Los operarios de aseo de la ciudad enfrentan diariamente un riesgo silencioso pero muy peligroso: los residuos cortopunzantes mal dispuestos por los usuarios.
Jeringas, vidrios rotos, espinas de pescado y otros objetos peligrosos terminan ocultos entre la basura doméstica, causando lesiones graves y exponiéndolos a enfermedades.
Según cifras de la empresa Triple A, desde 2019 se han registrado 148 accidentes laborales causados por este tipo de residuos.
Leer más: Activan subsidio de transporte para universitarios desde el segundo semestre de 2025 en Atlántico
Solo en 2024 se reportaron 34 casos, y en lo que va de 2025 ya se han presentado cuatro.
La situación preocupa a los trabajadores, quienes insisten en la necesidad de que la ciudadanía tome conciencia y maneje adecuadamente estos desechos.
Jonathan Hernández, operario de aseo, vivió en carne propia este peligro.
“Una vez me pinché con una jeringa que estaba tirada en la basura sin ninguna protección. Por fortuna los exámenes de sangre salieron bien, pero el susto fue muy grande. No todos los días uno tiene esa suerte”, contó.
El incidente, aunque no tuvo consecuencias graves, dejó una clara lección sobre la importancia del manejo responsable de residuos peligrosos.
Además de jeringas, los trabajadores también se encuentran con vidrios rotos, espinas de pescado, pilas de batería y líquidos como tíner.
“Los ciudadanos deben ser más conscientes de los peligros que enfrentamos nosotros a la hora de recoger las basuras.
Lea también: Este viernes finaliza plazo para pago con descuento del predial
Deben ayudarnos empacando bien los vidrios, jeringas y desechos de alimentos, como las espinas de pescado; pero, sobre todo, los líquidos como el tíner, que nos causan mucho daño en la piel y pueden afectarnos también los ojos”, explicó Hernández.
Otro caso es el de Antonio Ojeda Miranda, operario con más de cinco años de experiencia, quien también ha sufrido cortes y pinchazos con residuos mal dispuestos.
“Los guantes son para protegernos, pero en lo que se refiere a vidrio, metales o baldosa, depende es de que los usuarios hagan su tarea de empacarlos bien antes de entregarlo a los encargados de la recolección de basuras”, afirmó.
Antonio, al igual que Jonathan, hizo un llamado a la ciudadanía para que haya más respeto, organización y conciencia con el manejo de los residuos sólidos.
Desde Triple A se recuerda que la recolección y manejo de residuos es un servicio esencial para la salud pública y la limpieza de la ciudad.
Sin embargo, esta labor conlleva grandes riesgos cuando los desechos no son presentados correctamente.
El contacto con objetos cortopunzantes puede exponer a los trabajadores a enfermedades graves como hepatitis B, hepatitis C, VIH/Sida y otras infecciones.
Por esta razón, la empresa hace varias recomendaciones a los usuarios: envolver los objetos cortantes (vidrios, cuchillos, agujas) en papel o cartón antes de ponerlos en la bolsa de basura; usar botellas plásticas con tapa para depositar jeringas usadas; cerrar bien las bolsas y no sobrecargarlas para evitar que se rompan y dejen expuestos los elementos peligrosos; e incluir una nota visible indicando el contenido de riesgo.
Le puede interesar: Con bloqueos y cabildos se cumplió el primer día de paro en Atlántico
La normativa también respalda esta responsabilidad. El Decreto 1077 de 2015, que reglamenta el servicio público de aseo, señala que los usuarios deben presentar los residuos sólidos en recipientes adecuados y de acuerdo con el Plan de Gestión Integral de Residuos Sólidos (PGIRS).
Además, estos deben ubicarse en los sitios autorizados con no más de tres horas de anticipación al horario de recolección.
El mensaje es claro: el manejo adecuado de los residuos cortopunzantes no es solo una cuestión de orden, sino un acto de respeto y solidaridad hacia quienes trabajan todos los días por la limpieza de nuestras calles.
Como dijo Antonio, “Nosotros cuidamos la ciudad, pero necesitamos que la ciudad también nos cuide a nosotros”.