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Aunque la situación parezca complicada y reine el suspenso los magos siempre tienen un as bajo la manga que les permite sorprender a su público.

Los hemos visto suspender personas en el aire, partirlas en dos en una misteriosa caja negra que además le incrustan filosas espadas por diferentes partes del cuerpo, y luego las presentan sanas y salvas.

Su capacidad para generar asombro parece ser inagotable. Ellos siguen viendo estos días pandémicos con la mejor actitud y no pierden la ilusión de que todo vuelva a la normalidad con un simple soplo mágico.

Antes de la pandemia sus agendas permanecían a tope, incluso entre semana ofrecían shows corporativos en los que con sus trucos promovían la integración de los trabajadores. Con el pasar de los días se despidieron de los actos presenciales y tras llevarse las manos a la cabeza buscaron nuevas herramientas que les permitieran seguir animando sus fiestas infantiles y otros eventos sociales.

EL HERALDO dialogó con tres reconocidos magos costeños que explican cómo han seguido sacudiendo su varita mágica para que sus finanzas no se vengan a pique en estos tiempos.

La Maga Yandry, maestra de la ilusión; el experimentado Tony Show y El Mago de la Radio nos compartieron sus trucos. Todos quieren mantenerse vigentes y no darse por vencidos, aun cuando el coronavirus les haya arrebatado seres mágicos para sus existencias.

Yandry, la única maga costeña

La barranquillera Yandry Salcedo Lubo, de 28 años, es la única maga reconocida en la Costa Caribe colombiana. Desde el barrio Evaristo Sourdis, esta mujer que tiene ocho meses de embarazo sigue realizando sus presentaciones para dejar boquiabiertos a los niños al jugar con fuego y hacer aparecer palomas de su sombrero.

Esta joven mujer de cabellera negra larga es la heredera del mago Jampier, a quien hace una década delincuentes le arrebataron la vida, al parecer por atracarlo. La administradora de empresas hace siete años vio en la magia una buena oportunidad de negocio y se las ha ingeniado para permanecer activa en medio de todas las restricciones.

Con la ayuda de su hijo Thiago Mendez Salcedo, de 7 años, y de su prima Michel Salcedo, se viste con un saco negro que complementa con una camisa y accesorios blancos y plateados. Adecúa un escenario con cortinas rojas y blancas y se para frente a la cámara para sorprender con la rapidez de sus manos, algo que heredó de su padre al que acompañó desde los 4 años.

'Tras su muerte hace 10 años, decidí retirarme de los eventos, porque todo me recordaba a él, pero tres años después pude seguir en esa lucha por mantener vivo su legado', dice mientras saca unos guantes blancos y sombrero negro de una maleta del mismo color, el 'mayor tesoro' que le dejó Jampier.

Lista para la función ameniza eventos sociales, culturales, cumpleaños infantiles y baby shower. Cuenta que adaptarse a la virtualidad fue una experiencia que le puso los nervios de punta.

'La primera vez que hice un show virtual tenía los nervios de punta porque no sabía a lo que me estaba enfrentando y también porque pasan los vendedores con los megáfonos, los vecinos ponen la música a todo volumen y el internet se te puede caer. Ese tipo de cosas me preocupaban mucho'.

Yandri, que nuevamente está ilusionada por ser mamá, acaricia su barriga y dice que los últimos meses han sido productivos, porque en abril hubo muchos eventos para celebrar el mes del niño, y en mayo también ha ofrecido varios shows para las madres.

'Me gano entre 250 y 300 mil pesos, todos los fines de semana sigo realizando shows virtuales. Solo he hecho dos presenciales cumpliendo con los protocolos, realmente hace falta poder interactuar con el público, eso es vital para los magos', detalla Salcedo.

La mamá de un niño al que bautizará Jeikol sostiene que al ser la única mujer costeña que vive de este arte ha recibido el apoyo del gremio. 'Ellos me vieron crecer en este arte al lado de mi padre, por eso me han brindado todo su respaldo. En Colombia hay otras dos magas, una en Bogotá y otra en Popayán, somos mujeres valientes y capaces de impactar a cualquier persona con nuestros actos', dice en tono fuerte esta mujer que el pasado 23 de abril perdió a su abuela Mercedes Rojas Tinoco por la covid-19.

Sobre el truco para hacerle frente al coronavirus, afirma que el secreto está en aferrarse al amor de su familia.

'Ese ha sido mi gran pilar siempre, mis hijos, mi esposo y mi madre que me impulsan y son mis primeros fans. Todos me ayudan a hacer crecer mi cuenta de Instagram @magayandry_animagio. Extrañaré mucho a mi abuela que me brindó su apoyo incondicional, pero ahora es el otro ángel que me guía desde el cielo'.

