En un redoble improvisado de tambores y sones cumbiamberos, Barranquilla comenzó a vibrar con un desfile nocturno carnavalero que había surgido en Barrio Abajo a inicios del siglo XX, y que oficialmente fue rescatado por la cantautora Esther Forero Celis el 5 de febrero de 1974.
La caída de la tarde de la vieja Barranquilla, estaba acompañada de disfraces y una algarabía colectiva que quedaría perpetuada en la memoria de aquella niña, Estechercita, quien crecería con el único propósito de engrandecer al Carnaval.
Las memorias sobre la primera Guacherna son infinitas, y es que no puede ser menor ante la preponderancia de cumplir 50 años, como dirían los abuelos, toda una vida. Y esta en particular, una bien vivida.
Sin embargo, dentro de los relatos que conforman el primer desfile nocturno que tuvo la fiesta de los barranquilleros en 1974, la clave está en las remembranzas de ‘La Novia de Barranquilla’, la cual sigue viva a través de las voces de quienes convivieron y extrañan su presencia.
Es el caso de Teresita González, nieta de Forero, pero que se considera más que una hija porque todo se lo debe a ella, casi que nació con la noche de Guacherna, pues justo cuando tenía dos años, se hizo el primer recorrido.
Con el paso del tiempo ambas iban madurando, tanto la fiesta como la niña que era de las consentidas de Esthercita, y en el proceso lógico de aprender, surgían las preguntas: ¿Abuelita, porque es la Guacherna?
Con la edad suficiente para retenerlo en su memoria, Teresita comenzaba a preguntar, y ante la inquietud, Forero siempre respondía, y es que aunque pareciera mágico, el relato era siempre el mismo, 'La Guacherna para mí fue una revelación', asegura González que decía Esther en la informalidad de la casa.
'La historia que ella nos contaba tenía una serie de elementos increíbles, ella lo narraba como una herencia que recibe de su abuela, y lo que ella hace es una recuperación de una tradición perdida en el tiempo'.
A detalle, Esthercita le contaba a los suyos que cuando ella tenía 7 años, para las vísperas del Carnaval venía un grupo de personas con algarabía y sonido de ollas y tambores, que disfrazados amenazaban por unos cuantos minutos la quietud de las cuadras.
Una idea cubana
Tiempo después, González recuerda que Esthercita se va para Cuba un tiempo, y cercano a la temporada de carnaval que se dan en toda la gran extensión del Caribe, ve un desfile nocturno cargado de sones y cantos. Algo que la asombró es que las personas llevaban velas y la gente salía a los balcones a verlos.
En ese momento se deduce que a Esthercita le queda la necesidad de hacer un recorrido que reuniera la magia del Caribe en Barranquilla.
Al regresar de Cuba, Esthercita comenzó a buscar patrocinadores para su desfile nocturno, y al no tener éxito alguno de ninguno de los grupos poderosos de la ciudad, se remite a conversar con los papás de Vicky de Andreis, quien era la soberana que presidia la fiesta en 1974, y de quienes recibe el apoyo para su desfile.
Después de esa conversación, Forero se enfoca en conseguir grupos que decidan acompañarla en su idea de crear un desfile nocturno, al cual se preveía que nadie asistiría. Es por eso que se va para Rebolo, Barrio Abajo y Las Nieves, donde encontraría el apoyo que necesitaría.
'En casa nosotros recordamos que se afanó mucho por conseguir participantes, y ella se fue a buscar a sus amigos, y logró convencer a los monocucos, las marimondas y los congos, y ellos consiguieron multiplicarse hasta 10 para participar en La Guacherna'.
Por su parte el papá de la reina consiguió convencer al garabato de Emiliano y el Congo del Country, quienes se unieron con los grupos de Esthercita para hacer ese primer desfile.
'Con La Guacherna, mi abuela consiguió crear no solo un desfile nocturno que fuese funcional, sino un espacio de recuperación cultural en el que la noche está como protagonista, y la luz anuncia la llegada de la festividad', termina por añadir Teresita González.
Una fiesta que debe seguir
En el seguimiento de la construcción de la fiesta también hubo otros aspectos que influyeron en la representatividad de los procesos de La Guacherna, entre ellos se destaca la continuidad de la fiesta nocturna.
En este punto, Alberto Martínez, director de la Asociación Cívica de Barranquilla e investigador del Carnaval, comentó acerca de los valores y las representaciones de La Guacherna en el Carnaval de Barranquilla.
'Históricamente La Guacherna llega a reconfigurar toda la dinámica del Carnaval porque muestra una perspectiva inexplorada como lo eran los desfiles nocturnos, en los que se empieza a construir ese esquema de informalidad en el que se sumerge en lo que actualmente es la fiesta, una multiplicidad de escenarios en los que converge la celebración'.
Además de la relación del desfile de la noche del 74, la música también jugó un papel muy importante dentro de toda la festividad, y es que la canción que años después compondría Esthercita terminaría por internacionalizar la Fiesta.
No fue hasta el Carnaval de 1981, en el que la asistencia de la orquesta Los Vecinos que interpreta el éxito ‘La Guacherna’, consolidaría la fiesta como una de las más representativas de la temporada de Carnaval.
'Las melodías de Esthercirta Forero fueron arregladas e interpretadas por esta orquesta dominicana, quienes dieron a conocer y difundir el estribillo conocido como ‘la Guacherna en Carnaval’, un éxito musical que potenciaría la fiesta'.
Finalmente, Alberto dijo que La Guacherna debería ser una celebración conservada en el tiempo como un patrimonio en la recuperación de las tradiciones ribereñas que conforman el Carnaval.
'El Carnaval de Barranquilla se consolida por medio de sus tradiciones, y es muy importante reconocer que La Guacherna es uno de esos espacios en los que la cultura comienza a proyectarse como un medio de exhibición del patrimonio cultural del Caribe'.




















