Al mencionar el nombre de Adolfo Echeverría lo primero que viene a la mente son clásicos como Las cuatro fiestas, Inmaculada o Amaneciendo, que cada diciembre suenan con más fuerza pues ya hacen parte de la identidad del colombiano.
Sin embargo, el artista que este martes cumpliría 90 años fue mucho más que eso, fue un compositor universal que supo moverse por una variedad de géneros que parece impensada.
De la cumbia al vallenato, de la salsa al bolero, del danzón a la ranchera. Y así, con una naturalidad al alcance de pocos el barranquillero supo posicionar su nombre en la élite musical, sus temas fueron grabados por artistas de la talla de Celia Cruz y Tito Puente (Salsa de tomate), Víctor Manuelle y Joe Arroyo (Amaneciendo), Jorge Oñate, Diomedes Díaz, Juancho Polo Valencia, Rodolfo Aicardi, Los hermanos Rosario, Johnny Ventura y más.
“Mi papá no fue solamente un artista local, costeño. La música que hizo suena muchísimo más fuera de Colombia que dentro. Lo que pasa es que en la costa nos acostumbramos a escoger cierto tipos de canciones que nos gustan”, reconoce Fito Echeverría, su hijo y quien ha continuado ese legado musical al ser hoy vocalista del Grupo Niche.
Un artista polifacético
Y es que esa versatilidad, explica Fito, nace de ese gusto amplio que tenía Adolfo, quien perfectamente podría estar sentado en su casa una tarde cualquiera con su rockola y poner canciones de Alejo Durán y al siguiente tema pasar a Michael Jackson o volver al sentimentalismo de Gardel. Ahí radicaba todo.
“Para él, Alejo Durán era el mejor, pero también le gustaban las rancheras de Vicente Fernández, la música de Bob Marley, tenía la capacidad de escuchar cualquier género y por eso era tan versátil al momento de componer, como por ejemplo hizo más de cien cumbias”.
Y es que, de acuerdo a Fito, a su papá le grabaron más de mil canciones, y es un proceso arduo poder recopilarlas todas y tenerlas a su nombre, pues considera que es la única manera que el público pueda conocer todo lo que hizo.
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“Afortunadamente Sayco siempre ha respondido y representado bien los derechos de mi papá porque nosotros sabemos qué tenemos, sabemos el legado que ha dejado mi papá”.
Y si algo tiene claro Fito Echeverría, quizá su más fiel defensor, es que su padre, aunque ya no esté vivo, continúa alegrando la vida de millones de personas amantes a su música y por eso “aunque se fue físicamente, su música sigue vigente. Incluso me atrevo a decir que es el compositor atlanticenses con más canciones y que aún después de fallecido, su música sigue activa”.
El mejor regalo
Este martes estaría cumpliendo 90 años el maestro Adolfo, es imposible no recordar esa fecha y la mejor manera de celebrarla es como Fito recuerda esas celebraciones rodeado de la familia.
Por eso, más allá de un regalo material, lo que mejor le dio Fito a su padre fueron sus nietos.
“La felicidad mía al ver a mi papá jugar con mis hijos, cambiarlos, moverlos, peinarlos, yo decía ‘¡Qué sensación tan agradable de ver a mi papá sonreír!’, era mágico, por eso creo que ese siempre será el mejor regalo”.
Homenajes venideros
Es indudable que el 7 de diciembre es una fecha crucial para la carrera del maestro Adolfo. Sus canciones relacionadas con esa celebración ya hacen parte de la identidad del colombiano, por ello, Fito y su familia, su esposa Anastasia y sus hermanos quieren hacer un homenaje a su padre para ese momento.
“Lo queremos hacer el 7 de diciembre es recordarlo con su himno Las cuatro fiestas, que es todo un himno popular. Él murió pocos días después (18 de diciembre), así que diciembre es un mes en el que tenemos sentimientos muy mezclados”.
Además, Fito al ser el heredero musical espera que prontamente pueda regrabar los más grandes éxitos escritos por su padre con la mejor producción posible y, valiéndose de las herramientas tecnológicas, poder hacer un dueto (con ayuda de la Inteligencia Artificial), para así mantener su legado vigente.
Y, su gran sueño es que en el Gran Malecón del Río pueda existir una estatua de su padre y que allí se resalte todo lo grande que hizo por la música de la ciudad, del Caribe y del país. “Hace falta un monumento en su honor, mi padre es un hijo ilustre de Barranquilla, hizo canciones en honor a sus tradiciones y estas aún siguen sonando”.
