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Podemos enumerar todos los beneficios de la patilla para la salud y no nos alcanzarían en una sola nota. Su composición, de 95 por ciento de agua, además de su muy poca fibra y nada de grasa, hace que sea una de las frutas más refrescantes, muy apetecida en el mercado.

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Es que además es una de las más recomendadas, pues tiene vitamina A y licopeno, un antioxidante que es el que la da el color rojo. Por si fuera poco, contiene citrulina, un compuesto que fomenta la producción de óxido nitroso, que ayuda a mejorar la circulación de la sangre.

Esta fruta, que tiene en el mundo más de 50 variedades y que se puede conseguir con semilla y sin semilla, tiene un detalle que complica su compra o mantenimiento: su gran tamaño. Esto también hace importante saber cuánto podría durar la patilla después de que ya se cortó.

“Si la compramos entera puede aguantar a temperatura ambiente, pero si la compramos troceada hay que fijarse que esté siempre refrigerada y además, tapada con papel transparente”, señala, por ejemplo, Beatriz Robles, tecnóloga de alimentos, dietista nutricionista y profesora de la Universidad Isabel.

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Por su parte, Ferran Huguet, técnico agrícola de Ametller Origen, dice que “una sandía entera puede durar en buen estado una semana a temperatura ambiente, siempre que la mantengamos lejos de la luz solar”.

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Agrega que también se deberá tener la sandía en un sitio con buena ventilación y preferiblemente con una temperatura de menos de 25 grados. Por otro lado, si ya fue cortada, su tiempo de consumo no debe superar los 2 o 3 días.

Los expertos recomiendan que una vez cortada debe recubrirse con papel transparente o guardarse en un envase con tapa, para evitar así que absorba aromas de otros alimentos.

Si se deja la patilla en un ambiente con alta temperatura, podría favorecer la contaminación de la fruta con bacterias como escherichia coli, la listeria o la salmonela.