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'En enero Joche se cogió/ en enero Joche se cogió/ un mochuelo en las montañas de María/ y me lo regaló no ma’/ para la novia mía', es uno de los estribillos más populares de la música vallenata, escrito por el juglar de los Montes de María Adolfo Rafael Pacheco Anillo, ese mismo que el 28 de enero de 2023, hace exactamente un año murió a consecuencia de un accidente de tránsito.

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El inicio de año se torna inolvidable para los amantes de su música, no solo por el canto de su Mochuelo, sino también por su triste partida.

Sus familiares y amigos han organizado varios homenajes póstumos para recordar y enaltecer su legado. Gloria Pacheco, hija del cantautor y quien fuera su mánager, contó que este domingo a las 10:00 a.m. se realizará una eucaristía en la Parroquia Espíritu Santo de Barranquilla, y posteriormente se llevará una ofrenda floral al cementerio Jardines de la Eternidad, donde reposan sus restos mortales.

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Es ella, quien comenzó recordando esas conversaciones matutinas que sostenían en familia a la hora del desayuno, en donde compartían anécdotas, alegrías y alguna que otra adversidad.

'Él le realizaba acompañamiento académico a mi hija, especialmente en el área de Matemáticas, además nos apoyaba como padre, amigo, abuelo y esposo. Extraño del músico el aprendizaje que tuve al verlo llevar su carrera artística, fui su mánager y le aprendí mucho la disciplina y puntualidad; extraño la cercanía y el aprendizaje diario'.

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La anécdota que más recuerda tiene que ver con la pasión de su padre por los gallos finos. 'Llegando de la universidad lo encontré con un frasco de Emulsión de Scott y Kola Granulada, le dije: ‘Papi te acordaste de mí y de este gripón que tengo’, y él me contestó: ‘Deja eso allí, no te metas con eso, que eso es pa’ mis gallos’, esa mezcla servía para fortalecer los pulmones de los gallos'.

Gloria reveló que el maestro dejó escrito un libro titulado Por los caminos de la hamaca grande, autobiografía editada por la Universidad Simón Bolívar que será lanzada próximamente.

El legado continúa

Adolfo Pacheco Jr. es el heredero musical del juglar de los Montes de María, y para homenajear a su padre, se unió con el acordeonero Ramoncito Vargas, hijo de Ramón Vargas, quien en otrora fuese compañero de fórmula de su padre.

Juntos grabaron el álbum Herederos de juglares, que cuenta con 15 temas, y que será lanzado este domingo.

'El álbum tiene temas que no han sido tan trajinados, de las clásicas está El viejo Miguel, pero el resto de la propuesta busca rescatar esas letras que merecen ser conocidas por todos, como: Acoso de amor, En tu puerto soñé, Que lo acabe la costumbre y no la ley, El padrino y La espina'.

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El cantante bolivarense destacó que además de la gran capacidad creativa de su padre al momento de escribir, también pondera su humildad.

'A él lo veías sentado en bordillo dialogando con cualquiera en el pueblo, pero su discurso era admirable. Además al momento de componer tenía una gran prosa y una estructura sólida, eso se debe a que desde niño fue un enamorado de los libros, leía demasiado a García Lorca y a Karl Marx. A sus 80 años lo escuché recordar apartes de esas obras, tenía una mente prodigiosa'.

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Sobre un consejo de oro que le haya dado el fallecido cantautor, no duda en decir que siempre lo motivó a llevar una vida tranquila.

'Mi papá me decía que mirara lo bueno de él y se lo aprendiera, más no lo malo. En mi época de juventud me advirtió que me estaba viendo muy loquito, con novias por todos lados y que debía cortar tantas relaciones, pero no le hice caso, yo andaba como una cabra loca. Luego lo escuché, decidí estudiar Medicina y seguir sus buenos consejos', dijo el hombre que inspiró el tema El pechichón de mamá.

Un libro lleno de recuerdos

El escritor y periodista Juan Carlos Díaz Martínez, oriundo de San Jacinto Bolívar, lanzó recientemente el libro Embrujo, la leyenda de Adolfo Pacheco, texto de 250 páginas en el que hace un recorrido cronológico por la vida del maestro.

En cinco capítulos destaca las distintas facetas que tuvo el intérprete de La hamaca grande, como estudiante, profesor, deportista, político, funcionario público, escritor y músico.

'Fue un buen beisbolista que bateaba y lanzaba con ambas manos, era pitcher, también quiso ser futbolista; fue abogado y en San Jacinto ayudó mucho a los artesanos a través de una cooperativa, fue gallero y un gran músico de la región. Además incursionó en la política como diputado de Bolívar y también del Atlántico, es decir, él es un personaje multifacético'.

Díaz Martínez que tuvo la oportunidad de hacerle muchos reportajes a su paisano para los distintos periódicos para los que laboró, entre esos EL HERALDO, destaca mucho su lado humano y su visión de la vida.

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'A su padre en San Jacinto le decían 50 negocios, tenía tienda, billar, salón de baile, una molienda de café y maíz, entonces él heredó esa actitud, quería ser de todo un poco, con la fortuna de hacer las cosas bien'.

A su turno el cantante Juan Piña dijo que no se debe olvidar a Adolfo Pacheco porque 'fue sinónimo de vallenato, de cumbia y de folclor puro, nos deja un cancionero que debe ser repasado para que las nuevas generaciones puedan hacer música que perdure en el tiempo', expresó Piña.