El reloj marcó las 4:00 p.m. El sol aún brillaba con intensidad. Todo estaba dispuesto para que los feligreses se dispusieran a iniciar la procesión en honor a la Virgen del Carmen. De a poco, iban llegando niños, jóvenes y adultos que protagonizarían una vez más esta tradición religiosa.
En la Parroquia Nuestra Señora del Carmen todo era gozo. Las sombrillas, gafas y gorras no faltaron. Los 30° que se registraban al inicio no serían impedimento para comenzar el recorrido que partió desde la carrera 50 con calle 55.
Los escapularios como símbolos de la protección de la Virgen, colgaban sobre los pechos de los creyentes que la consideran la patrona de los conductores y transportadores. Al igual, que la reina de los bomberos y las Fuerzas Armadas.
En esta fecha especial para los devotos, muchos de ellos renuevan su fe y esperanza, a la vez que le profesan gratitud. Y es que es común que los fieles hagan promesas a la Virgen del Carmen a cambio de favores recibidos, ya sean de salud, empleo, o resolución de problemas personales.
'Ven con nosotros a caminar, Santa María, ven', cantaban los feligreses mientras unos pequeños cojines con la imagen de la Virgen empezó a llamar la atención de muchos.
Alfredo Gómez los estaba regalando. Su amor por ella era evidente, una devoción que empezó a tocar sus fibras desde muy niño cuando su abuela solía organizar esta festividad.
'Es una tradición familiar y todos los años la venero. Ella siempre ha estado presente en todos los momentos difíciles de mi vida'.

Tiempo de unión
La multitud avanzaba y el padre de la Parroquia Nuestra Señora del Carmen, Juan David Rendón, dirigió unas palabras en donde enfatizó la importancia de la paz y la convivencia en el entorno familiar.
'Oremos por nuestras familias, por esas situaciones que generan dolor, por esas situaciones que generan división'.
En su mensaje, el padre hizo un llamado a consagrar los hogares a la Virgen del Carmen, buscando su intercesión para transformar el ambiente familiar en un refugio de armonía y amor.
'Oramos para que nuestros hogares sean recintos de paz y de buena convivencia, para que nuestras familias sean consagradas a Nuestra Señora del Carmen y ella pueda bendecir cada uno de nuestros hogares'.

Las mujeres marcaron la diferencia
En un acto de profunda devoción y simbolismo, varias mujeres de la comunidad participaron este año como cargadoras de la imagen de la Virgen del Carmen, marcando una destacada diferencia en una tradición que ha sido históricamente dominada por hombres.
A sus 66 años, Denis Pájaro , estuvo junto con otras devotas más cargando a esta figura religiosa desde el inicio del recorrido. Para ella, la imagen de la Virgen se convierte en un símbolo de la madre que nunca se cansa, la que siempre espera y ofrece su protección y bendición.
“Nosotras somos las que más sufrimos por los hijos y podemos con esto y más. Es lindo que más mujeres se sigan sumando porque nosotras también podemos”, expresó mientras se secaba el sudor tras aproximadamente dos horas en la procesión.
La juventud también se suma a este tipo de devociones y a sus 25 años, Elsa Consuegra también decidió cargar la Virgen, pues dice ser devota desde que tenía un año de vida por haberla salvado de un suceso trágico.
“Ella me salvó de no perder el brazo izquierdo y desde entonces, no falto a ninguna actividad que esté relacionada con la Virgen del Carmen”.
Es común que los fieles hagan promesas a la Virgen del Carmen a cambio de favores recibidos, ya sean de salud, empleo o resolución de problemas personales. Así como lo hizo Leonor Benavides.
“Yo le prometí que si sacaba a mi hijo de las drogas, no iba a faltar nunca a una de sus procesiones y mi hijo tiene cinco años fuera de eso y aquí estoy cumpliendo a mi palabra”.





















