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Lo único que no cambió en el nuevo Parque Tomás Suri Salcedo fueron sus viejos y fieles habitantes, que en medio de las obras permanecieron custodiados como sus más preciados tesoros.

Porque mientras se ejecutaban los trabajos sobre diez mil metros cuadrados, allí siguieron inamovibles las iguanas, palomas y ardillas en robles, acacias, almendros y mangos, especies de árboles que también se conservaron para fortuna de los barranquilleros.

Durante el recorrido que realizó EL HERALDO por el parque, ayer continuaban los últimos retoques de los trabajos que se ejecutaron con inversión de $3 mil millones, en alianza entre la Gobernación del Atlántico, la Alcaldía de Barranquilla y la empresa Bavaria.

En este nuevo parque totalmente ecológico, debe confluir toda la familia, dice orgulloso el residente de la obra, Franklyn Suárez Lobelo.

Es así como se pondrán al servicio dos canchas de basquetbol, un cartódromo, gimnasio al aire libre, juegos de mesa, zonas verdes y amplios senderos peatonales. Todo los accesos al parque son con rampas.

Capítulo aparte merecen los juegos infantiles fabricados en España: dos réplicas de los barcos Bergantín y Bajel, construidos en pino canadiense. El primero tiene 14 metros de largo (eslora) y el otro, 10, mientras que los mástiles tienen una altura de 8 metros.

Estas dos coloridas embarcaciones, aún sin terminar, son las que más llaman la atención de quienes han tenido la oportunidad de pasar por los alrededores, que tendrá una iluminación de tecnología led donada por Bavaria.

'Por donde se le mire aquí se respira naturaleza, la familia puede hacer ejercicio, caminar, traer a sus hijos y nietos con bicicletas y patines o armar equipos para jugar basquetbol. Es un regalo para Barranquilla. Ahora, se adelanta el trámite para que lo reciba el Foro Hídrico', dijo Luis Eduardo Barrios, de la firma A Construir, encargada de las obras.

Desde la otra semana, la ciudadanía podrá recorrer el parque, que pese a su nueva ‘pinta’, no se olvidó de sus fieles amigos que seguirán allí posados sobre viejas acacias, robles y mangos.

Ahora nos corresponde a los barranquilleros ser los guardianes del Suri Salcedo.

Por Alix López
Twitter: @alixlopezvargas