Durante las celebraciones de fin de año, en distintos rincones del país se repiten rituales cargados de simbolismo con los que las familias buscan atraer buenos augurios para el nuevo ciclo. Entre los más populares están recorrer la cuadra con una maleta para llamar a los viajes, comer las tradicionales 12 uvas a la medianoche, guardar lentejas en los bolsillos y elaborar el llamado ‘año viejo’.
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Esta última costumbre consiste en crear un muñeco de trapo, generalmente de tamaño similar al de una persona, relleno con papel, telas o paja. Suele vestirse con ropa usada del creador o de algún familiar, convirtiéndose en una representación simbólica del año que termina.
Por otro lado, según The New York Times, el poeta y académico Odi Gonzales, profesor de estudios latinoamericanos y andinos de la Universidad de Nueva York, señala que la quema del año viejo tiene sus raíces en Ecuador y se relaciona con prácticas heredadas de la colonización española.
Asimismo, algunos historiadores incluso vinculan su origen con antiguas ceremonias del fuego realizadas entre los siglos VI y V a. C. en la Grecia clásica, donde se creía que los reyes debían ser incinerados al finalizar su mandato, tradición que con el tiempo se transformó en la quema de figuras simbólicas, según explica Radio Nacional de Colombia.
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La tradición en la actualidad
Quienes deciden mantener viva esta costumbre suelen hacerlo justo a la medianoche del 31 de diciembre, cuando el reloj marca el inicio del nuevo año. El acto de quemar el muñeco representa una limpieza simbólica: dejar atrás las malas experiencias, cerrar ciclos y abrir espacio a nuevas oportunidades, la buena suerte y la esperanza, como lo señalan diversas tradiciones populares.
En muchos casos, el ‘año viejo’ es caracterizado como un personaje reconocido de la política, el entretenimiento o el deporte, y se le agregan elementos humorísticos, como una botella de licor. Antes de prenderle fuego, es común leer el ‘testamento’, un texto satírico que repasa los hechos más relevantes del año y deja mensajes o recomendaciones sobre los llamados ‘haberes’ y ‘teneres’.
Llamado a la responsabilidad
Las autoridades recuerdan que estos muñecos no deben contener pólvora ni artefactos pirotécnicos. En Colombia, el uso de estos elementos está regulado por la Ley 2224 de 2022, que establece normas estrictas para la fabricación, transporte, comercialización y manipulación de pólvora en todo el territorio nacional.
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Las sanciones por incumplir esta normativa se endurecieron. “Antes la sanción era entre 2 y 20 salarios mínimos legales vigentes. Ahora la multa subió a entre 1 y 300 salarios mínimos. Es decir, una persona que incumpla podría llegar a pagar hasta 300 millones de pesos si se afecta la vida de una persona por la mala manipulación de la pólvora”.
La invitación es a mantener vivas las tradiciones de manera segura y responsable, priorizando la protección de la vida durante las celebraciones de fin de año.



















