Cuando Nicolle Horbath subió al escenario del Centro de Eventos Puerta de Oro como telonera de Camilo el pasado 5 de junio, estaba vestida de blanco. Además, llevaba los recuerdos de infancia, la emoción de volver a su tierra, y el amor por la música que la ha acompañado desde siempre.
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“Ya había cantado con Camilo, fui corista en su disco Cuatro, pero esta fue la primera vez que abrí un concierto suyo, y hacerlo en Barranquilla fue muy especial”, contó la barranquillera a EL HERALDO luego de haberle mostrado su talento al público.
Después de años estudiando y presentándose por fuera del país, Nicolle regresó a casa. Lo hizo con sus propias canciones, con su historia y con el EP De magia imperfecta que no solo la llevó a ser nominada dos veces al Latin Grammy el año anterior, sino que le permitió mostrarse tal como es.
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“Ese álbum es como una radiografía de mi ser. Cuento lo que siento, lo que vivo: el amor familiar, el amor propio, las pérdidas. Cada canción tiene una parte de mí”.
El público lo sintió. Desde que anunció su participación en el concierto, muchos comenzaron a escribirle, emocionados. “Me decían ‘ya tengo la boleta’, ‘quiero verte’. Sentí que no era solo yo la que estaba feliz por cantar en casa. Era un reencuentro”.
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Una música que abraza
Nicolle define su estilo como “pop de cantautor”. Pero más allá del género, lo que la distingue es la sensibilidad, ya que sus canciones son historias contadas desde el corazón.
“Mi música es para escuchar con el alma. Siempre intento que quien me escuche sienta que hay alguien más que ha pasado por lo mismo. Eso es lo bonito de la música: que nos conecta”.
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Esa conexión también la ha llevado a compartir experiencias con artistas como Carlos Vives, Juanes y, por supuesto, Camilo.
“He aprendido mucho de ellos, pero sobre todo, que los grandes suelen ser los más generosos. Con Camilo me une algo especial: compartimos el sueño de la música desde hace más de 20 años. Es hermoso ver hasta dónde hemos llegado”.
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Canta sin moldes
Horbath no canta para llenar moldes, canta para contarse, para reírse de sí misma. Para llorar si hace falta, y sobre todo para que su generación, los que están Casi 30 (así se llama su más reciente sencillo), escuchen algo en lo que puedan verse reflejados. “A esta edad uno empieza a cambiar las prioridades. Ya no se trata de salir de fiesta, sino de estar tranquilo, en casa, en pijama, viendo Netflix. Y eso está bien”, dice mientras habla de Casi 30, tema que sin querer se ha vuelto un himno para quienes están entrando a la adultez con más preguntas que respuestas.
La escribió con dos amigos, también artistas: Perilla y AleMor. “Nos sentamos un día y dijimos: ¡esto es! Ya no somos los mismos. Estamos pagando arriendo, lidiando con el caos de ser adultos, pero también estamos descubriendo cosas hermosas de esta etapa”.
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Ser adulta sin perderse
Nicolle, a sus 28 años, ha recorrido caminos intensos, tanto en lo personal como en lo artístico. Desde sus primeros pasos musicales hasta convertirse en corista del álbum Cuatro de Camilo.
“No ha sido fácil. A veces la industria quiere encasillarte, ponerte en una fórmula, pero yo decidí que quería vivir de mi música siendo yo misma, sin disfraces”, explica.
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Y lo logró. Su EP De magia imperfecta le recordó que no tiene que ceder su autenticidad para tener éxito. “Para mí, éxito es poder vivir de lo que amo”.
Un pop que huele a raíz
Aunque su música suele catalogarse como “pop de cantautor”, la influencia va más allá. Tiene raíces en la salsa, en lo afro y en lo folclórico.
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“Mi próximo álbum mezcla muchas de esas influencias. Tiene un concepto más comercial, sí, pero sin perder la esencia. Siempre va a ser fiel a lo que soy”.
Al final de la conversación, cuando se le pregunto qué le diría a esa niña que soñaba con cantar, que aún no sabía si algún día iba a llegar a los Grammy o subirse a una tarima con su música, responde: “Le diría que no se desespere, que siga pedaleando, que siga amando la música, porque todo va a llegar a su tiempo. Que vivir de la música es posible y que es muy, muy lindo”, concluyó la cantautora.
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