Entre tonos y sabores se constituye la vida de José Moro, un vinólogo y bodeguero español que ha catado emociones desde que decidió adentrarse en el mejor oficio que para él pudo elegir.
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Los aromas, colores y una exquisitez pura conquistaron a Moro desde su infancia, pues a muy corta edad ya tenía un contacto cercano con los vinos, esos que le inspiraban elegancia y nobleza, de los cuales anhelaba seguir explorando sus más íntimas recetas.
En la Ribera del Duero, Valladoid (España), Moro atesora los recuerdos más conmovedores de su infancia. Allí, su padre lo metía en las cubas de vino con una vela y un cepillo para limpiarlas, lo que fue sembrando una pasión que en la actualidad continúa estremeciendo cada una de las esferas de su vida.
En esa zona se sitúa la bodega Emilio Moro, una de las bodegas más importantes y rentables de Ribera del Duero, en donde ayudaba a su padre a podar y posteriormente decide formarse en la viticultura para aprender de la vid los mejores secretos del éxito.
Su dedicación, disciplina y vehemencia ahora son el producto de su propia bodega de vinos llamada Cepa 21 ubicada en el pueblo vallisoletano Castrillo de Duero, en el corazón de la Ribera del Duero, una localidad conocida como la Milla de Oro.
Allí se producen las mejores variedades de Tempranillo, el triángulo perfecto entre madurez, tanino y alcohol, y de clon, el más puro clon de Tempranillo denominado Tinto Fino, dichos aspectos hacen que sean vinos longevos, complejos y elegantes.
Justamente, desde hace varios días el español pisó suelo barranquillero con el objetivo de dar a conocer un proyecto que se constituye como una verdadera apuesta para potenciar la cultura de los vinos con alma y gran frescura en Colombia, utilizando el legado tradicional que ha marcado históricamente la Ribera del Duero.
'Este es un gran proyecto que necesita consolidarse, necesita que esos vinos tengan mucha más presencia internacional y aquí en Colombia siempre tienen buena aceptación'.
Bodegas Cepa 21 anunció que escogió a Colombia para trasladar una de sus bodegas vitivinícolas concebidas en plena Milla de Oro del vino en el año 2000 y que, desde entonces, no ha dejado de crecer.
La propuesta llega al país con el principal objetivo de expandir la cultura del vino y dar respuesta al consumidor que cada día se muestra más interesado en conocer sus procesos y su filosofía.
Además, en el país se consumen 43 millones de botellas de vino, que representaron 330 millones de dólares en ventas, según el último informe de Nielsen publicado en junio de 2022.
Según Moro, estas bebidas poseen mucho carácter y personalidad, que saben combinar lo fino con lo sutil, ya que su crianza se hace en roble francés, lo que les impregna la elegancia infaltable en un gran vino.
El español afirmó no tener ningún vino favorito porque es consciente de que este producto tiene un sello sentimental que lo hace dependiente de los estados de ánimo.
'El vino es de cómo te encuentras en cada momento, es de sensaciones y tiene que ver con el estado anímico. Hay días que uno está potente, eufórico y que puede aguantar un vino a lo mejor más joven'.
Y es como lo citó en el siglo XVI el escritor y médico francés François Rabelais: 'El vino es lo que más ha civilizado al mundo'.
En esta bebida se concentran quizá los momentos más íntimos que pueden compartir los seres humanos. Están presentes en las celebraciones, en la finalización de un mal momento, en el conflicto que desea solucionarse, entre otras anécdotas que lo hacen protagonista e idóneo.
Para el bodeguero, 'el vino es el gran catalizador de las relaciones humanas. El vino es algo noble que merece darse a conocer en todo el mundo'.
Para poder llegar a todos los rincones del planeta y conquistar con su bebida a cada ser humano sin distinción de fronteras, raza, idioma y nacionalidad, Moro decidió aprender inglés, uno de los retos que más caracteriza su vida.
El español fue un ejemplo de que la edad es simplemente un número cuando los deseos de aprender no miden el pasar del tiempo. Con 40 años empezó la enseñanza de la lengua inglesa con el único objetivo de catar a cada individuo del mundo.
'Cuando tú tienes ansias, si quieres conquistar al mundo, y más un mundo tan competitivo como puede ser el americano donde todas las grandes bodegas del mundo queremos estar presentes, pues no es lo mismo la comunicación directa a través del lenguaje, que tener que usar un traductor'.
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