Su papel de madre fue el que acercó a Amelia Puccini Juliao a la Asociación Barranquillera de Caridad (ABC), de la cual hace cuatro años es su presidenta, liderando así procesos de formación académicos y alimenticios de niñas y jóvenes residentes de Bogotá.
Desde la capital de la República esta barranquillera de puro corazón, como se considera, ha tendido un puente de solidaridad entre la ‘Puerta de Oro de Colombia’ y la fría capital.
'Hace siete años me vinculé a la Asociación y me fui enamorando de su misión, especialmente por su sentir social', sostuvo esta madre de dos hijas en su diálogo con EL HERALDO.
Su vinculación ocurrió debido a que su hija mayor, Gabriella, fue capitana infantil de la Asociación Cívica Barranquillera (ACIBA) y en una de sus actividades para promocionar el Carnaval en territorio bogotano, visitaron la sede de ABC.
'Me di cuenta de la misión de ABC y que nuestra esencia barranquillera va más allá de ese espíritu alegre que tenemos, que nos mueve a gestionar recursos para mejorar las condiciones de vida de otras personas, especialmente niñas y jóvenes'.
Puccini Juliao inicialmente fue voluntaria, luego vicepresidenta y en la actualidad lleva las riendas de ABC, labor que la mantiene feliz porque siente que contribuye a cerrar la brecha de pobreza en Colombia.
'Me vine a Bogotá a estudiar Biocomestología y Nutrición, luego me casé con César Mejía, con quien tuve dos hijas (Gabriella y Alejandra). Mi tía Patricia Recaman y una amiga Martha Zabaraín, que ya hacían parte de este voluntariado, me hablaron del proyecto y una vez lo conocí no pude desvincularme'.
Albergando sueños
La Asociación Barranquillera de Caridad fue fundada en 1961 por un grupo de mujeres que llegaron a Bogotá procedentes de la capital del Atlántico y lograron materializar sus preocupaciones sociales en obras para el bienestar colectivo. Una vez se fortalecieron a nivel económico y gracias a la donación de un lote en el barrio San José de Bavaria, gesto que realizó la compañía Bavaria en cabeza de Ernesto Soto, quien era el presidente de esta empresa cervecera, comenzaron a soñar en grande y realizaron fiestas de Carnaval para recoger fondos para construir un albergue.
En la actualidad este lugar acoge a 25 niñas y adolescentes pertenecientes a barrios vulnerables, a las que les transforman sus vidas, toda vez que les proporcionan alimentación (cinco comidas diarias), las educan y empoderan.
'Tenemos niñas entre los 4 a 18 años que están en situación de peligro. Nosotras a través de nuestros programas las protegemos de todo tipo de abusos. Ellas conviven en una casa muy bonita que cuenta con jardines, patios, salones de informática y comedor'.
Sostener este proyecto no ha sido tarea fácil, por lo que a lo largo del año realizan varias actividades para obtener recursos económicos. Recientemente hicieron la Fiesta de Polleras, también organizan un bingo y festivales gastronómicos.
Además, cuentan con personas caritativas que se suman como donantes, aportando desde $50.000 o apadrinando a algunas de las beneficiarias con una beca para que estudien a nivel técnico. También cuentan con empresas que donan mercados y ropa.
'Hay algo que destaco y es que no todas las ayudas que recibimos son de tipo económico, también hay personas que se han sumado a nuestra causa, estudiantes y docentes de colegios que les enseñan a nuestras chicas inglés o informática'.
Una satisfacción única
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Puccini confesó que lo que más la hace feliz al hacer parte de esta Asociación es ver el cambio que generan en cada una de las beneficiarias.
'Nosotras tenemos niñas y adolescentes en este proceso y no imaginan su juicio y compromiso, porque ellas saben que sus madres, que generalmente son cabeza de familia, han sufrido mucho, así que ellas se quedan en el albergue absorbiendo todos los conocimientos'.
Diez mujeres barranquilleras también integran la junta directiva de ABC, y cuentan con el respaldo de cinco empleadas: una secretaria, trabajadora social, cocinera, aseadora y una cuidadora nocturna. Esta última estuvo en el albergue hace 20 años.
'Quiero invitar a los barranquilleros a sumarse a esta causa que ya lleva 62 años, es un gran legado y lo hemos logrado mantener vigente pese a todas las dificultades. Aquí nos mantenemos muy dinámicas un grupo de mujeres barranquillera que ayudan a niñas y jóvenes a cumplir sus sueños'.





















