A buen ritmo avanza la construcción del Ecoparque Ciénaga de Mallorquín, cuya primera fase entrará en funcionamiento desde finales de septiembre y promete impulsar el turismo de naturaleza de la mano con el desarrollo económico de las comunidades que viven en torno a este ecosistema.
Este miércoles se llevó a cabo un encuentro con gremios, comunidad y academia con el fin de dar a conocer los avances y la proyección que tiene para lograr que Barranquilla sea una biodiverciudad, así como la hoja de ruta para materializar nuevas etapas en el futuro.
El gerente de Ciudad, Juan Manuel Alvarado, manifestó que el proyecto 'no finaliza en esta administración; nosotros dejamos un plan para los siguientes gobiernos, porque este es un proyecto a largo plazo; también estamos trabajando con la academia para que ellos apliquen proyectos de ciencia, tecnología e innovación para la efectiva recuperación de la ciénaga'.
El funcionario indicó que Mallorquín es un 'gran reto' en lo que respecta a la recuperación y cobertura del manglar, la calidad del agua y que los habitantes de La Playa y las Flores pueda trabajar alrededor del ecoparque.
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Asimismo, sostuvo que las obras avanzan de acuerdo con el cronograma, y que lo que el alcalde Jaime Pumarejo estructuró y ejecuta se va a inaugurar durante su gobierno: 'Esto hace referencia a las dos unidades funcionales (UF) de Mallorquín, que son 6 kilómetros de senderos, la siembra de plántulas de manglar, la playa Puerto Mocho, el Tren Turístico y las estrategias de educación ambiental están en curso'.
¿Cómo operará?
Según lo expuesto por Alex de Bedout, director de Puerta de Oro, una vez se abra el ecoparque contará con un horario al público de martes a domingo y festivos de 6:00 a. m. a 6:30 p. m., mientras que estará cerrado los lunes para labores de limpieza y descanso del ecosistema.
'Es importante destacar que contaremos con un aforo limitado teniendo en cuenta la capacidad de carga del ecoparque, dos parqueaderos y no se permitirá el ingreso durante tormentas eléctricas por temas de seguridad', expuso.
Entre las recomendaciones que entregó cuando se realiza la visita a la ciénaga están: avanzar siempre a la derecha, respetar el ecosistema, tener precaución ante alta exposición al sol e insectos, traer hidratación, pero no en envases plásticos, y evitar maltratar o rayar los senderos.
Expuso que no se permite el ingreso de alimentos y se debe usar ropa cómoda, así como guardar silencio para apreciar más especies, permanecer dentro de los sederos e informar al personal guía si se encuentra con algún animal en su recorrido.
El aporte de la academia
La academia local ha sido fundamental en el proceso de consolidación y ejecución del proyecto, lo que ha permitido desarrollar las obras priorizando la riqueza de fauna y flora que posee la ciénaga.
'Estos espacios nos permiten tener una clara la visión de lo que busca esta intervención a futuro y así tener las herramientas para actuar, si llegaran a presentarse casos de invasión o tala de mangles, poder tomar acciones que resalten el impacto que tendría en este ecosistema. Estamos hablando de Mallorquín, de la cuenca, y estamos dejando una hoja de ruta clara para que todos los actores de ciudad continúen', expuso Hernando Bolívar, investigador de la Universidad Simón Bolívar.
Además, el académico resaltó la importancia de que la academia tenga participación en estos espacios: 'La ciénaga es importante para la seguridad alimentaria de las comunidades que viven cerca de ella, pero también para la ciudad en cuanto al cambio climático porque es nuestra barrera frente al aumento del nivel del mar, tormentas, entre otros fenómenos'.
Área protegida
Henry Cáceres, director de Barranquilla Verde, expuso que el proceso para que la ciénaga de Mallorquín sea declarada como área protegida por parte del Gobierno nacional avanza de manera positiva.
'Con esta declaratoria buscamos garantizar la conservación de la ciénaga, al ser un área de desove y cría de especies acuáticas, así como las playas, dunas y aves endémicas y migratorias que alberga este ecosistema', indicó.
En la primera revisión realizada por Invemar, según comentó, se consideró que llevar a cabo la declaratoria de nueva Área Marina Protegida 'es pertinente para la conservación y protección de sus ecosistemas y servicios a escala local y regional, así como para la futura restauración y rehabilitación de las áreas degradadas y sus servicios con el fin de promover el bienestar de la población y la ciudad'.
