En Bogotá y Tunja se llevó a cabo el rodaje de Policiaco sin crimen, ópera prima de Darío Vargas que, inspirada en el cine negro estadounidense de los años 40 y 50, se desarrolla en Colombia a comienzos de los años 60, época en la que los detectives Calvás (Saín Castro) y Calvo (Juan Carlos Benjumea) son contratados por Esperanza (Juana Arias), una misteriosa mujer que busca a su abuelo desaparecido.
La investigación conduce a los detectives a descubrir, con la ayuda de su asistente Adelguiza Prisa (Ángela Cano), que han sido objeto de un engaño y deberán develar los motivos por los cuales la mujer los ha contratado.
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“Que no haya crimen le da el tono que, creemos, debe tener la película, un tono de buen humor y de humor negro. Policiaco sin crimen está inspirada en un cine muy popular en Hollywood de los años 40 y 50, y tiene algunas revisiones actuales como Sin City o Blade Runner, películas de cine profundo, de autor, pero inversas en el sistema de Hollywood, por lo que el cine negro es, quizás, una de las expresiones más claras de lo que es buen cine”, dice Darío Vargas, reconocido director de clásicos nacionales como ¿Por qué mataron a Betty si era tan buena muchacha? o En cuerpo ajeno.
En esta película lo policial está presente sin que el crimen sea protagonista, así que la ciudad donde se desarrolla se presenta húmeda, fría, con rincones oscuros que parecen guardar secretos invisibles.
Sitios de grabación
Fue así como las calles del barrio La Magdalena de Bogotá y las del centro de Tunja se tiñeron del ambiente de los 60 durante las semanas que duró el rodaje.
“Como estaban planteadas las escenas exteriores para recrear los inicios de los años 60 eran muy difíciles de realizar en Bogotá, teniendo en cuenta nuestro presupuesto de cine independiente. Por eso le propuse al director rodarlas en Tunja porque la ciudad tiene muchas edificaciones de los años 50 y 60”, comenta el productor ejecutivo Óscar Guarín, quien además de estar detrás de producciones legendarias como Las aguas mansas o Azúcar, es figura clave en series actuales como Emma Reyes o Cosiaca.
La experiencia de más de tres décadas en la industria audiovisual de Vargas y Guarín se complementa con el trabajo de algunos de los mejores profesionales que han impulsado la industria audiovisual nacional desde el siglo pasado, como lo es Rosario Lozano (diseño de producción de Crónicas de una generación trágica, Bolívar soy yo o La Pola), Rosita Cabal (diseño de vestuario de Yo soy Betty, la fea; Leandro Díaz o La Vorágine), Andrés Vargas (dirección de arte) y Mauricio Cadavid (dirección de fotografía), entre otros.
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Con este equipo, Darío Vargas y Óscar Guarín crearon una propuesta visual y estética de Policiaco sin crimen que se apoya en una paleta de colores desaturada dominada por tonos fríos (grises, verdes apagados, marrones tierra y azul petróleo), uso constante de lluvia fina y niebla suave que refuerzan el tono melancólico y ambiguo de la historia, y locaciones urbanas nostálgicas (bares con muebles de madera oscura, cafés antiguos, oficinas con escritorios pesados, y calles adoquinadas iluminadas por faroles tenues).
El vestuario, por supuesto, está inspirado en la elegancia formal de la época, con una marcada influencia del cine negro, adaptada al contexto bogotano de principios de los 60. El maquillaje y la peluquería refuerzan esta estética con sobriedad y coherencia histórica.