Compartir:

Las autoridades policiales, especialmente investigadores del área de antinarcóticos, le siguen la pista a fiestas clandestinas o los llamados ‘after party’ que se realizan en 'cabañas múltiples' de moteles de la localidad Suroccidente de Barranquilla desde las que se ha evidenciado la venta de todo tipo de drogas sin control a los asistentes.

Se trata de eventos de ‘alto voltaje’ en el que también predominan el licor, el sexo y la música electrónica.

Un detective que logró filtrarse en unos de estos derroches dijo a EL HERALDO que la droga cuyo consumo está de moda en este tipo de fiestas, además de las tradicionales como la cocaína, el éxtasis y la marihuana creepy, es el Tucibí (2CB) o cocaína rosada, como le llaman al químico.

El gramo de esta potente droga, según la fuente, oscila entre los 80.000 y 100.000 pesos, y es vendida en polvo. Su empaque es una bolsita plástica de escasos tres centímetros por tres que se cierra con un sistema tipo ziploc. Un ‘dealer’ que también hace parte de la fiesta realiza 'rondas' y permanentemente pregunta: '¿Qué Mono, vas a probar?'.

Quien consume, desde la propia experiencia del agente, puede llegar a ver a una persona 'multiplicada por cuatro' en medio del viaje. En el caso de las mujeres que estaban ese día que asistió dijeron que les provocaba 'excitación'. 'Nos vamos a la cama con facilidad', dijeron.

Para el investigador, las fiestas sexuales que se promocionan en Cartagena en yates y que han llamado la atención de las autoridades nacionales no están tan lejos de las que se realizan en la vía hacia el corregimiento de Juan Mina. Al igual que las del ‘Corralito de Piedra’, estas son privadas, hay mucho sexo por horas y entras si eres llevado por alguien que las conoce. Por lo general allí se remata luego de los cierres de las discotecas de la ciudad.

La fuente señala que la investigación, aparte de las fiestas ilegales, se centra en tener información concreta sobre el expendedor y el origen de la droga sintética que en 2013 fue detectada y hace parte de las 32 nuevas sustancias sicoactivas que se comercian en el país desde 2007, según el listado de la Policía Antinarcóticos y el Observatorio de Drogas de Colombia, ODC.

Pesquisas

Desde hace algunos años las autoridades buscan con lupa en distintos escenarios nuevas sustancias que, muy aparte de las tradicionales que se mueven en los mercados negros locales, son ahora hechas por ‘cocineros’ en sofisticados laboratorios químicos y tienden a mostrarse con llamativos colores y empaques.

Aparte de ir tras la judicialización de quien sea sorprendido con estos nuevos alucinógenos, para los investigadores resulta también relevante verificar los componentes que los adictos están consumiendo, pues, en ciertos casos, el producto suele ser un coctel de muchos componentes químicos que pueden llegar a tener efectos mortales en el organismo.

Días atrás, el Sistema de Alertas Tempranas del Observatorio de Drogas de Colombia (ODC), órgano adscrito a la Dirección de Política de Drogas y Actividades Relacionadas del Ministerio de Justicia y del Derecho, confirmó la detección en el país de dos nuevas sustancias sicoactivas. Los últimos dos hallazgos, según los registros de la dependencia, ocurrieron en un evento de música electrónica el año anterior en el desierto de la Tatacoa, en Villavieja, Huila, y la otra recientemente en el Aeropuerto El Dorado de Bogotá, en medio de una rutinaria requisa de equipajes.

Frente al caso de la Tatacoa, el Observatorio precisó a través de un comunicado que en este evento masivo fue detectada una sustancia llamada ‘pentilona’ en polvo, en poder de uno de los asistentes.

De acuerdo con el reporte de la entidad esta era la primera vez que en Colombia se obtenía la ‘pentilona’, un estimulante desarrollado en la década de 1960 que químicamente se conoce como ‘catinona’, sustancia que se consume por vía oral. 'Sus efectos secundarios incluyen sentimientos de paranoia, agitación e incapacidad para dormir, con efectos que pueden extenderse por varios días', registró el documento.

La forma de la droga, según el ODC, se asemeja a la de estimulantes como la metanfetamina o el éxtasis, por lo que imita los efectos de tales sustancias. 'Estimula el sistema nervioso central y actúa como un inhibidor de la recaptación de serotonina-norepinefrina-dopamina, y como un agente liberador de serotonina. Abusar de la ‘pentilona’ puede llevar a una intoxicación aguda e incluso a la muerte', alertó el organismo.

Los análisis

En diálogo con EL HERALDO, Jenny Fagua, subdirectora estratégica del Observatorio de Drogas de Colombia, explica que los análisis de las nuevas drogas que llegan al país se derivan de información que se recoge por varias fuentes.

