En la margen izquierda de la desembocadura del río Magdalena se encuentra ubicada la Ciénaga de Mallorquín, un ecosistema de gran importancia debido a sus zonas de mangles, planos lodosos, playas y ciénagas, donde se resguardan cientos de especies de aves migratorias y residentes.
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La cigüeñuela cuellinegra, el pelícano pardo, el rabihorcado magnífico, la aratinga pertinaz, la golondrina común, la garza real, el carpintero amarillo, la mariamulata, la guacharaca caribeña, el gavilán pollero, la lechuza y el periquito manglero hacen parte de las 154 especies que se han registrado en este ecosistema.
A ese número se llegó con el registro, a principios de mes, de un ejemplar de Martín Pescador Chico (Chloroceryle aenea), una especie que si bien es residente en Colombia, no se había observado en el departamento.
De acuerdo con expertos consultados por EL HERALDO, la ciénaga de Mallorquín cuenta con una ubicación privilegiada que permite el arribo de aves que recorren miles de kilómetros en busca de un lugar cálido para refugiarse y alimentarse.
'La ciénaga se ha catalogado como un ecosistema de importancia regional para la conservación de aves. Se encuentra en una ubicación estratégica que acoge especies migratorias que vienen de Estados Unidos y Canadá a pasar la temporada de invierno', aseguró Ramón Montes, experto en avistamiento en la Ciénaga de Mallorquín.
Montes, quien lidera el colectivo Atlántico Birding, aseguró que desde el año 2015 se vienen desarrollando censos –de carácter nacional e internacional– de las especies de aves en la ciénaga. Según indicó, cada una cuenta con una abundancia relativa distinta.
'Hay especies de aves que son más comunes que otras. Hay especies que son raras o erráticas, es decir que se registraron y no se han vuelto a ver. Sin embargo, suman en la lista y son importantes para la observación y conservación de aves', expuso el hombre.
Las especies que se han registrado en Mallorquín se encuentran distribuidas en 37 familias y 19 órdenes. Según los registros de expertos las familias mejor representadas fueron Scolopacidae (playeros) con 25 especies, Ardeidae (garzas) y Tyrannidae (atrapamoscas) con 14 especies cada una.
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Impacto de la recuperación
Montes expuso, además, que la llegada de nuevas especies a la ciénaga de Mallorquín es una muestra que el proceso de recuperación que se ha puesto en marcha también tiene un impacto positivo en el componente de conservación de fauna y flora.
'La reforestación con manglar permite la llegada de nuevas especies; en la medida en que va creciendo el manglar hay más habitat, más refugio y más oferta pesquera. Hay espacio también para que muchas especies aniden y puedan seguir creciendo en el número de individuos', agregó.
Al respecto, Juanita Aldana, directora del departamento de Química y Biología de la Universidad del Norte, indicó que la iniciativa permitirá a los ciudadanos vivir una nueva experiencia de contemplación de zonas naturales y especies nativas.
'El ecoparque es un proyecto interesante que permitirá que las personas de Barranquilla y los visitantes puedan acceder a un sitio natural como la ciénaga y observar su biodiversidad, lo cual antes no era posible porque no había un espacio público para ello', sostuvo.
Indicó, además, que este proceso se debe desarrollar con una serie de reglas claras para no afectar el equilibrio ecológico en este sector.
'El turismo puede ser negativo si no se maneja adecuadamente. Si tú no controlas el número de visitantes, los lugares por dónde va a caminar la gente, si se va a botar más basura o si las personas llegan a hacer ruido se puede alterar negativamente la dinámica de las especies que viven en la ciénaga', expuso.
Política de biodiverciudad
El alcalde Jaime Pumarejo sostuvo que la recuperación de la ciénaga de Mallorquín se constituye en el proyecto ambiental más ambicioso que se desarrolla en la región Caribe, que le apunta al crecimiento del ecoturismo y el conservacionismo, de la mano de la visión de convertir a Barranquilla en la primera biodiverciudad del país.
Destacó que, en el marco de esta iniciativa, se adelantó un trabajo de descontaminación del cuerpo de agua para lograr un equilibrio del ecosistema por medio de un método innovador basado en el uso de microalgas cultivadas en el mismo humedal.
Dichas algas se encargaron de disminuir las concentraciones de los contaminantes del recurso hídrico, sin necesidad de otros métodos químicos que alteraran el ecosistema.
Pumarejo expuso, además, que con la recuperación de este espacio, los visitantes podrán realizar avistamiento de aves a través de senderos ecológicos entre manglares y transitar por la bicirruta, entre otras actividades.
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Los avances del proyecto
A finales de septiembre se hará la entrega de la primera etapa del ecoparque Mallorquín. La información fue entregada por el gerente de Ciudad, Juan Manuel Alvarado, durante una reciente jornada de socialización con las comunidades de zonas aledañas.
'El 'no finaliza en esta administración; nosotros dejamos un plan para los siguientes gobiernos, porque este es un proyecto a largo plazo; también estamos trabajando con la academia para que ellos apliquen proyectos de ciencia, tecnología e innovación para la efectiva recuperación de la ciénaga', expuso.
Mientras que Henry Cáceres, director de Barranquilla Verde, expuso que el proceso para que la ciénaga de Mallorquín sea declarada como área protegida por parte del Gobierno nacional avanza de manera positiva.
Playa de Puerto Mocho y Tren Turístico, complemento del proyecto
La recuperación de la ciénaga de Mallorquín se complementa con el ordenamiento de la playa de Puerto Mocho y el funcionamiento del Tren Turístico.
En Puerto Mocho, el Distrito avanza en la delimitación de tres zonas: la activa, ubicada en la orilla, destinada exclusivamente para bañistas, que contará también con la práctica de deportes náuticos como Kitesurf, Surf, Paddle Surf, entre otros.
Le sigue la zona de reposo, que será ocupada por carpas y luego la zona de servicios, donde se plantean todos los equipamientos de la playa.
Por su parte, el Tren Turístico comprende la intervención de 2.67 kilómetros del tajamar occidental, el cual contará con espacio público y la estructura de la vía férrea.
La franja que conecta Las Flores y la playa de Puerto Mocho tendrá, además, sendero peatonal y ciclorruta. Serán 2.6 kilómetros de sendero peatonal, 2.2 kilómetros de ciclorruta y 2.6 kilómetros de tranvía, transformando el transporte artesanal que por décadas impulsó el turismo en el sector.
Para ello, se pondrán en funcionamiento dos vagones.
