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Cada que la fecha del 27 de enero se acerca, el dolor estalla como en la mañana de aquel sábado de 2018. Sin duda, el terror sigue carcomiendo las heridas que dejó el atentado a la Estación de Policía del barrio San José, en Barranquilla, a manos del Eln. Cinco años después, a pesar de largas y largas audiencias en el proceso contra tres personas acusadas, la indeleble sensación de impunidad palpita en los sobrevivientes y en las familias de los uniformados muertos, al no tener una condena.

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El 17 de noviembre de 2022 la historia volvió a oscurecerse. Empleando el recurso de vencimiento de términos, los enjuiciados por terrorismo quedaron en libertad. Nilson Mier Vargas, Dalila Duarte Martínez y Cristian Camilo Bellón salieron de la cárcel por la decisión de un juez de garantías.

La diligencia estuvo basada en que los acusados permanecían tras las rejas pese a que ya habían cumplido el tiempo determinado (150 días), contado a partir de la fecha de inicio de la audiencia de juicio, y teniendo en cuenta que aún no se ha celebrado la audiencia de lectura de fallo o su equivalente, tal y como lo estipula la Ley 1760 de 2015.

Pese a ello, lo que queda de esperanza para los afectados por el caso reposa en la Fiscalía y el Juzgado Único Penal Especializado de Barranquilla. Este último lleva el proceso en etapa de juicio contra los tres implicados; empero, será el ente acusador quien, con las pruebas que aún tiene para mostrar, consiga una sentencia, o no.

EL HERALDO conoció que el 16 y el 17 de mayo de este año se llevarán a cabo las audiencias en las que los fiscales presentarán todo el material en contra de Mier, Duarte y Bellón. Parece indicar que existe una prueba reina con la que los detectives apuntan a ganar el juicio, esto trasciende después de que en el expediente, por parte de la Fiscalía, reposen 62 testigos y unos 30 peritos, de diferentes especialidades, a lo largo de los cinco años del proceso.

De lo anterior se desprenden elementos como planos incautados, entrevistas, testimonios de sobrevivientes, videos de cámaras de seguridad obtenidos, entre otros detalles, enfilados hacia la acusación de los supuestos responsables de las muertes de seis uniformados de la Policía en aquel estallido, que también dejó unos 40 afectados.

Vaivén

Nacen preguntas entre quienes vigilan el proceso luego de conocer cuántos y cuáles han sido los testigos y pruebas recopiladas por el ente investigador en contra de los acusados.

Resulta que durante los últimos años el caso se ha aplazado, la defensa ha apelado, escaló a la Corte Suprema de Justicia y, además, la Fiscalía no ha terminado sus intervenciones por la cantidad de testigos que trajo a colación.

Lo anterior ha hecho que las etapas se prolonguen a tal punto que, según fuentes cercanas, al paso que lleva, el proceso podría extenderse hasta tres años más de seguir en el mismo vaivén.

Este medio obtuvo información al respecto que reseña lo siguiente: El 22 de septiembre de 2020 se inició el juicio oral con la participación de la Fiscalía. Ese día, el ente dio su teoría del caso, pero la defensa no, por lo que se aplazó para el 4 de noviembre del mismo año. Luego se programaron 17 audiencias más hasta 2022.

En total, todas las diligencias en etapa de juicio han sido protagonizadas por la Fiscalía y la recepción de los testimonios, esto teniendo en cuenta que aún no han terminado.

En resumen, dentro de todo el proceso se han instalado más de 30 audiencias que se desprenden de la siguiente manera: tresde acusación, 12 de preparatoria y 19 en juicio.

El informante le aseguró a este medio que, aunque se espera que el ente acusador termine en mayo, es probable que no. Asimismo, hay que tener en cuenta que faltan los testigos de la defensa, para que en últimas pueda intervenir el juez.

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Dos bombas

A las 6:40 de la mañana del sábado 27 de enero de 2018, en la parte posterior de la Estación de Policía de San José, en el suroriente de la capital del Atlántico, mientras un considerable grupo de agentes formaba una bomba estalló.

La detonación causó la muerte de Fredy De Jesús Echeverría Orozco, Yosimar Márquez Navarro, Fredy de Jesús López Gutiérrez, Anderson Cano Arteta, Yamith José Rada Muñoz y Willy Savier Renalhs; y dejó más de 40 heridos, incluyendo vecinos del sector.

Según las autoridades, el artefacto que estalló se activó por un pulso eléctrico emitido, aparentemente, desde el radioteléfono que le fue decomisado a Cristian Bellón Galindo, uno de los tres capturados por el atentado. Él fue la primera persona que cayó. Al momento de su detención le hallaron planos de otras estaciones de policía cercanas y cálculos que, supuestamente, reflejaban el campo de efectividad de los explosivos que usaron para cometer el ataque.

Luego cayeron Nilson Mier Vargas y Dalila María Duarte Martínez. Además se vinculó a Jefferson Torres Mina, un sujeto natural del Valle del Cauca. Este individuo, según las autoridades, habría ayudado a Bellón a coordinar los ataques. El señalado continúa prófugo.

Recordemos que el Eln se adjudicó el ataque, y que antes de las 24 horas del mismo una bomba detonó en el CAI de Soledad 2.000, en el área metropolitana de Barranquilla.

Este segundo atentado dejó siete personas lesionadas. El terror avivó el miedo en la población atlanticense en aquel momento, pues nunca algo de esa magnitud, de acuerdo con expertos, se había registrado. Hoy, a días de que se cumplan cinco años del hecho, el caso implora justicia.

'Sentimos que el proceso está a la deriva'

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En recientes conversaciones con EL HERALDO, el subintendente Rafael Olivares, sobreviviente del atentado a la Estación San José, manifestó sentirse preocupado y hasta 'impotente' por el tiempo que ha durado el proceso y sobre todo por la libertad de las tres personas que son acusadas.

'Siento rabia e impotencia. Me siento desamparado por el Estado, saber que estarán como si nada, pese a que causaron daños laborales y personales. Cuando me enteré de esa noticia no pude dormir, nos cayó como un balde de agua fría, pienso que no valemos nada, siendo de la fuerza pública de Colombia. No hay impunidad para nuestros muertos. Ahora mismo debemos aferrarnos a Dios para saber qué sucede con el proceso; que, pese a su vinculación, pueden irse a la selva y nadie los va a encontrar', expresó Olivares, quien hoy en día ya está retirado de la institución armada.

El hombre indicó que él había observado a uno de los implicados en el caso en dos ocasiones antes del ataque; sin embargo, nunca imaginó que este hombre vestido como indigente estaba haciendo inteligencia: 'Cuando íbamos a formar en la noche yo levanté a Cristian Camilo Bellón. Estaba en la banca, todo sucio. No sabíamos que lo que estaba haciendo era inteligencia para saber de nuestros movimientos'.

Ese testimonio fue entregado a sus superiores tras el atentado, sirviendo como testigo en las audiencias preliminares. Al igual que Olivares, otro de los sobrevivientes, el patrullero Luis Esteban Señas, mencionó a este medio que 'no es justo que haya impunidad, hay pruebas contundentes, el Eln aceptó el hecho. Si hay más culpables que los busquen. Me siento indignado y revictimizado porque el Estado me ha negado el reconocimiento, la diferencia que ha tenido con nuestro proceso', precisó el funcionario, quien actualmente labora en una estación de policía de Soledad.

Señas indicó que sufrió heridas que en la actualidad le restringen movimientos en la cadera y las piernas, y que además tuvo pérdida auditiva.