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Kevin Clemente refleja la perfecta fusión que se genera de los saberes ancestrales y las bases científicas. Si bien a simple vista parecen dos mundos totalmente distintos –que sí lo son–, al encontrarse ofrecen un panorama completo y cercano al verdadero lenguaje de la naturaleza.

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El joven de 23 años fue noticia a principios del mes de diciembre, luego de conseguir el apoyo del Fondo Corrigan para su tesis de grado “Caracterización, textura y composición de sedimentos lacustres en el sector occidental de los Andes Parque Isla Salamanca”, la cual se propone definir una línea base geológica que oriente un adecuado manejo ambiental de tan emblemático pulmón para la ciudad.

Este significativo logro en su vida profesional responde al amor que siente por la geología, pero también concuerda con todas aquellas enseñanzas que le impartieron sus padres y su abuelo hace varios ayeres en los que descubrió el valor de la tierra en medio del resguardo indígena del que es originaria su familia.

“Es bastante amplio el abanico de posibilidades que nos brinda el estudio de la tierra. Pero lo más importante es que este conocimiento esté al servicio de los seres humanos”, expresó a EL HERALDO el estudiante de la Universidad del Norte.

Isla Salamanca

Cortesía. El joven Kevin Clemente estudia Geología con una beca del programa Generación E.

Generalmente, el Vía Parque Isla Salamanca aparece en los titulares debido a sus constantes incendios. Pero otros problemas también lo aquejan, tales como los cambios en el uso del suelo, erosión y colmatación de caños.

Este foco de inconvenientes despertó la curiosidad en el joven, debido a que se preguntaba cómo es que, a pesar de todas las complicaciones que presenta este ecosistema, no se habían hecho estudios detallados de la composición y textura de los sedimentos de la zona.

Sus preguntas lo llevaron al Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras José Benito Vives de Andreis (Invemar), entidad con la que pudo sacar adelante su proyecto y lograr su objetivo principal: entender las bases geológicas del área.

En síntesis, con los resultados obtenidos llegaron a la conclusión de que el Parque Isla Salamanca necesita la conexión hídrica con el río Magdalena para evitar que esta ciénaga se pierda. En caso de que se colmaten los caños y los mangles, se perderían espejos de agua y muchas especies que habitan allí no tendrían dónde estar.

Cortesía. El joven Kevin Clemente estudia Geología con una beca del programa Generación E.

Kevin Clemente descubrió que en la época seca, los sedimentos –es decir, la tierra– son muy finos, lo que refleja un ambiente de baja energía donde el agua permanece más tranquila y permite que estos granos pequeños se depositen.

No obstante, en la época de mayor lluvia, durante el estudio pudo determinar que el aumento del nivel y del caudal del río Magdalena genera un flujo más fuerte hacia las ciénagas, lo que produce un ambiente más energético y sedimentos más gruesos, incluidos granos arenosos y grava.

“Esto concluye que deben crearse estrategias de manejo efectivas que permitan conservar esta zona, especialmente manteniendo la conexión hídrica para evitar que se pierda”, explicó el joven.

Él y la naturaleza

Cortesía. El joven Kevin Clemente estudia Geología con una beca del programa Generación E.

Para Clemente, la naturaleza es un ser más, un sujeto que convive con nosotros. El descubrimiento de su grandeza ocurrió luego de volver al resguardo indíngena San Andrés de Sotavento, en el departamento de Córdoba, del que son originarios sus padres, y quienes habían huido de sus tierras debido al conflicto armado.

Una vez de vuelta a su lugar de origen, su familia, y entre esos su abuelo, le enseñaron a cultivar. A través de esa práctica ancestral, Kevin le otorgó un valor distinto a la tierra, el cual es bastante significativo porque, como indígenas, viven de ella.

“Los pueblos a los que pertenezco son agricultores y artesanos; la tierra brinda los recursos para subsistir, por ende el valor que le damos es muy significativo”, relató el estudiante de la Uninorte.

Siendo estudiante de Geología, Kevin transita estos mismos lugares con una mirada distinta. Ahora, la ciencia y lo ancestral conviven en él para identificar rocas con fósiles marinos, por ejemplo, hallazgos en los que convergen dos virtudes que juegan a su favor: sus conocimientos científicos y sus raíces culturales.

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“Ahora, mi propósito ya como profesional es cuidar la tierra y el medio ambiente en general, para que podamos mantener este lugar llamado Tierra de forma digna por más tiempo”, finalizó.