'Esas fuentes son las incautaciones que hacen las autoridades, también se recoge la información de salud en cuanto urgencias toxicológicas por consumo de drogas. Otra fuente es Medicina Legal, pues se toman muestras biológicas cuando hay aparición de nuevas sustancias. Ahí recogemos nosotros información', expresa la funcionaria.

Así mismo señala que los rastreos de especialistas se trasladan a internet, especialmente, a las redes sociales. 'Ahí hemos descubierto ofertas de nuevas drogas, son varias cosas las que estamos monitoreando para ver qué nuevas drogas raras están apareciendo en el mercado'.

En ese sentido, de acuerdo con Fagua, cuando hay indicios de que existe 'algo nuevo' en el mercado, el Observatorio de Drogas y el Sistema de Alertas Tempranas entran en acción.

'Esta nueva sustancia se conduce a un laboratorio y ahí se hace toda la caracterización analítica con mecanismos de identificación. Cuando se identifica que ya es una droga nueva, una nueva sustancia sicoactiva que no se encuentra fiscalizada en los convenios de estupefacientes de las Naciones Unidas, lo que se hace es generar una alerta con lo que contiene la sustancia. Además dónde apareció, cuál es su presentación, quién la tenía y la información con orientación para reducir riesgos, ejercer controles e impactos que puede generar esta sustancia', concluye Fagua.

Sobre los nombres que pueden recibir en el mercado estas nuevas drogas, la funcionaria del ODC advierte que los 'químicos' venden estos nuevos productos con el nombre de otras sustancias que ya existen en el mercado, lo que puede resultar extremadamente peligroso.

'Son casi como su plantaciones de drogas que está en el mercado abierto. Muchas de estas pastillas se venden por internet como metanfetaminas, esas pastillas de colores. Otras son las que son papelitos que imitan el LSD, que es una sustancia que también está consumiendo se en Colombia'.

Añade Jenny Fagua que los riesgos de consumir estas sustancias pueden disparar brotes psicóticos, cambios en la mentalidad y alucinaciones potentes entre las personas.

'En un momento puede generar un riesgo para una persona como el de correr a tirarse una calle o meterse al mar sin saber nadar porque tiene una distorsión de la realidad'.

El listado

De 2007 a la fecha, es decir en once años, se han detectado 32 nuevas sustancias sicoactivas en el país.

La investigadora Fagua reitera que algunas se tratan de nuevos productos, pero otras son compuestos químicos que tienden a potencializar drogas que ya están en el mercado. Por eso les llaman nuevas sustancias sicoactivas, pues con otro componente pueden variar el nombre para comercializarlo. 'Es más fácil vender un nombre llamativo que una fórmula química', explica.

En ese sentido, en 2007 hizo su debut en Colombia el Popper, una droga de la serie de los 'inhalantes'. Se trata de un químico incoloro y con un fuerte olor característico, que suele inhalarse con objeto de aumentar el placer sexual. Ocasiona efectos psicoactivos sobre el sistema nervioso central.

Un año después, en 2008, apareció la ketamina que es llamado entre consumidores ‘Special K’. Este es un potente anestésico general usado en la medicina y veterinaria que resulta conocida por su capacidad para generar estados disociados de conciencia.

El 2009 fue el año de las piperazinas, un compuesto químico usado en medicina como antisicóticos, antidepresivos, ansiolíticos y para el tratamiento de la disfunción eréctil, leucemia y ciertas parasitosis. La venta de esta droga se dio a través de pastillas de colores con distintas formas. En 2011 surgió en el mercado negro el ‘Dick’, un químico llamado Diclorometano o el cloruro de Metilo, utilizado como solvente industrial para eliminar pintura y limpieza de computadores, así como en la fotografía.

Dos años más tarde, en 2013, fueron detectados en territorio nacional varios compuestos químicos como el 'Tucibí o la cocaína rosada (2C-B)', así como la metilona, un psicotrópico de la familia de las feniletilaminas, anfetaminas y catinonas con propiedades sicodélicas y estimulantes.

La metilona en su forma pura, tiene el aspecto de un fino polvo cristalino, de color blanquecino o amarillento.

Entre 2016 y 2018 se vino el boom de las drogas sintéticas y de diseño. Estas generan adicción, problemas en el sistema nervioso central y se obtiene a través de un proceso químico de síntesis, que en palabras castizas es la mezcla de varios componentes para potencializar un solo producto. 'Elementos o compuestos sencillos que se unen para formar un compuesto más complejo', dice Fagua.

En esta franja de tiempo, según la experta, los químicos han aprovechado la inexperiencia de los consumidores para venderles verdaderas bombas de tiempo a sus clientes y las hacen pasar como éxtasis o la droga de la seducción.