En el más reciente encuentro de los obispos del país que se produjo en el marco de la Conferencia Episcopal Colombiana el tema de la seguridad estuvo en la agenda y como conclusión de ello los prelados advirtieron sobre el recrudecimiento de la violencia.
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El obispo de la Diócesis de Sincelejo, monseñor José Clavijo Méndez, habló con EL HERALDO sobre el tema y a su vez exteriorizó su preocupación por la ola de homicidios que se registra en el departamento de Sucre y en especial en Sincelejo, donde a la fecha van 28 muertes de esta índole, 13 de ellas en febrero.
'Constatamos en la Conferencia Episcopal Colombiana que en lugar de ir mermando la violencia, lo que estamos viendo es un recrudecimiento a nivel nacional y eso es muy doloroso'.
El alto prelado de la Iglesia Católica en el departamento ratificó que la vida es el don más preciado que Dios nos ha dado y nadie puede disponer de ella.
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'Esto que está ocurriendo es gravísimo. No matarás, dice el quinto mandamiento con el que Dios reserva la vida', anota el Obispo que a su vez hace referencia a la encíclica del Papa Francisco Fratelli Tutti, que significa Todos hermanos, donde 'invita a una fraternidad social, a que todos seamos hermanos, por tanto a construir y reconstruir relaciones fraternas y ese es un camino que debemos tomar. Hay que educarnos y formarnos para eso', anota Monseñor José Clavijo.
Finalmente advierte que toda vida, tenga o no antecedentes, es sagrada y solo Dios es quien tiene derecho a disponer de ella, por eso insta a que en lugar de estarse acabando unos con otros se opte por el camino de la justicia que también es de Dios.
Catalogó de ruin el término de ‘limpieza’ que 'algunos que se creen del bando de los buenos usan para atentar contra el bando de los malos y así nunca acabará. En lugar de estar cada uno en su orilla lo que se debe es construir el puente para que todos podamos pasar y estrechar las manos, y en lugar de hacer esas limpiezas, que no son limpiezas porque hay podredumbre en el corazón de quien lo hace, hay que hacer es un compromiso y construir, pero eso es difícil porque ahora es más fácil disparar un plomo que vale 2 mil pesos y listo. Nunca lo fácil es lo más conveniente', puntualizó el obispo.


