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Muy buenas noches. Realmente hoy es un día muy especial para Colombia, hoy quiero agradecerles a Dios y al pueblo colombiano porque una nueva generación llega a gobernar con todos y para todos con la mayor votación de la historia en nuestro país. 

Quiero agradecerle a mi esposa María Juliana, a mis hijos Luciana, Matías y Eloisa, a mi madre, que están acá conmigo, por el tiempo que me brindaron, por su respaldo y porque espero que esta sea una familia que le dé ejemplo y que trabaje todos los días por el pueblo colombiano. Con humildad y con honor, quiero decirle al pueblo colombiano que voy a entregar todas, absolutamente todas mis energías por unir a nuestro país, no más divisiones, pensemos en un país con todos y para todos. 

Para mí es muy importante decirles a ustedes y a toda Colombia que hoy no hay ciudadanos vencidos porque quiero ser el presidente que le dé el mismo amor a los que votaron por mí y a los que no lo hicieron o votaron en blanco. Se trata hoy, más que nunca, de unir a nuestro país, de construir, porque cuando se construye y no se destruye, el futuro es de todos los colombianos. Esta elección es la oportunidad que esperábamos para pasar la página de la polarización, la página de los agravios, la página de las ponzoñas. Yo no reconozco enemigos en Colombia, no voy a gobernar con odios ni mantengo odios ni tendré odios hacia ningún colombiano. No existen en mi mente ni en mi corazón venganzas ni represalias, se trata de mirar hacia el futuro por el bien de todos los colombianos.

Esta elección, que nos un mandato amplio, que nos da un mandato claro, porque ha sido una campaña de soluciones y no agresiones, porque ha sido una campaña de propuestas, de principios. Cuando hubo agresiones, siempre una propuesta. Cuando hubo bajezas, siempre altura, que es lo que demandan los colombianos del ejercicio de la política.