Lejos de quedar sepultado en el olvido, el legado de Alejandro Obregón, 103 años después de su natalicio, continúa vigente.
La fuerza implícita en cada una de sus pinceladas y su extraordinaria capacidad para contar historias a través del arte lo han convertido en el pintor y artista plástico más importante que ha tenido Colombia.
Gran parte del éxito de sus creaciones estuvieron basadas en la exploración, al parecer la necesidad de vivir experiencias nuevas y transformarlas en pinturas y esculturas hicieron que cada una de estas piezas contuviera en sí parte de su esencia.
Al natural y en el Caribe
Sin embargo, el mayor encuentro que tuvo Obregón en su paso por la vida fue con la naturaleza y el Caribe, nacido en Barcelona, España, y formado en Barranquilla, el Alejandro que sorprendió al mundo lo hizo con la intensidad de sus intenciones evocadas por medio de expresionismo mágico.
Dentro de la multiplicidad de las obras que se han convertido en un referente del arte de Alejandro Obregón están cuadros y esculturas atemporales que narran parte de las necesidades sociales de Colombia y el Caribe como ‘El Cóndor’ o ‘La Violencia’.
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Espectacularidad en su obra
No obstante, lo más significativo y espectacular del cartagenero siempre serán las mega obras que creó. A propósito de ello, sus dos últimas muestras en gran formato se hicieron en el Caribe, y una de ellas justo 10 años antes de su muerte.
La más reciente es el mural ‘Tres cordilleras y dos océanos’ que posa imponente en el salón ecléctico del Congreso de la República desde el año 1985 y fue diseñado en Cartagena de Indias mientras apenas entraba a su etapa de enfermedad crónica terminal.
Por otra parte, Barranquilla, ciudad de la que también fue hijo, aún conserva igualmente una de sus últimas obras. El telón de boca del Teatro Amira de la Rosa, creado en 1982, y que actualmente está exhibido en la sede Banco de la República en la calle Murillo.
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Obregón en Barranquilla
El paso de Obregón por Barranquilla fue un tanto enigmático, más allá de las obras que hizo a privados, con el tiempo se ha descubierto la huella del artista escondida en la ciudad a través de murales, uno de ellos el restaurado por Roberto Vallin en la Fundación La Cueva.
En entrevista con EL HERALDO, el historiador y docente de Bellas Artes, Nelson Martinez, comentó acerca de que pareciera que El Telón de Boca hubiese sido un regalo de despedida de Obregón para la ciudad.
'Además de ser el telón de boca más importante de la cultura nacional. La obra se inspira en la leyenda del Hombre Caimán, y con una composición de personaje híbrido que corre detrás de un par de doncellas, y una de ellas lleva al caimán atada'.
La realidad del mito
Asimismo, en la tela el artista mezcla no solo la hibridación con la realidad, sino que hace una reinterpretación del mito, en el que el caimán termina deslumbrado por los encantos de las mujeres. Resultado de su identificación simbiótica con el realismo mágico del trópico Caribe.
El Telón de Boca mide 814 x 1440 y Barranquilla es la ciudad que posee la obra móvil más grande de Obregón, 'No existe otra obra de estas dimensiones e importancia en toda la historia de la cultura de la ciudad y del Caribe', añadió Martinez.
'La leyenda vista desde Obregón comprende valores de reivindicación social, propio de él. Sin embargo, llevar los mitos a un telón dispuesto a estar en el teatro evocaba igualmente la necesidad de ser conscientes que nuestras expresiones artística debían estar guiadas por nuestra esencia del Caribe colombiano'.
Finalmente a colorido vivo, muy particular en su técnica la obra de Alejandro está expuesta en el Banco de la República en Barranquilla conservando su legado vivo.
