta de las necesidades que estaban padeciendo estas comunidades.
'Después de decirles y comprometernos, nuestros arquitectos de cabecera empezaron a dibujar lo que hoy es una realidad'.
Contó que el sendero hace honor a los pescadores que durante años vivieron de esta ciénaga. 'El sendero tiene espacios más reducidos, porque tenemos que adaptarnos a la naturaleza en el que estamos recuperando un tesoro de más de 10 mil hectáreas'.
Aseguró: 'Queremos que la comunidad disfrute de todos los beneficios que traerá este lugar. Todo esto lo estamos haciendo con el corazón y estirando la platica para tener la capacidad de generar ingresos a través del ecoturismo'.
Extendió el mensaje a los barranquilleros para que cuiden y disfruten del Ecoparque de forma 'consciente' para evitar seguir destruyéndolo. 'Queremos una ciénaga sin residuos sólidos'.
Lo que para muchos puede ser un lugar bonito, con estructuras renovadas y olor agradable para visitar, compartir en familia y hacer actividades físicas y recreativas, para otros significa el renacer de una comunidad que durante años pedía a 'gritos' un mejoramiento en la calidad de vida.
Jesús Insignares, director de la CRA, destacó el significado de este espacio que representa un valor ecosistémico 'incalculable'.
'Todos los barranquilleros y del mundo entero miran a la ciénaga de Mallorquín en un proyecto que confirma por qué Barranquilla es una biodiverciudad', mencionó Insignares.
Adicionalmente, destacó el esfuerzo del alcalde Pumarejo con su compromiso para la recuperación de este cuerpo de agua. 'Entrego un reconocimiento a nuestro alcalde porque con Mallorquín, la ciudad respira ambiente'.
El pasado que queda en la memoria
Con la nostalgia de vivir por más de 30 años a orillas de la Ciénaga de Mallorquín, Heidy Ayala manifestó que esta reserva natural ha cambiado satisfactoriamente gracias al proyecto de recuperación que busca atraer a turistas que mejoren la economía de los sectores aledaños.
'Siempre la ciénaga fue un sustento porque sobreviví pescando chipi chipi y demás especies, las cuales hoy se han extinguido', dijo Ayala.
La mujer contó que ha sido testigo del antes y después del renacer de este lugar y que necesitan que se convierta en un sector altamente visitado por propios y turistas.
Bladimir Rodriguez, quien vive hace siete años en el corregimiento La Playa, manifestó que le causa ilusión conocer el proyecto del Ecoparque ya que junto a su hijo tuvieron la oportunidad de conocer el estado en el que se encontraba.
'Yo le hice un comentario a mi hijo y es que no lo íbamos a reconocer como se encuentra este espacio ahora', expresó Rodríguez.
Asimismo, reiteró la importancia y el impacto económico que le dará esta ciénaga al comercio.
Jairo Echeverría, habitante del corregimiento La Playa, reiteró que no ve la hora de poder conocer junto a su familia este 'mágico' lugar.
'Espero poder ir pronto a la ciénaga para recorrerla con mi hijo y disfrutar de un día en familia en medio de la naturaleza'.




















