Por Emilin Quintero
Para resaltar el arduo y valioso trabajo de la maestra Marleny Cortés Osorio las palabras quedan cortas. Una mujer de 85 años de edad, quien hace seis décadas fundó una escuela en la que ha formado a verdaderos artistas.
Esta mujer egresada del conservatorio de música de Bellas Artes de Neiva, donde estudió Artes Plásticas y Danza, a través de sus ojos expresa la pasión por el arte y con los movimientos de su cuerpo manifiesta todo su sentir, ese que le ha permitido desde Barranquilla construir un legado valioso.
Una edificación pequeña de aproximadamente 400 metros cuadrados, ubicada en el barrio Las Delicias, ha sido el hogar de cientos de niños, jóvenes y adultos, el cual se ha mantenido vigente desde sus inicios.
Por si le interesa: Intensamente 2: analizando las emociones a través de la pantalla grande
Caracterizándose por una enseñanza poco formal, y argumentando el reconocimiento que ha obtenido en su espontaneidad, esta maestra se convierte en todo un modelo a seguir debido a su lucha.
La escuela de arte Marleny Cortés empezó de una manera tan casual en el año 1964 y con el transcurso de los años gracias a la mística y conocimientos de su fundadora, pasó a convertirse en pilar de enseñanza de las artes en Barranquilla y la región.
“Recuerdo que yo abría las puertas del garaje y empezaba a pintar, con el tiempo los vecinos se acercaban y quedaban asombrados al ver mi talento y disciplina, los mismos vecinos me empezaron a decir que les enseñara a sus hijos y cuando menos pensé tenía 12 niños aprendiendo todo lo relacionado a la pintura. Mi padre llegó en esos momentos y al ver mi garaje lleno de niños, me regaló 12 caballetes para que ellos pudieran pintar más cómodos. De lo felices que estaban los niños, surge la idea de establecer formalmente la escuela”, expresó la mujer de pelo canoso desde su oficina, en donde reposan ocho Congos de Oro y tres Joselito Carnaval, entre otros reconocimientos.
El inicio de un legado
De forma gratuita y sin pretensiones de organizar formalmente el centro de enseñanza, surgen los programas de Artes Plásticas, Danza y Música en respuesta a las necesidades que tenían sus vecinos; programas que trascendieron a exitosas experiencias de formación.
Es por esto que Marleny es considerada una de las pioneras en establecer una institución educativa de arte en la capital atlanticenese. “Desde entonces, la escuela creció de manera impresionante, llegando a tener hasta 300 alumnos en las clases de Arte, Danza y Música. Nunca me imaginé que yo fuera a representar a Colombia en Estados Unidos en programas artísticos”, recuerda la mujer oriunda de Neiva y barranquillera por adopción, para resaltar uno de los hitos más significativos en la historia de la escuela.
Marleny creó diversas coreografías para los clubes sociales que se encontraban activos en ese momento. También lo hizo para comparsas de fantasía de diversos grupos del Carnaval, incluyendo la comparsa Ventoleras del Carnaval bajo la dirección de Raúl Acero. Este compromiso en la creación de coreografías para clubes, colegios y algunas comparsas en la ciudad, llevó a que la Escuela estableciera su propia comparsa de fantasía llamada ‘Son de Mar’.

Un sendero exitoso
Son de Mar, fundada en 1996, antes de que llegaran las brisas decembrinas, es una de las comparsas que figura en los principales desfiles del Carnaval, siendo una de las más reconocidas.
A su vez, han logrado viajar a países como: Estados Unidos, España, Venezuela, Cuba, Panamá, Ecuador, Marruecos, China, entre otros, obteniendo grandes reconocimientos.
Katherine Jaramillo, madre y abogada, hace 25 años es una de las bailarinas de esta comparsa. “La escuela ha inculcado en mí una disciplina inigualable que para mí, es la base del éxito, donde trabajo alma, cuerpo y mente. Agradezco a la señora Marleny, mi segunda madre, quien me ha enseñado la perseverancia y la disciplina, de que nunca es tarde para lograr lo que quieras”, expresó la bailarina.
De forma paralela a sus programas, esta escuela realiza brigadas artísticas y durante la celebración de estos 60 años, brindarán formación artística y en valores de manera gratuita a poblaciones con discapacidad y en situaciones vulnerables.

El relevo generacional
En la actualidad, el reconocimiento se lo ha ganado a pulso, como producto de arduos años de trabajo y constancia. Son miles, los beneficiados que han recibido de la escuela sus aprendizajes y prácticas en estas artes, entre ellos su hijo Héctor Jaramillo Cortés, quien ahora es el encargado de la escuela y de dirigir la popular comparsa ‘Son de Mar’.
Él ha diseñado coreografías aprendidas de su madre y también de su formación profesional como bailarín y coreógrafo en Cuba, Estados Unidos y España.
“Tuve la fortuna de nacer en una familia que trabajaba con toda la actividad artística, y me fui por esa idea de ayudar a la sociedad, así como una vez lo hizo mi madre. El hecho de que ella pueda confiar y descargar todo lo que ella construyó en 60 años en mí, me reta mucho”, concluyó Jaramillo, quien prometió sostener en lo más alto el legado que ha recibido de su madre.





















