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Al cierre de las audiencias preliminares contra el hombre señalado de abusar de dos hermanitos de 8 y 7 años de edad, en un aberrante caso que se dio a conocer hace pocos días en el sector de La Chinita, en el suroriente de Barranquilla, el juez Noveno Penal Municipal con Funciones de Control de Garantías, Maxlínder Pichón Montaño, acogió la solicitud de la Fiscalía y ordenó el traslado del imputado a la cárcel Modelo de esta capital.

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Con respecto a la identidad del procesado esta no se divulga por protección de los menores, en sentido que el sujeto mantenía una relación con la progenitora de los hermanitos y todos estaban dentro de un mismo hogar.

Al sujeto le imputaron acto sexual violento en circunstancias de agravación punitiva cuando la conducta se cometiere en contra de niño, niña o adolescente, y acceso carnal violento.

Cabe señalar que desde el pasado mes de junio inició una minuciosa investigación por la denuncia interpuesta por la abuela paterna de los niños, aparentemente una empleada de la Alcaldía de Barranquilla, quien decidió tomar control sobre los menores por lo que estos le contaron con múltiples detalles.

Al parecer el más pequeño de los nietos, a principios de mes, llegó hasta la vivienda de su abuela, localizada a pocos metros de la suya y buscó a un primo para narrarle lo que su padrastro, de 42 años de edad y nacido en Malambo, le había hecho cuando quedaron a solas en el domicilio.

“El niño temblaba y yo le decía que no le diera miedo decirme las cosas. Él (niño) me decía que no podía decirme porque su padrastro lo tenía amenazado, que si me decía a mí o al papá, él nos iba a hacer un daño y que él no quería que nos pasara nada”, se leyó en la denuncia, de acuerdo con lo narrado por la abuela del niño.

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Luego, según el documento, el pequeño le habría contado a la abuela y a las autoridades todo lo ocurrido. La hermana mayor también reveló los abusos sexuales a los que era sometida desde hacía dos años atrás.

En las audiencias preliminares, las autoridades descubrieron que como material probatorio hallaron 200 videos pornográficos en el teléfono celular del hombre, 30 de estos de actos sexuales de adultos con niños.

Creamos en los niños

Se cree que solo el año anterior se presentaron más de 863 casos, según datos del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF. Por lo tanto, EL HERALDO habló con María Eugenia Sarmiento, psicóloga de profesión y magister en Psiconeuropsiquiatría y Rehabilitación, para intentar encontrar cuáles son esos detonantes de los abusos sexuales al interior de las familias colombianas.

“Sabemos muy bien que el abuso sexual en Colombia va en aumento. Cada día se presentan más denuncias porque las personas están tomando conciencia por la impunidad de estos casos. No debe haber silencio en las familias”, dijo inicialmente.

Sarmiento explicó que las causas pueden venir desde el exceso de la pornografía o las muchas personas dentro de una vivienda. Además, se adhirió al dicho popular de “a los niños hay que creerles”, como una verdad innegable.

“Los detonantes pueden derivarse de muchos factores como por ejemplo cuando se presentan hacinamientos o cuando a los miembros de la familia les gusta ver mucha pornografía, les fascina masturbarse. Esa persona va a estar caliente, excitada y, por ende, cualquier menor de edad que se cruce en una habitación o lugar puede correr peligro”, argumentó.

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“A los niños hay que creerles. Algunos no le dicen nada a su mamá por la presencia del maltrato físico, no genera confianza. La mayoría de los niños siempre son amenazados por parte del papá. De hecho, se ha comprobado que la presencia de un padrastro en el hogar es un factor de riesgo no solo para los niños sino para las niñas entre los tres y seis años”, sostuvo la psicóloga.

“Sumando a eso, la presencia de ese abusador sexual que consume drogas o alcohol, también es un factor de riesgo. Hay mamás que por sinvergüenzas o por andar pendiente de otras cosas, no cuidan la salud mental y física de sus hijos. No activan la ruta y están pendientes de su desarrollo psicoemocional, por ello se presentan estos casos. Se ha comprobado que el abuso sexual, aún sin penetración, deja huellas imborrables en la vida de los pequeños, o hasta en cualquier edad”, agregó.

A modo de consejo, María Eugenia cree que debe existir una buena comunicación entre padres e hijos. Preguntarles todo, pues hasta una mirada de un familiar puede ser un indicio de riesgo. Enseñarles que no reciban regalos, se cree que el 80% de los casos de abusos sexuales son perpetrados por algún miembro de la familia.

“Hoy en día no se puede confiar en nadie”, finalizó.