'Mantenerme activo en las redes es mi truco'

Durante 37 años ininterrumpidos el barranquillero José Amaya Molinares, conocido artísticamente como Tony Show, se ha dedicado a la magia. Este residente del barrio Ciudadela 20 de Julio con su labor les ha brindado estudios profesionales a sus dos hijos. Aunque admite que entró a este mundo por casualidad, luego de que una líder religiosa le pidiera que realizara un acto para entretener a los niños de la iglesia, con el tiempo vio que era rentable encantar con sus actos de 'cartomagia' y creció su popularidad.

'Yo tengo un show que se llama ‘La magia es mi cuento’, en el que narro cuentos infantiles y hago magia, me contrataban por muchos municipios costeños con este proyecto que invita a leer. Al llegar el coronavirus nos llevamos las manos a la cabeza y dijimos ‘¿ahora qué hacemos?’, pero estaba la virtualidad que hasta ese momento la usábamos para hacer videollamadas, no vislumbramos que se podrían hacer shows virtuales para las familias y mantener intacta la ilusión', cuenta Tony.

Afirma que tras adaptar sus actos a la virtualidad, los clientes ya no quieren pagar los $ 400.000 que cobra por un evento que dura 45 minutos, solo quieren darle la mitad. 'Uno los acepta por la necesidad, pero no es justo porque el show requiere el mismo tiempo y la misma logística para los actos. Diría que incluso te exige más porque toca manejar un sonido ideal, el internet, tener un buen computador y personas que te asistan en todo', dijo el ilusionista de 54 años.

Durante sus espectáculos Tony realiza apariciones y desapariciones, cambios de colores de seda, hace aparecer palomas de sus manos, narra cuentos y juega con las cartas.

'Mantenerme activo en redes sociales ha sido mi truco para seguir vigente. De esta manera mantengo el contacto con mis clientes, ellos me han estado apoyando todo el tiempo. Las fiestas infantiles no se han dejado de hacer y desde la virtualidad seguimos reinventándonos con @Tonyshowmagic'.

Amaya Molinares, que es gestor de capacitación en la Asociación de Magos y Payasos Recreadores del Atlántico (Amapar) y en el Círculo de Ilusionistas de Barranquilla Borletti, señala que el 75 % del gremio ha estado afectado fuertemente por el virus, les ha tocado manejar carros o vender comidas, entre otros oficios. 'En Amapar somos 43 miembros y en el Círculo de Ilusionistas 30 personas que no la hemos visto fácil'.

El heredero de Harolín en Santa Marta

Este medio había proyectado este especial con los magos para hablar con Harold Hincapie, Harolín, el primer payaso que tuvo Santa Marta, y que a sus 62 años había superado la covid-19, pero las secuelas del virus hicieron estragos y le produjeron un paro cardiaco que acabó con su existencia. En su lugar aparece vía Zoom su hijo Daniel Hincapie, conocido como El Mago de la Radio, porque ha combinado este oficio con el de locutor de emisoras juveniles.

'Mi papá fue un luchador, a los 17 años llegó a Santa Marta, dijo que quería ser mago y triunfó. Hizo un curso por correspondencia que dictaban en Buenos Aires y aprendió sus trucos, convirtiéndose en el mago anfitrión de los hoteles más importantes de acá'.

Harolín, que falleció el pasado 21 de abril, le enseñó todo lo relacionado en este arte a Daniel, quien para graduarse de bachiller encontró en un acto mágico la propuesta ideal para encantar a sus profesores y poder así obtener su título, ya que iba perdiendo una materia.

Luego estudió cine y televisión en Bogotá y trabajó con el Canal RCN, donde se valió de la magia para llegar a las celebridades y abrir puertas. Debutó como locutor en la emisora La Mega en Barranquilla y siguió estudiando magia.

'Al llegar la pandemia los dos nos quedamos sin trabajo y le propuse a mi padre hacer un show que transmitimos por Facebook para todos sus seguidores. Yo me encargué de la transmisión y logramos éxito. Así comenzamos a hacer eventos por plataformas como Zoom y nos estaba yendo muy bien', cuenta el samario que creó Magicland, evento que llegó a contar con más de 40 mil asistentes.

Detalló que trabaja en la recopilación de material para realizarle un documental a su padre que estrenará el 21 de abril del 2022 para conmemorar el primer aniversario de su fallecimiento.

'Antes de partir me dijo que no quería que los hoteles quedaran sin magia y me hizo el empalme con los gerentes. Hoy estoy asumiendo ese papel de mago, me da duro porque lo veo en primera fila aplaudiendo y también por la responsabilidad tan grande que tengo'.