El colorido que identifica al Carnaval de Barranquilla durante sus cuatro días es el mismo que caracteriza al Barrio Abajo los 365 días del año. Se refleja en las fachadas de sus casas, en los vehículos clásicos que aún transitan por sus vías y callejones y en el anaranjado de las 'mandarinas dulces' que cuelga el frutero para la venta de estas y que promociona a viva voz mientras recorre dicha urbanización.
De acuerdo con José Ignacio Cassiani, uno de sus habitantes, el Barrio Abajo 'es como Macondo, que significa magia', por lo que tiene y por lo que produce. Precisamente, entre ese frutero que vende unos productos coloridos que se confunden con el azul cielo despejado, propio de la tercera semana de enero, y los carros sobre la vía, van caminando dos reyes, pero no son magos, son momos de las carnestolendas.
De hecho, son dos de los tres reyes Momo que suma, hasta ahora, este barrio ubicado en la localidad Norte-Centro Histórico de Barranquilla, y cuya cifra hace que los barrioabajeros ‘peleen’ codo a codo con los reboleros por el barrio que tenga más de esta figura carnavalera. En la actualidad, van empatados.
Uno de ellos es el que define a Barrio Abajo como el ‘Macondo’ de Barranquilla. El ‘Pavo’, como llaman a Cassiani, se distinguió como rey Momo del Carnaval de 2008, en el que compartió un 'mensaje de respeto' hacia los actores del Carnaval, según afirma.
Vestido como si fuera un día festivo, con camisa playera de color azul turquí y que contiene estampadas unas palmeras verdes, además con un jean gris, unos zapatos rojos sin cordón, y usando un sombrero vueltiao que le permite protegerse del sol, recuerda el motivo que lo llevó a dirigir un grupo particular de personas que buscaban 'rebelarse' en contra de aquellos que 'querían burlar la tradición'. Por eso lo nombró La Rebelión de las Marimondas del Barrio Abajo.
'La marimonda iba cogiendo para otros destinos, como Montecristo. Entonces luchamos para que se quedara aquí. En el Barrio Abajo nace y muere el Carnaval', dijo el ‘Pavo’, quien participó en el acto oficial de la declaración del Carnaval de Barranquilla como Patrimonio Cultural de la Nación, por parte de la Unesco.
Un bando histórico
Al lado del director de la comparsa de Cassiani, se encuentra Rafael Altamar, otro del Barrio Abajo que ha fungido como rey Momo, pero del Carnaval de 2010. El mismo que hace 55 años, aproximadamente, participó como cofundador de la cumbiamba El Cañonazo.
De acuerdo con este actor cultural, el grupo nació con la idea de estar más cerca de su madre, a quien no le gustaba que bailara en un grupo de carnaval que tenía como sede a San Roque. Por lo que debió armar su propio grupo de 'cambamberos' en el Barrio Abajo y así tener el consentimiento de su gestora.
Sin embargo, Altamar es recordado por un hecho histórico que sucedió en la Lectura del Bando de 2010, a cargo de la reina Giselle Lacouture, quien lo puso a leer el octavo parágrafo del decreto que daba inicio a las fiestas de ese año.
'Le dije a Jessi, como la llamaba, que no podía hacer eso, porque es un dictamen que solo lo dan las beldades. Pero ella me insistió hasta que lo hice en la tarima', relata este gestor cultural, quien al igual que el ‘Pavo’, viste con un atuendo tropical y con una mochila cruzada en su torso.
Pero al Barrio Abajo no solo lo hace merecedor de un patrimonio cultural un trío de reyes Momo, sino un corredor cultural que incluye a la Casa del Carnaval, el Museo del Carnaval, el Parque Cultural del Caribe, la antigua Aduana, el par vial de la carrera 50, entre otras calles donde se organizan actividades como ruedas de cumbia.
Por lo anterior, el Bureau Internacional de Capitales Culturales reconoció en 2013 al Barrio Abajo como Tesoro del Patrimonio Cultural de Barranquilla, a través de votación ciudadana.
Campeón de boxeo
Aunque el Barrio Abajo se ha caracterizado por sus orígenes culturales, también lo representan deportistas que lograron hazañas cuando se encontraban vigentes. Tal es el caso de Mario Miranda Marañón, un exboxeador que se hizo merecedor de un cinturón que le brindó la Federación Norteamericana de Boxeo por su título súper pluma, que obtuvo en 1987 frente a Dwight Pratchett.
Ahora, cambia los guantes ante los quebrantos de salud y los reemplaza por una vestimenta formal a la que sujeta en su cintura con ese reconocimiento.
Tras colgar los guantes, su intención es abrir un gimnasio, 'en el que pueda formar a niños y jóvenes del Barrio Abajo en el boxeo'.
Aspecto arquitectónico
En esta urbanización habitan 10.041 personas en 1.979 inmuebles, entre los que se destacan viviendas de tipo colonial, con ventanas de madera, cubiertas de teja y un interior fresco.
'Algunas casas fueron levantadas con barro de gallego o bareque, y las calles con nombre, por ejemplo la calle Santander o la calle de La Luz, eso también identifica al barrio', dice el historiador Álvaro Ortiz.
Por su parte, el arquitecto y artista plástico Tulio Pizarro se destaca por convertir en lienzos entre colores vivos y oscuros a las particularidades del barrio. 'Me inspiro en el Barrio Abajo, en sus marimondas y las casas antiguas, que son tradición', sostiene.
Por la salud
Sin embargo, hay un pedido por el que urge la comunidad y es por la construcción de un puesto de salud y un parque infantil. 'Para una consulta o una emergencia, tenemos que ir hasta Las Flores, mientras que para recrear a los niños debemos ir a Montecristo', afirmó el edil Raúl Vanegas.
A pesar de esta adversidad, Barrio Abajo y su gente sonríe y, como lo interpretó Cuco Valoy en Frutos del Carnaval: 'Lo bailan bajito, y si no te bajas, te empujan, te jalan'.




















