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Con el asesinato del subintendente de la Policía Nacional Carlos Fernando Fuentes Noriega, de 39 años de edad y vinculado a la Seccional de Tránsito y Transporte de la Policía en La Guajira, ya suman tres los uniformados de la institución armada que han perdido la vida de manera violenta en Barranquilla y su área metropolitana, en los últimos dos meses.

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Hay que señalar que el sábado 29 de junio la intranquilidad se apoderó de los vecinos de la carrera 6 Sur con calle 48, en la Ciudadela 20 de Julio, tras el asesinato a bala del subintendente Fuentes Noriega, quien se encontraba dentro de su vivienda.

El caso se registró entre 9:00 y 9:30 p. m., según lo descrito por la comunidad.

Un joven que habría fingido la entrega de un domicilio fue el autor del crimen. El individuo, de contextura delgada y vestido de camiseta negra, llevaba una bolsa en su mano y entró hasta la casa del uniformado que, aparentemente, sí había realizado un pedido a un restaurante, pero de una pizza. Al menos 10 detonaciones se escucharon en la zona antes mencionada.

Los gritos de personas dentro de la casa donde sucedieron los hechos alertaron a vecinos, quienes, en una rápida respuesta, ayudaron a sacar de la casa al hombre y lo trasladaron hasta el Camino de la Ciudadela. A los pocos minutos, los médicos de este centro asistencial confirmaron su deceso.

En su momento, el coronel Dave Figueroa, comandante operativo de la Policía Metropolitana de Barranquilla, confirmó que el uniformado había viajado desde La Guajira y gozaba de unos días de descanso. Añadió que se adelantaban las investigaciones para establecer los móviles de este nuevo hecho de sangre que dejaba sin vida a otro miembro de la institución.

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Este medio conoció que una de las líneas de la investigación policial es establecer cómo llegaron a enterarse los criminales que el uniformado había realizado un pedido de una pizza a un restaurante y, aparentemente, a su casa arribó el pistolero con una ensalada de frutas.

Una de las hipótesis que se investiga está relacionada con la actividad policial del subintendente, quien recientemente había participado de una operación en territorio guajiro en la que fueron detenidos unos presuntos miembros del Clan del Golfo y se incautaron unas armas de largo alcance.

Pero, por otro lado, se estudia una supuesta actividad ejercida por el uniformado Carlos Fernando Fuentes con el préstamo de dinero en el sector de Conidec y la Ciudadela a través de la modalidad ‘gota a gota’.

Otro agente herido

Cabe señalar que en la tarde de ese mismo sábado ya había ocurrido un extraño caso en el que resultó herido a bala otro agente de la Policía Metropolitana, pero en la localidad Suroriente.

Casualmente, el lesionado también era parte de la Seccional de Tránsito y Transporte.

Sobre ese hecho la autoridad entregó información, comunicando que se descartaba “que este suceso guardara relación con la actividad propia del servicio de policía de la víctima”.

“La principal hipótesis se inclina hacia una posible situación personal del uniformado, quien ya se encuentra colaborando con la investigación”, señaló la institución sobre el hecho registrado en La Unión.

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A la luz del día

El más reciente caso de un policía asesinado en el área metropolitana fue el del patrullero de la Sijín Gerson José Piñeres Porto, de 39 años de edad, quien fue ultimado en la tarde del sábado 8 de junio en una cancha del fútbol del barrio Villa Katanga, en Soledad.

Piñeres Porto acompañaba a su pequeño hijo en un partido de fútbol. El investigador, en día de permiso porque se preparaba para realizar el examen de ascenso, fue atacado por un pistolero a un costado de la cancha.

EL HERALDO conoció en su tiempo que las indagaciones arrancaron a partir de la labor de Piñeres Porto en la Unidad de Estupefacientes de la Sijín, de la cual hacía parte.

Investigadores empezaron a rastrear casos que eran llevados por el detective, entre estos decomisos de estupefacientes de estructuras criminales con fuerte presencia en Barranquilla y en Soledad. Los hechos siguen siendo materia de investigación.

Caso similar

A las autoridades les llamó la atención que dicho episodio guardó semejanzas con la muerte de Jaider Gregorio Amador Quessep, de 32 años. Un uniformados que hizo parte de la Unidad Antinarcóticos de la institución armada y que fue baleado por hombres armados mientras visitaba a su madre el pasado viernes 17 de mayo, en el barrio San Luis.

Amador Quessep había llegado en una camioneta último modelo Mazda CX30, de placas JVX-743. Aparentemente este salió de la vivienda familiar y en ese momento fue abordado por un pistolero.

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Toda la acción cometida por el criminal quedó registrada en un video de una cámara de vigilancia. El asesino le disparó por la espalda al policía y este, en un intento por ponerse a salvo, trató de ocultarse detrás de otro automóvil parqueado en la zona. No obstante, el criminal lo persiguió y lo remató en la cabeza.

En su momento, la misma Policía, de manera interna, manejó la versión de que el uniformado Amador Quessep estaba “presuntamente vinculado con actores delincuenciales que tienen presencia en el área metropolitana de Barranquilla”.

Hasta ahora por este caso no ha habido resultados, tampoco las autoridades han especificado si existe alguna relación entre estos ataques a bala contra agentes de la institución.